Están son algunas de las conclusiones y recomendaciones destacadas a las que se arribaron:
Impacto y consecuencias de la resistencia a fungicidas de hongos patógenos de semilla
«Muy pocas veces se ha relacionado a las consecuencias del origen de la resistencia con el rol de la semilla infectada, a pesar de que se sepa que la semilla constituye el agente más eficiente de diseminación y supervivencia de los patógenos», sostuvo el ingeniero agrónomo Marcelo Carmona.
Advirtió que una semilla enferma es capaz de introducir una cepa resistente que antes no estaba en un lote; que una vez confirmada la resistencia a un fungicida de un patógeno foliar que infecta también a la semilla, este insumo será ineficiente como tratamiento de semilla; y que se deben replantear las moléculas usadas como tratamiento de semilla y su frecuencia de uso.
Por lo tanto, el especialista destacó la necesidad de realizar una «gestión colectiva de la resistencia que considere las implicancias del rol epidemiológico de la semilla infectada».
Reemergencia del carbón volador
A cargo de la ingeniera agrónoma Marta Astiz Gassó en el bloque Sanidad y Seguridad Alimentaria, mostró la reemergencia de Ustilago nuda (carbón volador) en trigo y cebada, una enfermedad transmitida por la semilla que afecta a la espiga y disminuye el rendimiento.
«Se considera reemergente porque si bien no ha habido casos en los últimos 30 años, aumentó estrepitosamente su presencia desde el 2017 a la actualidad», reveló y detalló que los márgenes de enfermedad en el campo van desde el 5 al 20%.
Es una enfermedad monocíclica, que se reproduce sexualmente lo que le permite multiplicarse y tener una variabilidad genética. Además, persiste muchos años en el embrión y se transmite por el viento, la lluvia e insectos.
Para evitar la presencia de carbón volador Astiz Gassó recomendó saber si la semilla está infectada a través de análisis en laboratorios autorizados, de esa manera certificar la semilla e impedir pérdidas que puede generar la enfermedad, calculadas entre un 10 a un 20% en el campo. «Mientras que cuando son tratadas, los rendimientos suben hasta 800 kilos más por hectárea», agregó.
La tecnología de la nueva era: el uso de imágenes multiespectrales
La PhD Birte Boelt, científica de la cátedra Agroecológica de la Universidad de Aarhus de Dinamarca habló sobre «imágenes multiespectrales en el análisis de calidad de semillas» y la importancia de esta nueva herramienta.
En este sentido, explicó cuáles son las características del instrumento con 19 leds y para qué son utilizadas. «Las imágenes multiespectrales pueden usarse para realizar fenotipado de semillas, color, forma, rasgos anatómicos, brillo, tamaño, posición, así como también textura topográfica y espectral y química superficial. Las últimas tres solo se pueden ver por medio de la nueva herramienta», mientras que las primeras se pueden lograr con la cámaras comunes.
En cuanto a su utilidad, Boelt señaló que las imágenes multiespectrales sirven para distinguir distintos tipos de semillas, o semillas y tierra u otros productos.
Es decir que «es posible distinguir semillas infectadas y no infectadas, pero es muy importante recordar que el éxito se relaciona a los síntomas y características de la superficie». Al finalizar sumó que «las imágenes multiespectrales tienen múltiples usos en la producción para semillas viables, y en cuanto a la prueba de germinación».
Fuente: Diario La Nación