Por qué el cierre de los Nodos es un enorme retroceso.

En 2007, con el gobierno del Frente progresista encabezado por Hermes Binner, se inició un proceso de Reforma del Estado provincial, que incluía la regionalización del territorio, la descentralización administrativa, y la planificación de políticas de largo plazo sostenidas en la participación ciudadana.

La creación de los Nodos fue la cristalización de ese programa que buscaba crear un Estado moderno, próximo, cerca de la gente, de sus demandas y de sus necesidades, llevándolo a cada territorio, garantizando más derechos y ofreciendo más oportunidades.

Para quienes pretenden hacer creer que sólo se trataba de vicios políticos y gastos innecesarios debería llamarles la atención que la Comunidad Económica Europea acompañó la implementación del proyecto por ser modelo en Latinoamérica con un subsidio de 3 millones de euros.

El fin del centralismo

En cada región se identificó una ciudad Nodo como centro de información, articulación y distribución de recursos y capacidades. Así se conformaron las regiones: Región 1 (Nodo Reconquista), Región 2 (Nodo Rafaela), Región 3 (Nodo Santa Fe), Región 4 (Nodo Rosario) y Región 5 (Nodo Venado Tuerto).

Los Nodos marcaron un punto de inflexión respecto de la tradicional mirada centralista y verticalista que impregnó históricamente el manejo del Estado.

Fueron el símbolo de una regionalización que visibilizó el territorio de la provincia en toda su diversidad y extensión, conjugando la concepción de la ciudadanía, con una recuperación de lo local y lo regional, potenciando las oportunidades y construyendo colectivamente una integración regional.

Bajo esta original configuración, se consolidó un nuevo modo de construcción de políticas públicas, sostenidas en la articulación y la cooperación entre el Estado provincial, los gobiernos locales y los actores públicos y privados.

Con las áreas de servicios al ciudadano, los Centros Cívicos se convirtieron en los ámbitos adecuados para la gestión de trámites con el gobierno provincial desde cada región, evitando así el traslado físico de papeles y personas hasta las áreas centrales como Santa Fe y Rosario.

En esa construcción de un Estado participativo, cercano y abierto se realizaron más de 200 asambleas ciudadanas donde un vecino podía discutir con un ministro, sentado a su lado, sobre su visión de qué había que corregir en su región. Así se comenzó a pensar el territorio y planificar políticas, renovar consensos y encontrarnos.

No se cierra una oficina, se termina un modo de gobernar.

¿Cuántos cargos insumían los 5 Nodos? Unas 45 personas en toda Santa Fe, o sea 0,03% del personal de la provincia, 1 cada 3000, obviamente ínfimo. Pero, además, todo ese personal seguirá cobrando sueldos, agregados a otras reparticiones. Respecto al alquiler en Venado Tuerto, ya se estaba culminando la adquisición, a través del cobro de deuda, del edificio de la ex fábrica Sursafe, en calle Brown.

Por eso decimos que Santa Fe retrocede, vuelve al pasado. Tras la excusa mentirosa de achicar gastos se vuelve a gobernar desde la ciudad de Santa Fe, lejos de la ciudadanía. No creen en la descentralización ni en la participación.

No sólo los ciudadanos, sino también los municipios y comunas vuelven a tener que realizar sus gestiones en Santa Fe capital. Vuelven los “gestores”, las cuñas políticas, los intermediarios, la falta de respuestas, no tener quién dé la cara desde el gobierno provincial ante una falta de respuesta. Volvemos a las relaciones distantes con los funcionarios, a desconocer incluso el rostro de un ministro. Como era antes de 2007. Como era en el siglo pasado.

Y todo esto acompañado por declaraciones de los propios funcionarios que dicen, sin inmutarse, que van a priorizar a Rosario y Santa Fe con sus políticas.
Perdemos todos. No importa quién votó o no éste gobierno, perdemos los santafesinos. Retrocedemos, bajo discursos y argumentos banales, superficiales, todos los habitantes de las comunas y ciudades de la región nos perjudicamos. Y esto es sólo una muestra de lo que viene. El desmantelamiento de los Nodos es quizás el símbolo más visible del retroceso en el que estamos cayendo.

FIRMAN: Gonzalo Fernández, Laura Navarro, Claudia Quiñones y Dalila García (San Gregorio), Pablo Sosa y Denis Teves (Diego de Alvear), Cristian Vincenti, Liliana Monateri, Danilo Pereyra y Elías Ricardo Haynes (Sancti Spíritu), Alfredo Cecchi, Silvina Coccito, Mariano Panichelli, Eliana Luzzini, Danilo Garziera (Firmat), Mauricio Barrufaldi y José Caminos (Los Quirquinchos), Marcelo Krentz y Nahuel Pasquinelli (Santa Isabel), Gustavo Laferrara, Fabián Betti, Andrea Cipolloni, Javier González, Ana Urreta y Rocio Blajarski (Wheelwright), Gustavo gallardo y Andrés Vincenti (Godeken), Rosana Bellatti, Alejandro Videla, Evelyn Veliz, Fabián Vernetti, Oscar Pieroni, Sofía Goycochea, Carina Baigorria, Leonardo Calaianov, Jonatan Martinez, Bracey Wilson, Facundo Rebasti, Guillermo Gorosito (Venado Tuerto), Ignacio Freytes (San Francisco), Salvador Soraide (Christophersen), Wualther Ramanzín (Aaron Castellanos), Quique Santos y Laura Sepúlveda (Rufino).