El Campo
La Mesa de Enlace ya tiene fecha para la reunión con el ministro Luis Caputo
El encuentro con los presidentes de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Federación Agraria Argentina (FAA), y Coninagro será el 6 de febrero próximo y los técnicos de las cuatro entidades preparan los números
El Campo
Crecen los reclamos de productores agropecuarios debido al atraso de un pago de ARCA
Crecen los reclamos de productores agropecuarios debido a que, según denuncian, desde noviembre la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), anteriormente conocida como AFIP, no efectúa las devoluciones del IVA retenido en las liquidaciones de granos.
En las últimas horas, la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) se sumó al pedido, al manifestar su preocupación por esta situación y exigir la regularización de los pagos pendientes. Representantes de Carbap dijeron a LA NACION que algunos productores evalúan llevar el caso a la justicia si no se soluciona en los próximos días.
Pablo Ginestet, secretario de Carbap, explicó que comenzaron a recibir cada vez más reclamos por parte de productores que reportaban esta situación. Ante estos planteos, la entidad realizó un relevamiento interno. “Todos los consultados nos informaron que tienen pagos atrasados desde hace dos meses. Este problema afecta tanto a los productores clasificados en Estado 1 como en Estado 2″, dijo.
Cuando un productor comercializa granos, semillas en certificación (como cereales y oleaginosas) o legumbres secas, excepto arroz, la AFIP aplica una retención del IVA según la calificación fiscal otorgada en el Sistema de Información Simplificado Agrícola (SISA). En el Estado 1, se retiene el 5% del IVA, pero este monto se reintegra por completo en unos 45 días, lo que significa una retención neta del 0%. Para los productores en Estado 2, la retención es del 7%, pero se devuelve el 6%, dejando una retención efectiva del 1%. En el Estado 3, se aplica una retención del 8% que no es reembolsada. Sin embargo, los productores aseguran que desde noviembre no reciben más pagos.
Ginetest detalló que, generalmente, hacia la última semana del mes aparece el monto que se va a devolver y a qué liquidación corresponde. Frente a ello, relató que algunos productores consultaron a la AFIP y recibieron respuestas genéricas como: “Las devoluciones se encuentran en proceso de pago. Se cancelarán a medida que se autoricen nuevos procesos”. Contó que uno de los afectados, consultó por un un acto administrativo del 29 de noviembre pasado, que normalmente debería haberse acreditado a mediados de diciembre. Sin embargo, el último pago recibido fue el 14 de noviembre, correspondiente al mes anterior, y desde entonces no se acreditaron más devoluciones.
Ante la consulta de este medio, desde el organismo reconocieron que había atrasos, pero que en general ARCA va pagando las devoluciones a medida que se aprueban.
Esta situación generó preocupación en el agro. El dirigente de Carbap sostuvo que “no puede quedar a interpretación si te lo pagan o no. Hay una norma que debe cumplirse, y el dinero tiene que devolverse si todo está en orden”.
En ese sentido, el dirigente recordó que ya habían sufrido situaciones similares. “Durante los años de gestión de Cristina Kirchner las devoluciones del IVA también sufrían atrasos, lo que obligaba a los productores a presentar demandas judiciales para reclamar los pagos. Aunque finalmente se realizaban las devoluciones, los productores debían asumir costos adicionales por la contratación de abogados”, apuntó.
En este contexto, Carbap emitió un comunicado para expresar su profunda preocupación por los retrasos. “Rechazamos de manera categórica la actitud de ARCA (ex AFIP), al haber transcurrido más de 60 días sin que se realicen las devoluciones del IVA retenido en las ventas de granos”, señalaron.
El documento también destacó las graves consecuencias que esta demora está generando para el sector agropecuario: “Esta inadmisible demora no solo agrava de manera alarmante la ya insostenible carga fiscal y financiera que pesa sobre el sector agropecuario, sino que además genera un clima de incertidumbre que afecta directamente a la viabilidad y operatividad de los productores”.
Por último, la entidad reclamó medidas inmediatas a las autoridades. “Exigimos a las autoridades competentes la adopción inmediata de medidas concretas para resolver esta problemática, regularizar las devoluciones pendientes y evitar un daño irreparable al sector agropecuario. La falta de respuestas claras y acciones efectivas resulta inaceptable”, sostuvo.
Fuente: Diario La Nación
El Campo
La sequía no da tregua y hace caer la producción de maíz en cuatro millones de toneladas
La sequía vuelve a no dar tregua y da un nuevo golpe al campo: la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) informó que la proyección de cosecha de maíz se redujo a 48 millones de toneladas, cuatro millones menos que el potencial de 52 millones en condiciones normales. En comparación con el año pasado, la caída en la producción del cereal representa una disminución del 8,5 %.
