Récord mundial. Luke Aikins contó algunos detalles y la preparación a la que debió someterse para lograr su proeza.
En octubre de 2012, Felix Baumgartner dejó mudo al mundo entero tras tirarse desde 39.000 metros de altura. Dos años después, un ejecutivo de Google con equipo similar, sin patrocinadores y con mucha menos prensa, pulverizó ese récord y saltó desde 41 mil. Los dos tuvieron un factor de riesgo enorme, aunque poco comparado al que se enfrentó Luke Aikins, que pasará a la historia por arrojarse desde un avión a 7600 metros sin paracaídas y aterrizar intacto en una red. Pero ¿cómo lo hizo?
Mi primera reacción a la idea de saltar sin paracaídas, como la de cualquier persona en su sano juicio era: gracias, pero no gracias”. Explica Aikins en una entrevista a la revista People Magazine. “Al fin y al cabo tengo una mujer, un hijo, y una vida que quiero vivir. Sin embargo, durante semanas me despertaba en medio de la noche preguntándome: Si alguien te dijera que tienes que hacerlo, ¿cómo lo harías?” La respuesta es: usando una red. En lugar de paracaídas, Aikins preparó una enorme red de 930 metros cuadrados (más chica que media cancha de fútbol) suspendida en el aire mediante grúas de construcción. La red estaba compuesta de polietileno de ultra alta densidad, un material conocido comercialmente como Spectra Fiber. Aparte de ser 15 veces más fuerte que el acero, las fibras de este material son absolutamente inelásticas, un detalle necesario para frenar la caída de Aikins de forma efectiva.
Este estadounidense de 42 años que comenzó su carrera a los 12, tiene más de 18 mil saltos -un promedio de 1.6 saltos diarios- y trabajó como doble de riesgo en varias películas, incluyendo Iron Man 3. Pero esto era diferente a todo. Porque una cosa es salir de un avión con todo el equipo necesario, y otra es salir “desnudo”, con el objetivo de acertar su caída en una red que en una parte del camino se ve tan grande como una carta.
Desde el momento en que Aikins se decidió hacerlo -hace dos años- el salto fue llamado “Heaven Sent” (Enviado del cielo). Fue trasmitido en directo por la cadena FOX, que mostraba que mientras este loco se subía al avión lo hacía sólo con con un GPS para maniobrar en el aire y apuntarle a la red, algo dificilísimo a una velocidad de 193 kilómetros por hora a los que llegó a alcanzar.
El hombre saltó junto a tres ‘skydivers’ que cargaban cámaras para filmar la proeza desde cerca y humo blanco en sus pies para que en tierra siguieran su camino. El objetivo era acompañar a Aikins y guiarlo hasta la mitad del recorrido, donde luego los hombres desaparecieron de la escena cuando abrieron sus paracaídas. El lanzamiento duró dos minutos y fue justo en el final cuando giró y terminó impactando de espaldas contra la red. Entre aplausos y gritos, Aikins emergió del lugar que lo había atrapado en su caída y abrazó a su esposa. Ahora ¿Habrá alguien dispuesto a superarlo?