Es encargado de compras de 8 a16, pero no ve la hora de correr hasta su atelier para trabajar con sus pinturas.

Encargado de compras y mantenimiento en la filial rosarina de ACA Salud, la historia Raúl Minozzi valida el imaginario sobre las múltiples personalidades que suelen mostrar quienes cumplen una tarea meramente administrativa, pero que despuntan con igual responsabilidad la veta artística. Pintor en base a variadas técnicas plásticas, el hombre de 67 años, lleva 20 dedicado al trabajo en los bastidores. No reniega de su historial como oficinista, aunque ahora más cerca del retiro, se relame de solo pensar en la posibilidad de estar más tiempo al taller. “Mis obras no son baratas”, reconoce, al tiempo que explica: “No vendo un cuadro, vendo una idea en un marco, a la que yo le pongo el valor”.

Pese a que en el trabajo todos saben de su talento, intenta no mezclar la tarea en la que pone en juego la imaginación con la labor cotidiana que tiene hora de ingreso y salida. “Pinto desde la secundaria en Rufino, pero hace dos décadas le dedicó gran parte de mi día. Así y todo, puedo separar las aguas”, manifiesta el nacido y criado en la ciudad más austral de la provincia que lejos de mostrar una imagen bohemia, sabe reconocer los momentos para soltar la creatividad y aquellos donde el rigor de las obligaciones se impone.

“Me declaro un artista autodidacta, capaz de manejar múltiples técnicas. Desde óleos y acrílicos, hasta pintura con relieve a basede cemento, arena y tintas. Todo lo pude ir perfeccionando en los últimos años”, argumenta. Si hay algo que destaca a Minozzi es su versatilidad. Logra trabajar hasta siete obras en simultáneo, un procedimiento que le permite tomar distancia de alguna cuando la inspiración se corta, y continuar con otra distinta enseguida. “Cuando no logro lo que quiero en alguna pintura, la dejo, intento despegarme y el romance vuelve solo enalgún momento”, sumó.

Llegado a Rosario en la década del ’70, el afincarse en la Cuna de la Bandera, ciudad de artistas si las hay, le permitió compartir sus obras, algo a lo que no estaba acostumbrado en los inicios. “Tengo muchas muestras en mi haber, la última en el Centro Cultural Fontanarrosa con la que accedí incluso a un círculo importante de actores que valoran mi trabajo”, plantea mientras muestra el catálogo que repasa obras muy diversas, algo que atenta contra toda posibilidad de configurarlo como exponente de alguna corriente en particular

Arribó con el propósito de continuar sus estudios en Ciencias Agrarias que había comenzado en La Plata pero que producto de la enfermedad de su padre había tenido que interrumpir. A fin de cuentas dejó definitivamente los libros y le agarró el gustito a los negocios particulares, además de ser bancario por algunos años.“Siempre supe que para mantener una familia era necesario un trabajo estable”, asegura y enseguida reflexiona: “Si me hubiera dedicado a la plástica como única actividad laboral hoy no tendría un peso”.

Son más de 70 las obras que hoy tiene guardadas, las que le permiten una buena espalda para recorrer el circuito de muestras. “Sólo en cuero, unatécnica que desarrollé hace algunos años, tengo vendidas una 15 obras”, expresa el padre de tres mujeres que del mundo del arte entienden lo justo y necesario, en realidad, lo suficiente como para respaldar la ocupación del viejo más allá de la oficina. “En ACA Salud todos saben de mi otra ocupación, y en ese marco hay opiniones diferentes. Algunos me alientan y reconocen el talento, pero a otros les gusta menos”, argumentó.

Fuente: puntobiz.com.ar