La toma de decisiones no es ajena a la buena vida. En el marco de una nueva cumbre ministerial del G20, la organización del evento decidió poner toda la carne al asador en materia de hospitalidad y planificó una agenda lúdica para aflojar las tensiones derivadas de la guerra comercial.
La tradicional foto de familia en el Centro de Convenciones. Foto: Mariano Fuchila.
Por lo pronto, los 22 ministros de Finanzas, los 17 presidentes de Bancos Centrales y los más los diez titulares de organismos multilaterales compartieron este mediodía en el Centro de Convenciones de la Ciudad un brunch frío que incluyó una tabla de fiambres de entrada, bife de salmón, verduras grilladas y ensalada de tomate, palta y choclo.
Tras la primera jornada de la reunión ministerial, los funcionarios de las veinte economías más importantes del planeta se dirigieron hacia el Campo Argentino de Polo para presenciar una exhibición entre los equipos El Trébol y Venado Tuerto.
Allí mismo, los agasajados se sacaron la tradicional foto de familia del encuentro y luego saborearon un tradicional asado argentino regado con uno de los más prestigiosos vinos del país. Sin embargo, no todos pudieron disfrutar de la cena ya que algunos de los ministros debieron regresar a las negociaciones contrarreloj para la redacción del documento final que se emitirá este martes.