Para los españoles, el fracaso del Barcelona ante el Paris Saint Germain ha sido casi el único tema de conversación del día; el club de Luis Enrique no estuvo a la altura de las expectativas y realmente no pudieron culpar a nadie más que a sí mismos como equipo del marcador por 4-0 en los octavos de final de la Champions League. Un Barcelona acostumbrado a triunfar en todos los frentes en los últimos años, y cuyas apuestas de fútbol en William Hill eran bastante prometedoras ante un PSG que rara vez le había vencido.

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Messi tuvo en este encuentro la posibilidad factible de superar a CR7 en tantos totales en la Liga de Campeones, podía de hecho haber batido el récord de goles anotados en el campeonato. Distaba de Ronaldo en tres y parecía que sería su noche. Sin embargo los acontecimientos han provocado en él una urgencia por solucionar una situación que le impide brillar. Un Messi acostumbrado a alzar trofeos debe jugar en un club acorde con ello, y junto con otros compañeros, está pidiendo una limpia en la plantilla. Sus sugerencias las comparten Luis Suarez y Neymar, a quienes también incomoda la imagen que está dando el Barcelona últimamente. Sin llegar a la catástrofe, está claro que no llega al rendimiento que se espera de un club con su trayectoria.

Empezando por el propio Luis Enrique, han salido a colación algunos nombres como Jordi Alba, Paco Alcáer o André Gomes. Por unos u otros motivos, estas son las piezas del puzzle que al trío estrella no le encajan para un equipo en condiciones de mantener el status. Para Messi concretamente, no se trata de dinero sino de presencia.