Un feedlot de punta desafía los límites de la sanidad
Un engorde de consumo que compra terneros de diferentes razas y orígenes detectó que, aún con muy buen manejo sanitario, los animales tratados por enfermedad ganan 450 gr/día menos y el costo por kilo producido aumenta 53%.
Probaron un suplemento nutricional que bajó 35% esas terapias y decidieron adoptarlo en la población de riesgo. La experiencia del Ing. Agr. Gustavo Sueldo, de Agro Sin Fronteras.
El Ing. Agr. Gustavo Sueldo, de Agro Sin Fronteras y el M.V. Maximiliano Audrito, responsable de sanidad de un feedlot de escala, ubicado en el corazón pampeano, optimizaron los parámetros de salud animal, un gran desafío para un engorde de consumo que compra terneros de diferentes razas, a distintos proveedores.
Tras años de muy buen manejo, bajaron la mortandad al 1,1% y los tratamientos al 5,8%, niveles poco frecuentes en establecimientos de esas características. Luego, gracias a los registros individuales de los animales, identificaron los grupos de riesgo, midieron la pérdida de performance de los tratados por enfermedad y pusieron en marcha acciones preventivas. Este año, hicieron un ensayo con un suplemento nutricional, Nutragen, de Phibro Animal Health, que refuerza el sistema inmunitario y presentaron los resultados en un webinar organizado por el laboratorio y la Cámara Argentina de Feedlots.
“Ya estábamos en un nivel en que era muy difícil bajar la mortandad, pero queríamos disminuir la cantidad de enfermos, no sólo porque tienen menores ganancias de peso diarias, sino porque hay épocas en que se tratan 500 animales por mes y la operatoria es muy compleja”, contó Sueldo. Y planteó: “El desafío era implementar acciones tempranas para evitar que se enfermen, porque cuando llegábamos al tratamiento era tarde para el negocio”.
Gerenciar la sanidad
La salud animal en el feedlot depende de varios factores, tales como raza, peso de ingreso, estado sanitario y nutricional previo, distancia desde el campo de origen y estación del año. “Como trabajamos con un stock muy heterogéneo, el primer paso fue identificar cuál era la población de riesgo y cuándo ocurrían los eventos que demandaban terapias”, recordó.
Para la zona central del país, el otoño es complejo y es además cuando los animales ingresan más livianos, por eso se registran más problemas sanitarios, sobre todo neumonías. “Los picos de tratamientos se dan ahora, desde abril a julio, hasta agosto, de modo que armamos un sistema de trabajo especial para el primer semestre del año”, indicó Sueldo, remarcando que la raza y el peso de ingreso fueron determinantes para segmentar las acciones.
“Los registros de los últimos dos años mostraban que entre los mestizos hubo que tratar el 13% del stock que ingresó con menos de 200 kg y sólo el 6% por encima de ese peso, o sea menos de la mitad, entonces ahí detectamos un grupo de riesgo”, argumentó.
Otra población de cuidado se encontró entre los terneros cruzas más livianos. “Por más que en general son más sanos, se vuelve a marcar que por debajo de 200 kg se trató el 14% del stock vs el 5% por encima de ese peso, es decir casi tres veces más”, continuó. Por último, los terneros Holando fueron los que llegaron al feedlot con más enfermedades. “Vienen de los tambos, donde en general se priorizan las hembras, por ende, se trató el 41% con menos de 200 kg, casi la mitad del total. Y con más de 200 kg, las terapias bajaron cerca de cuatro veces, al 12%, pero el porcentaje sigue siendo mayor que en los cruzas y mestizos, el doble”, sostuvo.
Con esta información, los especialistas diagnosticaron que, para este establecimiento, los terneros Holando y los mestizos y cruzas que se ingresan con menos de 200 kg son grupos de riesgo. “Cuando planificamos la sanidad, estamos más atentos a esas tropas”, enfatizó.
Qué pasó con los enfermos
Para Sueldo, medir el desempeño de los animales tratados por enfermedad es clave para la gestión del feedlot. “De los muertos conocemos el impacto, los contamos y sabemos cuánto valen, pero con los enfermos, sino los tenemos identificados, con datos bien tomados, es difícil ver el problema, porque finalmente todos salen gordos, el tema es con qué eficiencia lo hacen. Por ahí pasa el negocio”, aseveró.
