Desde el Centro de Informaciones Meteorológicas (CIM) y el Instituto Nacional del Agua (INA) indicaron que posiblemente haya lluvias con niveles superiores a lo normal en la región como consecuencia del Fenómeno del Niño. Sin embargo, explicaron que hay que tomar los datos con cuidado.
En medio de pronósticos que auguran los más diversos escenarios en la región para los próximos meses, especialistas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) prefieren ser cautos y hablar de “tendencias” sobre lo que podría pasar con el clima como efecto del Fenómeno del Niño. Coinciden en que probablemente tendremos meses muy húmedos hasta enero, con lluvias con niveles superiores a los habituales y cauces que no superarán los valores normales.
José Macor, director del Centro de Informaciones Meteorológicas (CIM) de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la UNL, aseguró que el Fenómeno del Niño abarca grandes escalas espaciales y temporales. “Ocurre en el Pacífico oriental, pero repercute en otras zonas. Además es un evento recurrente que puede durar entre tres y ocho años, mientras que el proceso de calentamiento del agua puede durar entre ocho y doce meses. Es por eso que decimos que afecta la variabilidad climática. Como efecto hay sucesos de menor escala espacial y temporal, que son las lluvias intensas que demoran varios días. Sin embargo en comparación con el otro fenómenos duran poco”, consignó.
De acuerdo con Macor, el Niño generalmente afecta a grandes regiones de la zona costera americana del Pacífico (Colombia, Ecuador o Perú, por ejemplo), pero también a la zona de la Cuenca del Plata. “En este caso, repercutió en la región pampeana, aunque lo podría haber hecho en el sur de Brasil, en el este de Bolivia o en alguna parte del Paraguay. Depende de una serie de factores climáticos y meteorológicos regionales”, opinó.
“En los lugares donde hubo lluvias, en Santa Fe y norte de Buenos Aires, si bien los modelos climáticos dicen que continuarán, no necesariamente tendremos grandes precipitaciones en los mismos lugares. Puede que ocurran en otros o en la misma zona y que incremente la situación de emergencia, pero no es fácil decir que lloverá en tal o cual lugar”, subrayó.
Tendencia
Macor recordó que en las últimas semanas hubo distintas opiniones sobre lo que podría pasar en los próximos meses, desde las posturas moderadas hasta las más alarmistas. Sin embargo, aclaró que es necesario ser prudente al hacer pronósticos: “Estamos hablando de gente que observa determinados informes sobre la evolución del fenómeno, pero hay que entender que esos informes se basan en modelos muy complejos que tienen niveles de incertidumbre muy grandes. Entonces cuando uno habla de fenómenos climáticos, debe hablar de tendencias. Los resultados, que muchas veces son totalmente dispares, hay que tomarlos con cuidado y saber interpretarlos”, recalcó.
“La tendencia indica que para el trimestre noviembre, diciembre y enero estaríamos llegando al máximo momento de desarrollo del Niño. Luego habría una declinación. Esto es lo que nos dicen los modelos corridos a principios de agosto, lo que no quiere decir que el fenómeno termine en diciembre o no. Hay que tomar los datos con cuidado”, remarcó.
Por otra parte, hizo hincapié en que lo mismo sucede con los fenómenos meteorológicos a escalas más pequeñas, que son difíciles de predecir con mucho tiempo de anticipación. “La atmósfera y el océano son procesos muy cambiantes y cualquier pequeña perturbación puede modificar totalmente las condiciones atmosféricas. Por eso puede que no ocurra nada o que se produzca algún evento de tormentas severas. Sin embargo, es algo que los modelos matemáticos no pueden predecir tan fácilmente”, argumentó.
En este sentido, estimó que tendremos una primavera húmeda en la región, probablemente con lluvias por arriba de lo normal, aunque habría que ver luego cuánto evolucionan con respecto a los modelos que hay en este momento. “Se espera que haya lluvias en el sur de Brasil y genere crecidas que a lo mejor se darán en nuestro otoño. La respuesta de la Cuenca del Plata no es inmediata. Todo depende de dónde se produzcan las precipitaciones. Si se dan en la Cuenca del Plata, no se tratará de una crecida importante. No se puede dar en este momento una previsión de crecida del río Paraná”, concluyó.
Qué dice el INA
Por su parte, Carlos Paoli, docente de la FICH y director del Instituto Nacional del Agua (INA), informó que en este lugar procesan información por medio de su centro de alerta meteorológica que funciona en Ezeiza, el cual recibe datos permanentemente de Brasil, Paraguay, toda la cuenca de aporte del río Paraná y del río de la Plata. Además está en conexión con todos los centros de pronósticos del clima. En el último reporte del INA, del 5 de agosto pasado, figura un posible escenario hidrológico de la cuenca del Plata durante los meses de agosto, septiembre y octubre de 2015.
