El Campo
Ascenderá a US$700 millones la pérdida del año por el cepo a la carne
Por efecto del cepo a las exportaciones de carne vacuna, cuando finalice 2021 la Argentina se habrá perdido de vender al exterior el equivalente a US$700 millones. El cálculo corresponde a un análisis del consultor ganadero Víctor Tonelli, que se detuvo en la dinámica que venía registrando la exportación antes de la restricción y el comportamiento en el mercado internacional.

El Campo
Más oferta: un frigorífico de un grupo brasileño enviará asado a la Patagonia y estiman que el precio bajaría hasta un 20%
Se trata de Swift, que aprovechará una reciente medida del Gobierno y tiene previsiones para colocar en los próximos días entre 30 y 40 toneladas con carne argentina; esperan ventas de más empresas, lo que presionará sobre los valores.

Un frigorífico controlado por un grupo brasileño comenzará a enviar asado a la Patagonia desde la región que es libre de aftosa con vacunación, es decir al norte de ella. Se trata de la primera incursión luego de que el gobierno nacional, la semana pasada, habilitara esa posibilidad. Si bien la empresa no lo hará como objetivo central para bajar el precio del asado, se estima que el ingreso de la mercadería, que indicaron también realizarán otros frigoríficos, ayudará a bajar el valor hasta un 20%.
La firma en cuestión es Swift, que controla el gigante del vecino país Minerva Foods. En la Argentina el grupo tiene tres plantas, una en Villa Gobernador Gálvez, una segunda en Venado Tuerto y una tercera en Villa Mercedes, San Luis. Entre todos los establecimientos cuenta con 3300 operarios y faena 60.000 cabezas de ganado por mes. Entre el 60 y el 70% de lo producido se va al exterior.
Swift, por otra parte, es la firma del sector que pisa fuerte en las importaciones de Brasil: en lo que va de 2025 trajo unas 4500 toneladas desde ese mercado, entre mercadería para hamburguesas y cortes, y tiene una previsión de importar 1500 toneladas por mes de acá hasta fin de año. Lo que viene va para supermercados, mayoristas y las ya mencionadas hamburguesas. La mercadería, según el producto, llega entre 600 y 1000 dólares la tonelada más barata que la producción nacional. “Con libre comercio podés arbitrar, si conviene, se trae. Va a ser creciente [la importación]”, dijeron. En el sector ven un stock de ganado argentino con lenta recuperación mientras el consumo se fortalece, lo que presiona al mercado.
Lo que irá a la Patagonia no es asado de Brasil, sino argentino. “Estamos levantando los pedidos y vamos a participar con carne con hueso -asado-”, dijeron a LA NACION allegados a la compañía que, además, le pusieron un número al primer envío que se hará con camiones: irán entre 30 y 40 toneladas del producto. El destino será Neuquén, Río Negro y parte de Chubut, para supermercados y distribuidores. Destacaron: “Vamos a estar semanalmente en la Patagonia”.
Según agregaron, el ingreso de asado, que se estima también realizarán otras compañías, hará bajar el precio del corte en la región patagónica. Así lo explicaron: “El asado va a bajar un 20%. Se está vendiendo a unos $17.000; nosotros lo vamos a colocar a 9000/10.000 [a supermercados y mayoristas] y al público va a estar entre 12.000 y 13.000 pesos”.
En la Patagonia, vale recordar, no podía ingresar asado desde la región norte del país. Sucede que el sur es libre de aftosa sin vacunación, mientras que al norte es zona libre de aftosa pero con vacunación. Lo que sí ya venía colocándose desde la zona libre de aftosa con vacunación es carne sin hueso y, se estima, cubría entre el 60 y el 70% de las necesidades de consumo.
En la región patagónica hay 1,2 millones de cabezas de ganado vacuno, con una mayor concentración en Río Negro (400.000 vientres), Patagones (200.000 vacunos), Santa Cruz (120.000) y un stock ovino de aproximadamente dos millones de animales.
La semana pasada, el gobierno nacional habilitó el ingreso de costilla, asado y esternón, mientras se cumplan con estrictas condiciones sanitarias, como la maduración de la carne, el pH, el tipo de empaque y el origen de los animales faenados. El Senasa ya había autorizado el cambio en marzo pasado, para la carne con hueso en general en esa oportunidad, pero tuvo que frenar la medida debido al rechazo de productores del sur.
Tras un compás de espera, donde aguardó respuestas de Chile y la Unión Europea sobre si la medida podía afectar las ventas locales hacia esos mercados, el Gobierno finalmente dio vía libre a la medida, pero acotada a cortes con huesos planos, como el asado o el costillar. Esta decisión igual no cayó bien entre los productores de la Patagonia y, por ejemplo, en Río Negro presentaron un amparo ante la Justicia y tienen expectativas sobre su resolución.
Por Fernando Bertello – Diario La Nación