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) redujo la proyección de cosecha de maíz a 48 millones de toneladas, cuatro millones menos que el potencial en condiciones normales; la falta de lluvias, combinada con altas temperaturas y baja humedad, también afecta severamente la soja
La sequía vuelve a no dar tregua y da un nuevo golpe al campo: la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) informó que la proyección de cosecha de maíz se redujo a 48 millones de toneladas, cuatro millones menos que el potencial de 52 millones en condiciones normales. En comparación con el año pasado, la caída en la producción del cereal representa una disminución del 8,5 %.
Este retroceso es consecuencia de la falta de lluvias desde diciembre, agravada por altas temperaturas, baja humedad y vientos intensos que golpearon especialmente a los maíces sembrados en octubre. En Buenos Aires, la situación es alarmante: algunas zonas recibieron apenas 30 mm de lluvia en diciembre, muy lejos del promedio histórico de 110 mm, lo que desplomó las expectativas de rendimiento.
La soja no escapa al impacto de la sequía. La entidad informó que las siembras de segunda están al borde de lo irreversible, con pérdida masiva de plantas debido a la falta de agua. En tanto, las siembras de primera presentan lotes regulares, afectados por aborto de flores, ataques de plagas como arañuela y trips, y estrés térmico severo. Con este panorama, las esperanzas de alcanzar rindes promedio se desvanecen, dice el informe.La entidad había estimado un volumen de cosecha de entre 53 y 53,5 millones de toneladas, lo que ahora parece lejano.
El informe destaca que, aunque las lluvias regresaron a Argentina en la segunda quincena de octubre y permitieron una recuperación hídrica importante, este escenario favorable no se mantuvo. “A partir de la segunda quincena de diciembre empezó a dejar de llover”, explica el informe.
Las tormentas se interrumpieron inicialmente en noviembre en muchas zonas de Buenos Aires y, posteriormente, en diciembre en el resto del país. Esto agravó la situación en el centro de Argentina, especialmente en el norte bonaerense. “Solo algunas zonas del oeste y el sur de Buenos Aires recibieron algo más de lluvias”, señala la BCR.
El mapa de precipitaciones de diciembre revela un importante deficit en las lluvias. “Buena parte de Buenos Aires quedó con lluvias de alrededor de 30 mm cuando la media mensual de diciembre supera los 110 mm”, detalla el informe. Este déficit afectó directamente los rendimientos del maíz temprano, cuyo desarrollo crítico ocurre entre diciembre y enero.
Además, la falta de lluvias fue acompañada por “temperaturas extremas, baja humedad relativa, días de vientos continuos y una radiación con valores de watts también extremos”, lo que ha empeorado aún más las perspectivas para los maíces sembrados en octubre.
El impacto de estas condiciones climáticas resultó en una reducción significativa en las proyecciones de producción. “Con un área de cosecha de 6,5 millones de hectáreas, lo que bajo un escenario normal podría haber producido 52 Mt, esta primera estimación maicera arroja 48 Mt; es decir, se queda corta en 4 millones de toneladas respecto de su potencial”, asegura el informe.
La primera estimación de la 2024/25 a partir de la evolución de los cuadros muestra que habría 6,5 Mt menos de maíz que hace un año atrás. El guarismo tiene en cuenta 7,8 M ha sembradas, de las cuales 1,3 M ha no serían cosechadas para grano comercial. El ambiente de baja productividad ajusta el rinde promedio nacional a 73,6 qq/ha para el cultivo de maíz 2024/2025.
Por otro lado señala que respecto al año pasado, la caída de la producción de maíz sería de 8,5 %. Esa disminución obedece a que hubo una revisión de la cosecha de maíz 2023/24 a 52,5 Mt. “La primera estimación de la 2024/25 a partir de la evolución de los cuadros muestra que habría 6,5 Mt menos de maíz que hace un año atrás. El guarismo tiene en cuenta 7,8 M ha sembradas, de las cuales 1,3 M ha no serían cosechadas para grano comercial. El ambiente de baja productividad ajusta el rinde promedio nacional a 73,6 qq/ha para el cultivo de maíz 2024/2025″, dice la entidad.
