Fueron reconocidos en el recinto de sesiones del Concejo Municipal, realizado en la tarde del pasado viernes 13 de diciembre, a partir de una iniciativa de la edila Norma López.

Contrastango es una formación musical que hace diferencias en los contrastes.

El grupo está compuesto por amigos que aman hacer música y principalmente compartirla: María Herminia Grande y el rufinense Javier Migled en voces; Nicolás Polichiso, guitarra y arreglos; Diego Saavedra, bandoneón y arreglos; Eduardo Pedruelo, teclados , Domingo Porta en contrabajo y Marcos Pereyra, relatos.

Nació buscándose hasta encontrarse, para volver a perderse en los misterios insondables de Gardel, Pichuco, Piazzolla, Eladia Blázquez, Enrique Cadícamo, Homero Manzi, María Elena Walsh, Héctor Stamponi, Horacio Ferrer, Chico Novarro.

Entre las dificultades psicológicas más comunes a las que se enfrentan los operadores, una de las más insidiosas es el miedo a perderse algo (fear of missing out, FOMO), o miedo a perder una oportunidad de mercado. Este fenómeno puede dar lugar a decisiones impulsivas, que a menudo no se basan en un análisis sólido, sino más bien en la ansiedad de «perderse algo». El FOMO es uno de los obstáculos psicológicos más difíciles de superar, ya que puede mermar la capacidad de decisión de un operador, llevándole a realizar operaciones precipitadas o a ignorar señales contradictorias del mercado.

Para contrarrestar el FOMO, uno de los métodos más útiles es la práctica. Tanto los operadores principiantes como los experimentados pueden utilizar herramientas que les permitan practicar en un entorno simulado sin riesgo de incurrir en pérdidas reales. De este modo, el uso de herramientas de simulación, como una cuenta demo trading, puede ser un primer paso crucial para entrenarse a tomar decisiones más meditadas y reducir el impacto emocional en las operaciones.

Disciplina psicológica en el trading

La disciplina es una de las características más importantes para convertirse en un operador de éxito. Al contrario de lo que suele ocurrir en los primeros periodos de negociación, en los que puede prevalecer la impulsividad, un enfoque disciplinado conduce a operaciones más conscientes y racionales. De hecho, el miedo a perder una oportunidad puede empujar al operador a entrar en el mercado aunque no sea el momento adecuado, o a permanecer en una posición incluso después de que las condiciones del mercado hayan cambiado.

La práctica en una cuenta de demostración permite perfeccionar esta disciplina. En un entorno simulado, el operador tiene la oportunidad de practicar sin las presiones emocionales del capital real. Esto le permite centrarse en la estrategia, las técnicas de gestión del riesgo y, sobre todo, el momento de realizar las operaciones. La oportunidad de probar sin arriesgar dinero ayuda a desarrollar la capacidad de seguir un plan de negociación, reduciendo el riesgo de decisiones impulsivas.

Enfrentarse al miedo a perder una oportunidad

El miedo a perder una oportunidad puede ser especialmente fuerte durante los periodos de volatilidad o cuando se producen grandes movimientos en el mercado. Es fácil dejarse atrapar por el miedo a perderse una ganancia, especialmente cuando se observa a otros que parecen estar aprovechando una oportunidad que se escapa. Sin embargo, es esencial adoptar un enfoque más racional y paciente. La clave para reducir la influencia del FOMO es aprender a ceñirse a la propia estrategia de negociación, sin dejarse influir por factores externos o por el miedo a no «hacer lo suficiente».

El entrenamiento mediante simulación ayuda a comprender que las oportunidades no deben aprovecharse a cualquier precio, sino sólo cuando las condiciones del mercado se ajustan a los criterios establecidos en el plan de negociación. Con el tiempo, este enfoque permite desarrollar la serenidad necesaria para no caer en el pánico o la impulsividad.

