Una pyme de Pergamino comenzó a cultivar legalmente cannabis junto al INTA. «Se realiza en invernáculos de alta tecnología bajo los máximos estándares en materia de bioseguridad», aseguran desde Pampa Hemp, la empresa que escogió una especie con una variedad genética con alto contenido de CBD y que promete proyectarse al mundo.
Una pyme comenzó a cultivar legalmente en Buenos Aires cannabis medicinal junto al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), constituyéndose en una de las primeras experiencias de producción legal para fines farmacológicos del cáñamo.
Esta asociación se produce tras la nueva reglamentación de la ley 27.350 y convertirá a Pampa Hemp en eventual pionera dentro del universo de la pequeña y mediana empresa.
El proyecto se desarrolla en la Estación Experimental de Pergamino, en el marco de un acuerdo público-privado con fines productivos y de investigación científica rubricado en enero pasado.
«Es un gran desafío y una enorme oportunidad para la Estación Experimental de Pergamino (EEA), tanto para la institución como para los profesionales que participarán del proyecto», dijo en aquel momento Ignacio Terrile, director de la EEA.
Terrile explicó que el objetivo principal es el de «iniciar un proceso de generación de conocimientos de alto valor científico-tecnológico, fundamental para el desarrollo de la industria relacionada a la producción de derivados del cannabis en Argentina».
«Estamos muy entusiasmados por este camino que empezamos a recorrer junto a proveedores locales, experimentando y adaptando los recursos propios en la búsqueda de generar una ecosistema de base nacional que nos potencie como industria y nos permita proyectarnos al mundo», explicó Sebastián Tedesco, cofundador de Pampa Hemp.
El prototipo de cultivo que comenzó la semana pasada en la Estación Experimental del INTA en Pergamino, «se realiza en invernáculos de alta tecnología bajo los máximos estándares en materia de bioseguridad», informaron de la empresa.
La variedad genética escogida inicialmente es de alto contenido en CBD y se testearán diferentes técnicas de cultivos y de extracción vegetal, con miras a obtener las certificaciones necesarias para poder exportar a diversos mercados internacionales.
En ese sentido, el empresario destacó que «los encadenamientos productivos del cannabis son intensivos en servicios basados en conocimiento, en equipamiento de alta tecnología y otras dimensiones del modelo Agrotech».
«Estamos en una etapa de experimentación, bajo nuestras condiciones medioambientales, entendiendo cuáles son los procesos más eficientes para lograr los mejores resultados en términos de volumen y calidad, para luego pasar a una fase de mayor escala de la mano del uso de genéticas nacionales propias con las que venimos trabajando hace años», agregó Tedesco.
Según informaron, «en esta primera etapa se buscará desarrollar protocolos y un modelo de producción local de cannabis de grado farmacéutico bajo un sistema competitivo», en el marco de un proceso que involucre a empresas nacionales en la generación de las «necesidades que plantea el cultivo» en lugar de recurrir a la importación de insumos y maquinaria.
«Apostamos a incorporar saberes y tecnologías con sustento científico para el desarrollo del cultivo de cannabis que permitan obtener materia vegetal de calidad, genéticamente estable y consistente en el tiempo», afirmó Natalia Prece, coordinadora del equipo de trabajo de INTA.
«Desde Pampa Hemp, buscamos contribuir a la producción de materia prima de grado farmacéutico que devenga en aplicaciones médicas y terapéuticas, facilitando el abastecimiento de la demanda local para la elaboración de productos nacionales de calidad, accesibles, trazables y de seguridad comprobada, cuidando a consumidores, pacientes y usuarios», concluye Pablo Fazio, socio de la compañía.