En tal sentido, en los últimos dos años se trató el 5,8% del stock y sus parámetros productivos fueron muy distintos a los del conjunto de la población. “En promedio ganaron 450 gramos menos por día (0,748 gr/día vs 1,192 gr/día), produjeron 26 kilos menos por cabeza (98 kg vs 124 kg) y estuvieron 27 días más a corral para salir gordos”, reveló.
Poniendo esto en pesos, el costo por kilo producido de los novillos que recibieron esas terapias subió casi 53% ($202 vs $133) considerando gastos en sanidad, alimentación y estadía.
“En concreto, estos terneros enfermos no tienen precio de compra que avale el proceso de engorde, menos hoy con el alto precio del maíz. No es viable para el feedlot”, advirtió Sueldo, detallando que a partir de esa conclusión tomaron decisiones de manejo.
Mejor prevenir que curar
“El primer filtro para bajar las pérdidas es revisar qué compramos. Hoy, como tenemos estadísticas suficientes, sabemos qué nos entrega cada proveedor y podemos obrar en consecuencia. Por eso, es fundamental llevar registros”, aconsejó.
Otra medida importante fue que los grupos de riesgo comenzaron a recibir metafilaxis al ingreso, además de las vacunas tradicionales. ¿Qué es la metafilaxis? “Es la administración de un medicamento a una tropa en la que se diagnostica una enfermedad clínica en parte de los individuos, con el objetivo de curarlos y controlar la transmisión a sus contactos estrechos”, explicó. Y argumentó: “Cuando el feedlot es grande resulta complejo sacar un par de animales de un corral, llevarlo a enfermería y volver a ponerlos en el corral. Finalmente, resulta más costoso que el tratamiento en sí mismo”.
Así las cosas, Audrito decidió dar un paso más probando un suplemento nutricional que fortalece el sistema inmunitario, para seguir disminuyendo la mortandad, los tratamientos y los descartes.
Del ensayo
Se monitorearon unos 5.000 terneros representativos de la población total, que ingresaron al feedlot en poco más de un mes. En este caso, todos fueron tratados con metafilaxis para igualar las condiciones: 2.600 animales recibieron Nutragen en la ración, durante 28 días de acostumbramiento, que son los de mayor estrés; y otros 2.250 integraron el grupo control, se le suministró igual dieta, pero sin el suplemento.
“El producto redujo un 35% los tratamientos, 19% los muertos y 42% los descartes con respecto al grupo control”, reveló Sueldo, mostrando además un cuadro donde comparó qué ocurrió con cada raza.
“Entre los mestizos, los tratados por enfermos bajaron 27% con respecto al control y entre los Holando 45%, mientras los grupos cruza no mostraron variaciones. De cualquier modo, en total hubo un 42% menos de tratados, es un avance enorme”, subrayó Sueldo.
Otra diferencia se encontró al analizar las distancias recorridas desde el campo de origen. “Algunas tropas hacían 100 km y otras, 1.000 km, llevamos registros de todas. Y, en promedio, los tratados, muertos y descarte disminuyeron 40% en los que recibieron Nutragen respecto del grupo control”, desatacó.
¿Qué pasó con el consumo? “Tal como esperábamos, los animales que recibieron el suplemento, los de la línea verde (en el gráfico), en promedio, consumieron 8,8 kg de MS/ día, un 12, 6% más que el grupo control”, indicó, aludiendo que atravesaron mejor un período crítico como es la adaptación.
“Es un producto nuevo, ya lo probamos en un ensayo grande y, en base a los resultados, tomamos la decisión de usarlo estratégicamente en las tropas de riesgo, porque es más caro tener animales tratados y con bajas ganancias de peso”, anunció Sueldo.
Para el M.V. Elbio Bresan, Gerente técnico de ganadería de Phibro, lo destacable de esta experiencia es que se superaron los parámetros de un establecimiento que ya estaba en los límites de la mejora sanitaria, incluso con metafilaxis. “Si bien el ensayo se hizo en un feedlot comercial o sea sin las precisiones que arrojaría un estudio académico, los datos obtenidos marcan una tendencia contundente. Con Nutragen, disminuyeron las pérdidas y esto coincidió con un mayor consumo, porque los animales más sanos son más productivos ante situaciones de estrés, como la adaptación, el transporte e incluso el calor”, concluyó.