La calma como ventaja competitiva

Superar el FOMO no sólo significa controlar las propias emociones, sino también desarrollar una mentalidad orientada hacia la estrategia y la paciencia. La formación práctica, como la que puede realizarse en una cuenta de demostración, es crucial para adquirir experiencia sin arriesgar el capital. Con el tiempo, los operadores que aprenden a gestionar el síndrome de falta de motivación y a mantener la calma en momentos de incertidumbre suelen tener una ventaja competitiva significativa sobre los que operan por impulso.

En última instancia, la disciplina psicológica en el trading es una de las habilidades más importantes para el éxito. Mantener la cordura incluso en situaciones de tensión en el mercado, evitar el síndrome de falta de motivación y atenerse a un plan sólido son los secretos de una negociación eficaz y sostenible a largo plazo.

La combinación de chile de árbol con tomates es un básico dentro de la gastronomía mexicana, pues el picante del chile y la acidez con dulzor del tomate crean un equilibrio perfecto. Es un sabor profundo, complejo, y adictivo que, además, se puede utilizar en una amplia variedad de platos. Lo más común es utilizar ambos ingredientes como bases para aderezos y salsas.

Una buena salsa de tomate con chile de arbol, por ejemplo, tiene posibilidades casi infinitas. Es ideal para acompañar tacos, agregar un toque picante a los huevos revueltos, marinar carnes antes de asarlas o para realzar el sabor de las sopas, entre otros usos más. La versatilidad del chile de árbol demuestra porqué tiene un lugar tan distinguido dentro de la gastronomía de México.

Origen del chile de árbol

El chile de árbol proviene de México y Centroamérica, remontándose específicamente a las civilizaciones prehispánicas que habitaron Mesoamérica. Esta y otras variedades del chile fueron cultivadas y utilizadas como condimento, colorante natural e, incluso, como moneda. A lo largo del tiempo, fue convirtiéndose en un símbolo ritual y cultural de estas culturas.

El alimento formó la base de la alimentación de las civilizaciones prehispánicas, junto con la calabaza, el maíz y el frijol. La evidencia arqueológica implica que el chile fue cultivado desde el año 7000 al 2555 a. C. Curiosamente, uno de los usos del chile era como castigo para los niños mal portados, quienes no soportaban el alto nivel de picante.

Los orígenes ancestrales del chile de árbol poco a poco fueron dejados atrás, siendo el mayor catalizador la llegada de los españoles. El condimento, entonces, fue llevado a diferentes países de Europa y Asia, integrándose naturalmente a gastronomías totalmente diferentes. Esto llevó a la evolución de los métodos de cultivo y preparación culinaria: actualmente se conocen 200 variedades del alimento.

En la actualidad, el chile de árbol es el ingrediente por excelencia para aquellos que buscan sabores intensos y exóticos. Su rico nivel de picante ofrece una sensación única, creando una experiencia multisensorial que no deja a nadie indiferente. Además de ser un icono cultural de México, también se ha adaptado a las peculiaridades de las cocinas asiáticas y europeas, demostrando su increíble versatilidad.

Comparación de esta variedad con otros chiles

El método para medir el picor de los chiles se llama “escala de Scoville”, y mediante él se mide la cantidad de capsaicina en una variedad de chile específica. Este es el compuesto que provoca la sensación de picante. El chile de árbol se encuentra en un rango de picor alto (entre 10.000 y 23.000 unidades de Scoville, o “SHU”), superando a muchas de las variedades de chile más comunes en la cocina del día a día.

Por ejemplo, el chile de árbol es más picante que el jalapeño (2.500-5.000 SHU) y el serrano (2.500-15.000 SHU), dos de los chiles más utilizados en la gastronomía mexicana. Aun así, no supera al chile habanero, el rey del picante, con 100.000-350.000 unidades de Scoville. Sin embargo, es uno de los chiles más picantes que se pueden encontrar.

Cabe destacar que las unidades de Scoville se miden en rangos, pues varios factores influyen en el nivel de picor del chile específico. Tanto la madurez del chile, el clima donde fue cultivado y la composición del suelo donde se sembró, determinarán si el chile alcanzará un nivel alto o bajo en el rango establecido. Sin embargo, el número sigue siendo una buena guía para elegir el tipo de chile a usar.