El Campo
De la mano de una gran cosecha, la molienda de girasol es la más alta de los últimos 13 años
Este año seguramente será recordado por la cadena girasolera. Luego de una gran campaña del cultivo, se está llevando adelante una excelente molienda de granos.

La campaña agrícola del girasol quedará registrado como un excelente periodo, gracias a su expansión a zonas que hacía tiempo no veían girasol, como algunas de la zona núcleo, habituada a ver sojas o maíces.
Hace solo semanas, la campaña 2024/25 terminó con un récord histórico de 4,7 millones de toneladas, una cifra 30,6% superior a la del ciclo pasado, gracias al avance tecnológico que viene registrando el cultivo en muchas zonas no tradicionales.
El avance del girasol en las zonas no convencionales, como la zona núcleo pampeana, Cuenca del Salado, Córdoba y San Luis fue lo que permitió lograr el récord de producción.
A este buen pasar del cultivo, lo está acompañando un buen desempeño industrial. Según datos oficiales de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, solo en mayo la molienda oleaginosa llegó a 466.378 toneladas, récord histórico que no se veía al menos desde 2012, según los datos del analista y ex secretario de mercados agropecuarios Javier Preciado Patiño, puesto que los datos oficiales llegan hasta 2015.
A su vez, si se toma el período enero-mayo, también el récord de molienda no se registra desde hace 13 años, llegando en el actual período a un total de 1.744.743 toneladas, con Buenos Aires y Santa Fe a la cabeza del ranking productivo.
Este buen pasar industrializador del girasol llega en un momento en que el mercado está demandante de aceite, con India como principal comprador. La buena producción, la demanda y el período de baja de retenciones, hicieron que los primeros cinco meses de año confirmen en la industria lo que se vio a campo durante la campaña.
En cuanto al potencial del girasol, esta buena campaña podría transformarse en un piso productivo y no un techo. Según un estudio interinstitucional realizado por la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), el INTA, ASAGIR y otras entidades, se determinó que la diferencia entre lo cosechado y lo que se podría obtener, es decir la brecha de rendimiento, oscila entre el 34% y el 40% a nivel país. Es decir que sus rendimientos están curiosamente lejos de su potencial.
En esta campaña, muchos productores, impulsados por las condiciones climáticas (el girasol es más tolerante a la sequía), y sanitarias post chicharrita del maíz, dieron paso a una mayor superficie en el núcleo agrícola principal, con especial sorpresa en Córdoba.
“En la última campaña los aumentos en la superficie sembrada rondaron el 10% del total de hectáreas abarcadas por la Regional”, asegura Franco Bardeggia, Asistente Técnico de la Regional Aapresid Los Surgentes-Inriville, y atribuye el incremento a que el cultivo se posicionó como alternativa en ambientes de menor productividad para maíz o soja, o en lotes puntuales de costa de ríos o que estuvieron mucho tiempo anegados.
Fuente: Bichos de Campo

El Campo
La receta de Brasil para transformar su agricultura frente al cambio climático
Estamos viviendo una revolución silenciosa”. Con esa frase, Alessandro Cruvinel, director del Ministerio de Agricultura de Brasil, sintetizó el proceso de transformación que impulsa el país desde el sector agropecuario. La expresión resume una estrategia que busca enfrentar el cambio climático a partir de la articulación entre ciencia, políticas públicas y el sector privado.