En ese sentido, la BCR recuerda que la campaña 2024/25 comenzó con incertidumbre debido a la amenaza de la chicharrita, lo que llevó a una reducción del 24 % en la siembra de maíz en comparación con la campaña anterior. Este descenso también se refleja en la elección de las fechas de siembra. “Se considera que este año las siembras realizadas después del 15 de noviembre, las llamadas siembras tardías, representan el 60 %, cuando el año pasado superaron el 65 %”, dice.
La entidad indica que la posibilidad de sostener la producción del maíz dependerá de las lluvias y el desarrollo que logren alcanzar los maíces de las siembras tardías y el impacto que tengan las siembras posteriores al 15 de diciembre por spiroplasma. “Hasta el momento no hay una presencia significativa de chicharrita en el centro del país, aunque sí se la ha detectado en Chaco y Santiago del Estero, dónde se están haciendo las aplicaciones tempranas de control en el cultivo”, dije.
El panorama varía según la región. En Córdoba, el maíz muestra un rendimiento promedio estimado de 87,5 qq/ha, el más alto del país. “Es dónde mejor está el cultivo, pero también necesita de la pronta llegada de precipitaciones para sostener el nivel estimado de rindes”, detalla el informe.
En Buenos Aires, la situación es crítica, con rendimientos promedio estimados en 72,3 qq/ha y un deterioro rápido en las plantas. “Los agrónomos están sorprendidos por la rapidez con que se han secado las hojas, incluso por encima de la altura de la espiga”, destaca la BCR. En Santa Fe, aunque el daño es menor, el rendimiento promedio estimado es de 78,3 qq/ha.
Por otro lado, en lo que respecta a la soja, tampoco refleja un panorama mucho mas alentador. “Las siembras de segunda, los lotes de la oleaginosa que se siembran después del trigo, están comprometidas en la región central”, advierte la BCR. En ese sentido detalla que se sembró con pocas lluvias y luego, ya sin agua y sin reservas por el consumo que tuvieron los trigos, necesitan del “auxilio inmediato” de las lluvias para poder seguir en carrera.
“Lamentablemente, la situación de la soja de segunda empieza a ser irreversible, sobre todo en el norte de Buenos Aires, por la severa cantidad de pérdida de plantas que se está observando en los últimos días”, advierte el informe de la BCR.
En cuanto a la soja de primera, las perspectivas también son desalentadoras. Este cultivo necesitaría lluvias muy significativas para retomar la posibilidad de alcanzar rindes promedio. Sin embargo, las condiciones actuales agravan el panorama. “La proporción de lotes regulares sigue subiendo en el centro y norte de Buenos Aires, centro y sur de Santa Fe, junto a Entre Ríos. Se ven muchos casos ya con rodeos de pérdidas de plantas, aborto de flores y el ataque de las típicas plagas de sequía: arañuela y trips”, detalla el informe.
Fuente: Diario La Nación
El Campo
Productores pican soja y maíz que no pueden cosechar por la sequía y deciden utilizarla para alimentación animal
La sequía extrema y los precios ajustados obligaron a Mauricio Minetti, productor de Esperanza, provincia de Santa Fe, a transformar un lote de soja en alimento para su tambo; esta situación se repite en varios campos de la zona con el maíz
“La satisfacción más grande de un agricultor es poder cosechar. Por eso, tener que picar la soja duele muchísimo. No es el fin con el que se sembró”. Con esta frase, Mauricio Minetti, productor del centro santafesino, resumió la difícil decisión que tuvo que tomar antes de ayer: picar 40 hectáreas de soja de primera en su campo de Esperanza.
La falta de lluvias y las altas temperaturas habían comenzado a secar las plantas, y el bajo rendimiento que esperaba obtener, combinado con los precios actuales de la oleaginosa y los estrechos márgenes, lo llevaron a destinar el cultivo como alimento para las vacas de su tambo. Así, buscó convertir las pérdidas en leche, un producto más rentable en este contexto.
El caso de Minetti no es aislado. Según contó, en campos vecinos se está picando maíz de manera anticipada. Lo mismo señalaron desde AS Agrosilos, una empresa de servicios de picado que opera en el departamento Las Colonias, cubriendo zonas como San Jerónimo Norte, Esperanza y San Carlos.
En diálogo con LA NACION, Sebastián Clausen, representante de la empresa, explicó: “Tenemos mucha demanda. Estábamos planificando una temporada para trabajar entre 700 y 800 hectáreas de acá a febrero o marzo, como hacemos todos los años. Pero ahora todo se adelantó, y esas hectáreas se tendrán que trabajar esta semana y la próxima porque los maíces se están quemando”.
