El Ministerio de Salud provincial, a través de la Dirección de Promoción y Prevención en Salud, recordó que mañana se celebrará el Día Mundial del Corazón, fecha en la que la OMS llama a “tomar conciencia sobre la importancia de la prevención y detección precoz de los problemas cardiovasculares”, como también de los factores “de riesgo que los provocan”.
Al respecto y adhiriendo a dicha conmemoración, desde el organismo santafesino se explicó que las enfermedades cardiovasculares (ECV) son un conjunto de trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos, que incluyen desde hipertensión arterial (presión alta), cardiopatía coronaria (infarto de miocardio-angina de pecho), enfermedad cerebrovascular (apoplejía), enfermedad vascular periférica, insuficiencia cardíaca, cardiopatía reumática, cardiopatía congénita y miocardiopatías.
Estas enfermedades son la principal causa de defunción en todo el mundo. Nueve y medio millones de muertes, es decir, el 16,5% de las muertes anuales son atribuibles a la hipertensión. Esto incluye el 51% de las muertes por ACV y el 45% de las muertes por cardiopatía coronaria.
PREVENSIÓN
Se calcula que de aquí a 2030, casi 23,6 millones de personas morirán por alguna enfermedad cardiovascular, principalmente por cardiopatías y accidentes cerebrovasculares. Se prevé que estas enfermedades sigan siendo la principal causa de muerte.
La mayoría de las ECV pueden prevenirse actuando sobre los factores de riesgo, como el consumo de tabaco, una alimentación no saludable, la obesidad, la inactividad física, la hipertensión arterial, la diabetes o el aumento de los lípidos sanguíneos como el colesterol.
Al respecto, la tercera encuesta de los Factores de Riesgo (ENFR), realizada el año pasado en el país, muestra que “una de cada 4 personas consume tabaco en la actualidad”.
En ese sentido, se precisó que la exposición habitual al humo del tabaco ajeno “descendió progresivamente entre los tres relevamientos (52% en 2005, 40,4% en 2009 y 36,3% en 2013). La exposición en lugares de trabajo bajó del 34% al 25% y en bares/restaurantes del 47,2% a 23,5 % entre 2009 y 2013”.
En cuanto a lo que se refiere a la alimentación, entre 2009 y 2013 disminuyó de 25,3 a 17,3 el porcentaje de población que agrega siempre sal a las comidas después de la cocción o al sentarse a la mesa, mientras que el promedio diario de porciones de frutas o verduras consumidas fue de 1,9 por persona. No se evidenciaron diferencias sustanciales desde 2009, según jurisdicción o nivel de ingresos.
A su vez, seis de cada 10 personas registraron exceso de peso y 2 de cada 10, obesidad. En 2013 aumentó un 42,5% la prevalencia de obesidad respecto del 2005 (14,6% a 20,8%), con un incremento menos significativo desde 2009. La prevalencia de obesidad resultó mayor entre varones y a menor nivel educativo.
Por su parte, la baja actividad física se evidenció en 1 de cada 2 personas, se mantuvo estable con relación a 2009 y resultó mayor entre mujeres. En tanto que 9 de cada 10 adultos se controlaron la presión arterial en los últimos 2 años, proporción mayor a la registrada en 2009. La prevalencia de hipertensión (entre quienes se controlaron) se mantuvo estable.
Además, ocho de cada 10 personas (varones mayores de 34 años/ mujeres mayores de 44 años) se midieron alguna vez el colesterol en sangre, sin cambios respecto de la ENFR 2009. De los que se controlaron, un tercio manifestó tener colesterol elevado.
Para la cartera sanitaria provincial, estos resultados muestran que hay que seguir actuando sobre la prevención de los factores de riesgo para evitar que los mismos se conviertan en las causas principales de las enfermedades cardiovasculares, por lo que es fundamental la implicación y responsabilidad en el control de su enfermedad de las personas que ya tienen una enfermedad cardiovascular diagnosticada siguiendo las recomendaciones de tratamiento del médico y equipo de salud tratante.
La medicación indicada es sólo una parte del tratamiento que debe seguir una persona para el buen control de su enfermedad, y es necesario incorporar y adoptar estilos y hábitos de vida saludables.
Controlar los niveles de glucosa en la sangre, colesterol y presión arterial con cierta frecuencia, permitirá prevenir o retrasar la aparición o empeoramiento de las enfermedades cardiovasculares; así como llevar una alimentación diaria baja en grasas, sal y colesterol, y lo más saludable posible, favoreciendo el consumo de alimentos como frutas y verduras.
IMPORTANCIA DE LA ACTIVIDAD FISICA
También es significativo realizar alguna actividad física regularmente, favoreciendo la realización de ejercicios aeróbicos que influyen en la reducción el riesgo de enfermedades cardiovasculares, teniendo en cuenta que fumar no sólo aumenta el riesgo de cáncer de pulmón, sino que también aumenta apreciablemente el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Si se empieza a controlar el mayor número posible de factores de riesgo ya desde la niñez y se mantienen hábitos saludables, es posible “reducir el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular en la edad adulta”.