“El reporte dice que se esperan lluvias por encima de lo normal en la zona de Corrientes, Misiones, este de Formosa, Chaco, Paraguay y extremo sur de Brasil. Sin embargo, es imposible decir cuantitativamente cuánto lloverá, pero sí sabemos que habrá un escenario de lluvias que superará los valores normales para este trimestre en toda esa zona”, resaltó.
Paoli acotó que esa información incluye modelos globales a nivel de clima del planeta que está prediciendo la presencia de un fenómeno ENSO (El Niño – Oscilación Sur), comúnmente conocido como Fenómeno del Niño, que culminaría a fin de año o principios del 2016.
Crecidas normales
De acuerdo con Paoli, en la Cuenca del Plata el Niño generalmente se asocia con más lluvias, que como consecuencia puede aparejar crecidas importantes. “Estos pronósticos de Niño son emitidos por grandes centros del clima, de los cuales hay alrededor de 30 que en sus gráficos varían en cuanto a la magnitud del Niño que predicen. Todo coinciden en que se trata de un Fenómeno del Niño, pero es difícil decir si vendrá un Niño fuerte, moderado o débil”, manifestó.
El especialista destacó que por esa información entienden que hasta fin de año habrá más lluvias que lo normal en nuestra zona. En cuanto al cauce del río Paraná, expresó que habrá “situaciones de aguas relativamente altas, pero dentro de valores normales. Podemos distinguir las crecidas de tipo ordinarias, que son las que ocurrieron ahora, que en Santa Fe no llegan al nivel de los 5 metros. Crecidas importantes son cuando llegan a los 6 metros y las extraordinarias son cuando superan los 7, que fueron las del 83, 92 y 98. Sin embargo, no hay manera de saber si se producirá alguna situación de este tipo en los próximos meses”.
Paoli dijo también que hay que estar atentos, porque si hay lluvias por encima de lo normal “podría llegar a darse alguna situación que desencadene una crecida muy importante. Esto se puede dar cuando las lluvias importantes abarquen toda la cuenca de aporte y permanezcan durante un tiempo largo, pero no es tan fácil que se den esas condiciones, porque toda esa área supone unos 2 millones de kilómetros cuadrados. No son condiciones fáciles de que se den. Sí podemos decir que ante un fenómeno Niño, que se dará hacia fin de año, hay que estar preparados por si se producen esas lluvias extraordinarias”.
Un viejo fenómeno
En cuanto a las posturas que indican que eventos climáticos como los que están sucediendo hoy son causados por la mano del hombre, Paoli afirmó que el Niño no es un fenómeno nuevo, sino que se viene produciendo desde hace mucho tiempo. Sin embargo, los pronósticos con respecto a su evolución sí lo son. “Antes no se tenía la tecnología de registro en el Pacífico ni de transmisión a distancia, por ejemplo, de los que se dispone desde hace unos 50 años, que es cuando se avanzó mucho en cuanto a la anticipación de este tipo de fenómenos. No hay ninguna evidencia de que haya un cambio sustancial en la presencia de los fenómenos Niño”, apuntó.
Lluvias intensas
Al mismo tiempo, Paoli entendió que más allá de que haya una situación de cambio climático o no, lo cierto es que se ha detectado una mayor frecuencia de lluvias intensas. “Esto quiere decir que las lluvias se producen más frecuentemente. Generalmente no tienen gran extensión, pero donde caen pueden causar un problema muy serio. Si caen donde no hay población, se puede producir anegamiento y no hay mayores consecuencias, pero si se produce en una zona poblada, las consecuencias pueden ser muy serias”, advirtió.
A la vez, afirmó que existe otro fenómeno, el de la persistencia de eventos extremos en determinados lugares. “Un ejemplo es el de la laguna La Picasa, donde durante diez años se repetía el mismo fenómeno de lluvias, pero que luego dejaron de producirse. Sin embargo, pueden producirse en otro lugar. Es un fenómeno que nos indica que la probabilidad de que un evento extremo se repita en un mismo lugar a lo largo de muchos años es relativamente baja, pero que la probabilidad de que un fenómeno extremo de ese tipo se produzca en alguna parte de la región es alta, por lo tanto, hay que estar preparados”, finalizó en declaraciones a LT10.
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