Según detalló, aunque los granos de maíz aún no están formados, las plantas están largando las hojas como método de defensa. “Los maíces de segunda ya no van a cargar, así que los quemamos. En cuanto a los sorgos, están en un nivel de estrés muy alto. Podrían salvarse este fin de semana si se cumplen los pronósticos de lluvias y baja de temperatura”, agregó.
Incluso hubo lotes de sorgo en flor que también terminaron picados. “El productor vio que no iban a cargar, y ante la sequía decidió adelantarse”, dijo Clausen.
El lote que Minetti tuvo que picar fue sembrado a principios de noviembre con soja de primera. “Son sojas que deberían estar haciendo grano, pero abortaron las flores y la planta se estaba secando. Por eso decidimos picarla para dársela a las vacas en ordeñe”, explicó.
En condiciones normales, el rendimiento de ese lote habría sido de 35 a 40 quintales por hectárea. Sin embargo, debido al estado de las plantas, este año no llegaría ni a los 10 quintales.
Minetti es la tercera generación de una familia de productores agropecuarios. Su empresa, ubicada en Esperanza, a 50 kilómetros de la capital santafesina, combina agricultura y producción tambera. En el caso del maíz, la mayor parte de lo que producen se destina a forraje para las vacas. La soja, por otro lado, suele destinarse mayoritariamente a la exportación, aunque una parte se intercambia por expeller para alimentación animal. Ese era el plan original para el lote de 40 hectáreas que terminó siendo picado.
“Esperamos hasta último momento antes de decidir picarla, pero día a día la planta se iba secando cada vez más. Si bien la soja agronómicamente tiene un gran poder de recuperación, y si llegara a llover algo se recupera, los números están tan ajustados que no convendría”, explicó.
Las últimas semanas agravaron una situación ya complicada. “La última vez que llovió fue alrededor de Navidad. La tormenta que vino del sur a fin de año nos esquivó y, después, comenzaron los calores de 35 a 40 grados que están secando todo”, detalló.
El productor también puso sobre la mesa la difícil ecuación económica de la soja. “La oleaginosa tiene el mismo precio que hace ocho meses. Los números son muy malos, entonces no te podés permitir una soja de medio rendimiento o menos. Por eso decidimos convertirla en leche”, afirmó.
Según explicó, al picar el lote obtuvieron aproximadamente 3000 kilos de materia seca por hectárea. “Un kilo de materia seca lo convertís en un litro de leche, que hoy vale 400 pesos. Para que esa soja diera 3.000 kilos de grano era imposible. Teniendo en cuenta que el precio de la tonelada de soja está a 300 pesos por kilo, y que todavía hay que restarle los gastos de comercialización y otros costos, te queda en 250 pesos. No hay comparación con el litro de leche que vale 400 pesos”, detalló.
Finalmente, Minetti destacó la necesidad de un alivio fiscal para el sector. “Por eso es que pedimos que necesitamos que nos bajen las retenciones. En esta situación es muy difícil producir”, concluyó.
El productor indicó que esta no es la primera campaña difícil. “Ya es la quinta campaña complicada en la zona. El año pasado fue un poco mejor, pero los tres años anteriores y este están siendo fatales”, aseguró.
En San Agustín, la sequía y las altas temperaturas también golpearon fuerte. Emanuel Bertone, técnico en alimentación vacuna, describió la situación: “Estas últimas semanas la situación se complicó. Veníamos bien, pero con las temperaturas tan altas dejó de llover, y eso cambió todo. En las áreas de tambo, donde los productores estaban preparando reservas de maíz y algo de alfalfa, la calidad de los cultivos bajó mucho. No se llegó a tiempo para aprovecharlos porque el calor terminó quemando todo”.
El impacto también se sintió en los cultivos destinados a cosecha. “Las sojas se están secando y los maíces tienen muy poco grano. Incluso algunos lotes de sorgo están prácticamente perdidos. Muchos productores, al ver que los maíces no van a rendir bien o que las espigas no tienen grano, están optando por picarlos. Así al menos se aseguran algo de forraje para los animales”, agregó.
Además, Bertone señaló que los trabajos para almacenar reservas de forraje se detuvieron en las últimas semanas. “Ahora todos están enfocados en el picado de maíz, especialmente con los cultivos que no llegaron a tiempo. Hace unos 10 días, cuando quedó claro que no iba a llover, se empezó a picar intensamente en la zona. Los maíces que iban a rendir entre 90 y 110 quintales ahora dan mucho menos. Algunos productores prefirieron venderlos para picado y ahorrarse los costos de cosecha”, concluyó.
Fuente: Diario La Nación
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