En un contexto global marcado por la creciente presión ambiental y nuevas exigencias comerciales, referentes del ámbito público, privado y científico debatieron sobre el rol de la agricultura como parte de la solución. Durante la sesión inaugural del panel “Construyendo resiliencia climática a través de la agricultura sostenible”, en el World Agri-Tech South América, se destacaron herramientas clave como los bioinsumos, la digitalización del agro y la investigación genética aplicada a cultivos más resilientes. LA NACION participó de este evento en un viaje organizado por BASF.
“Ya existen tecnologías disponibles, pero necesitamos una estrategia”, advirtió. Como ejemplo citó el programa de biocombustibles y propuso replicar ese modelo en otras cadenas productivas. Entre las políticas que ya están en marcha mencionó “Agro Brasil + Sustentable”, una plataforma gratuita para que los productores puedan demostrar prácticas sostenibles ante mercados que exigen trazabilidad y certificación libre de deforestación. También destacó Mapa Conecta, una red digital y territorial que vincula inversores, universidades, empresas, gobiernos subnacionales y startups en torno a la innovación agrícola.
Desde Embrapa, la empresa pública de investigación agropecuaria, su directora ejecutiva, Ana Euler, explicó que la tecnología de fijación biológica de nitrógeno —un tipo de bioinsumo— ya se aplica en más de 46 millones de hectáreas de soja y maíz. Esta innovación permitió a los productores brasileños ahorrar 24.800 millones de reales (unos 4700 millones de dólares) y evitar la emisión de 78 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente.
“Estamos guiando la investigación hacia nuevas especies, más allá de las leguminosas, como los pastos, que son fundamentales para la producción de leche y carne”, señaló Euler. Agregó que Embrapa tiene más de 10.000 tecnologías listas para ser transferidas y cuenta con 43 unidades de investigación en todo el país, algunas con alcance nacional y otras con foco territorial.
La ejecutiva destacó, además, el trabajo en genómica aplicada para desarrollar cultivos más adaptados al cambio climático, y anticipó el lanzamiento de seis nuevos bioinsumos este año, en alianza con el sector público. También remarcó el impulso a la digitalización del agro y el trabajo con pequeños y medianos productores, que representan dos tercios de los establecimientos rurales en Brasil.
“Hoy, una de las principales barreras para escalar nuestras tecnologías es la falta de asistencia técnica”, reconoció Euler. Por eso, uno de los focos actuales de la entidad es la transformación e inclusión digital, con herramientas de trazabilidad, comercio electrónico y agricultura de precisión.
Situación
Otro ejemplo que mencionó fue una experiencia en zonas semiáridas, donde se desarrolló un sistema de gestión eficiente del agua que luego se convirtió en política pública. Ya fue adoptado por más de 1000 familias rurales y les permitió mantener su actividad productiva en contextos de sequía.
Embrapa tiene más de 10.000 tecnologías listas para ser transferidas y cuenta con 43 unidades de investigación en todo el país, algunas con alcance nacional y otras con foco territorial
Desde el sector privado, Silvia Dávila, presidenta de Danone para América Latina, puso el foco en la urgencia de actuar en forma coordinada. “La agricultura lo cambia todo”, sostuvo y agregó: “Si se hace bien, puede ser parte fundamental de la solución a los desafíos climáticos y sociales que enfrentamos”.
Dávila advirtió que los sistemas alimentarios están bajo presión y que no hay más tiempo para discusiones aisladas. “La única forma de avanzar es construir un ecosistema fuerte que incluya a gobiernos, empresas, productores y consumidores, con reglas claras, incentivos correctos y compromiso ambiental”, expresó.
También remarcó que la sostenibilidad no es una opción, sino una necesidad, especialmente en el uso del agua y la energía. “Necesitamos innovar, pero también necesitamos claridad regulatoria y acceso al financiamiento”, dijo. En ese sentido valoró el rol de las políticas públicas como habilitadoras de la acción privada. “Cuando hay visión a largo plazo y estabilidad, las empresas pueden invertir e innovar”, añadió.
“La combinación de tecnología, legislación y compromiso es la base para un futuro mejor”, resumió Dávila. Mencionó que en toda la cadena alimentaria hay oportunidades para reducir emisiones, mejorar la eficiencia y generar empleo de calidad, siempre que se trabaje de forma articulada.
Fuente: Diario La Nación

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