Hay más de 100.000 hectáreas bajo el agua y crece la emigración de centenares de familias de la zona.
La laguna creció 35 veces desde 1985. Foto: Julián Bongiovanni
Las lluvias caídas durante la semana pasada provocaron una nueva emergencia por el desborde de la laguna La Picasa, en el departamento de General López, en el extremo sur de esta provincia. Ello confirmó que el nivel de la laguna hoy está 8,20 metros por arriba de lo normal.
Los datos elocuentes para reflejar la situación, que viene desde 1985, los dio a conocer el presidente del Comité de Cuenca de esa laguna, Juan Carlos Duhalde. «Hay más de 100.000 hectáreas inundadas en una de las zonas más ricas del país. Lamentablemente, lo que está ocurriendo es la emigración de centenares de familias, que terminan engrosando las villas de emergencia del Gran Rosario o el Gran Buenos Aires», sostuvo el productor.
Ante una consulta, Duhalde explicó: «El tema es que no se avanza con las obras que se estiman necesarias para ir modificando esta realidad. Hoy se derivan a la provincia de Buenos Aires entre siete y ocho metros cúbicos por segundo. Pero es lógico señalar que si faltan obras porque no se ejecutaron durante más de 20 años hoy no le podemos echar la culpa a la lluvia», subrayó.
El cuadro de situación se sigue agravando. El agua de la desbordada laguna, que también recibe aportes de la zona sudeste de Córdoba, donde se sufre el fenómeno de la inundación, supera el nivel de la ruta nacional 7 entre Aarón Castellanos y Diego de Alvear, en un tramo de 12 kilómetros, donde se puede verificar que el agua supera el pavimento en 1,30/1,40 metros.
Los especialistas consideran que la laguna La Picasa creció 35 veces desde 1985 hasta hoy. Pasó de ser «una manchita» que ocupaba 1400 hectáreas hace 32 años a una enorme masa de agua que hoy abarca un territorio equivalente a 50.000 hectáreas, aunque su influencia se extiende a un número similar de hectáreas en zonas colaterales.
«Desde Rufino hasta [Aarón] Castellanos es un mar. Los campos están todos bajo el agua», añadió el presidente comunal de la segunda localidad, Walter Ramanzín. «No sé qué va a pasar, no sé cómo la vamos a seguir peleando», admitió el funcionario.
La problemática de La Picasa involucra no sólo a Santa Fe, sino también a Buenos Aires y Córdoba. Los excedentes que superan la ruta nacional 7 llegan a Buenos Aires y amenazan con inundar zonas productivas que integran el núcleo dedicado a las campañas granarias. «Hay un proyecto de salida de los excedentes de La Picasa hacia el Paraná, que aparentemente la Nación estaría dispuesta a financiar. Santa Fe tiene que autorizar la traza. Es una salida que apoyamos», insistió Duhalde.
Según las investigadoras Cecilia Cornero, Ayelén Pereira y Cristina Pacino, del área de Geodinámica y Geofísica de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), el problema de La Picasa «es muy complejo», ya que se trata de una laguna situada en una cuenca endorreica, que no tiene salida. Gracias a los datos suministrados por satélite, pudieron trazar una evolución en el tiempo de la cantidad de agua que contiene la laguna en sus diferentes capas, para establecer así una foto muy precisa de su trayectoria.
«Vemos que hubo períodos entre 1998 y 2002 durante los cuales el nivel de agua se incrementó, y luego otro período neutro durante el cual se registraron descensos, que llegó hasta el año pasado», señalaron.
Las especialistas destacaron además que durante gran parte de la última década las precipitaciones en algunos lugares de la cuenca superaron los 1000 milímetros, en una zona con un régimen que oscilaba en 700 milímetros anuales, algo asociado a un nuevo patrón climático que vive el mundo.
También destacaron la influencia de los cambios en el uso del suelo debido al proceso de intensificación agrícola y la descarga de canales no autorizados, como factores que «han contribuido a agravar la problemática de las inundaciones en La Picasa».