Sus palabras evocan desesperación porque cada semana todo empeora. En algunas zonas los cultivos ya sufrieron pérdidas del 100%. Por ejemplo, en la provincia de Tucumán, donde este año se sembraron unas 100.000 hectáreas, estimó que se esfumó al menos el 50% de la producción.
“Si bien es común encontrar este insecto en el norte del país, nunca habíamos registrado una incidencia y severidad como esta”, señaló Ramos, quien además es productora y asesora en el NOA. La preocupación radica en Spiroplasma kunkelii, una bacteria que causa la enfermedad del achaparramiento del maíz y que es transmitida por la chicharrita Dalbulus maidis. Cuando esta bacteria infecta el cultivo puede provocar síntomas graves como entrenudos acortados, proliferación de espigas infértiles, acortamiento del período de llenado de granos y muerte prematura de las plantas.
Ramos indicó que en el sur de Tucumán, cerca del límite con Catamarca, las pérdidas ocasionadas por esta plaga ascienden al 100%. “Son lotes que directamente no se van a cosechar en donde el maíz ya está prácticamente en el piso y es un polo de granos grande”, comentó. En el resto de la región los daños se contabilizan por encima del 50%. “Estimaciones de cosecha todavía no se pueden hacer de esos lotes porque la sintomatología avanza semana a semana. No obstante, las siembras más tardías también están condenadas a pérdidas del 100%”, remarcó.
“Estamos esperando para observar el comportamiento de las siembras más tempranas que pueden haber tenido una infección posterior del spiroplasma. Igual las pérdidas ya se estiman por encima del 50% y en el caso de llegar a cosecharse, la calidad de lo que cosecharía estaría muy por debajo de lo óptimo”, agregó.
Ante esta situación preocupante, la productora compartió que, en su función de asesora, está aconsejando abstenerse de sembrar maíz en la próxima temporada agrícola debido a la ausencia de estrategias efectivas de combate contra la enfermedad. “Hay que buscar hacer un vacío sanitario, por lo menos de una campaña, porque la realidad es que no tenemos materiales tolerantes a la enfermedad y los tratamientos químicos tampoco dan resultados”, sostuvo.
En ese sentido, contó que en la zona se intentó controlar al vector en el comienzo del cultivo y no hubo efectividad de ningún tratamiento. “La situación está descontrolada. No hubo forma de manejarlo de ninguna manera. No sirvieron los híbridos que tenemos en el mercado, tampoco con las fechas de siembra, tampoco los tratamientos químicos. No se pudo hacer nada”, alertó.
Cuando la bacteria infecta al cultivo puede provocar síntomas graves como entrenudos acortados, proliferación de espigas infértiles, acortamiento del período de llenado de granos y muerte prematura de las plantas
Cuando la bacteria infecta al cultivo puede provocar síntomas graves como entrenudos acortados, proliferación de espigas infértiles, acortamiento del período de llenado de granos y muerte prematura de las plantas
Ramos prevé una pérdida arriba del 50% en volumen del maíz de la provincia donde este año se sembraron unas 100.000 hectáreas. No descarta pérdidas superiores. “Tuvimos picos de temperatura y humedad que hicieron que la enfermedad se expresara mucho más violentamente. Entonces si, por ejemplo, vuelve a subir la temperatura, ese 50% asciende a un 70% de pérdida. No tenemos certezas de nada. Es una enfermedad que avanza y como no hay registro, ni antecedentes, entonces nos estamos enterando de los efectos a medida que los vamos viendo en los lotes”, comentó.
“Nosotros tomábamos como referencia lo ocurrido en Brasil. Entonces tratamos de extrapolar un poco y esperábamos que las siembras tempranas escaparan un poco a esta problemática pero no se está dando”, agregó.
Ramos contó que, junto con uno de sus clientes, decidieron hoy largar los animales al lote. En su caso particular explicó que esta es la segunda campaña en la que no va a cosechar maíz. “Esto es peor que la sequía porque a la sequía la conocés. Es una enemiga conocida. En cambio, este es desconocido. No puedes proyectar. La situación cambia todas las semanas, las plantas se caen o se pudren y no vamos a tener en el corto plazo respuestas de las químicas [por las firmas de agroquímicos] y las semilleras con tratamientos en el corto plazo”, comentó.
“El productor va a quedar en una situación muy mala económicamente esta campaña porque los costos de implantación de maíz son muy altos entonces no va a haber recupero de la inversión inicial porque hay lotes que hasta hace un mes atrás los veías con potencial de rendimiento espectacular y ahora las mazorcas se están pudriendo, las plantas se están cayendo. Queremos directamente no meter las máquinas”, remarcó.
Fuente: Pilar Vazquez – Diario La Nación