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Viaje hacia el infinito

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La nave ‘Voyager 1’ es el primer objeto creado por el hombre que ha salido del Sistema Solar. Su débil señal es recogida por la Red del Espacio Profundo, un sistema mundial de antenas. Esta red de antenas acaba de celebrar el 50º aniversario de su puesta en marcha.

Los trabajadores de la NASA la llaman «el centro del Universo». Se trata de la sala de control del Jet Propulsion Laboratory (JPL) en Pasadena (California, EEUU), el lugar desde el que se controlan de forma permanente las naves espaciales que surcan nuestro Sistema Solar y, desde el verano de 2012, incluso el espacio interestelar que hay fuera de él. La sonda robótica Voyager 1 (viajero en inglés) fue lanzada en 1977 y es el primer objeto creado por el hombre que ha salido del Sistema Solar.

Haciendo honor a su nombre, lo consiguió tras completar un extraordinario periplo durante el cual visitó la Luna, Júpiter y Saturno. En 1989, puso rumbo hacia el espacio interestelar. Más de 19.019 millones de kilómetros recorridos…Y sumando. Porque su misión, que inicialmente iba a durar un lustro, cumplirá 37 años el 5 de septiembre.

«En principio nuestro plan es que la nave siga volando hasta 2025. Es posible que podamos ampliar su misión otros diez años más, hasta 2035, aunque esto todavía es incierto», explica Joseph Lazio, director científico de la Red del Espacio Profundo de la NASA (Deep Space Network, DSN), durante una entrevista con EL MUNDO en Madrid.

La DSN, operada desde la sala de control del JPL, del Instituto de Tecnología de California, es una red internacional de antenas gigantes de radio construidas para que los científicos e ingenieros puedan comunicarse con las naves que exploran el espacio profundo. A través de ellas, envían comandos a las sondas y se transmiten las fotografías y la información que recaban sus instrumentos. «Todos los datos que recibimos de las sondas espaciales nos llegan a través de esta red», señala.

Fuente: elmundo.es

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