Todo ello obedece a la intención de separar el segmento ruso del resto de la red mundial, así como para hacer frente a otros peligros provenientes del exterior.
Foto: ilustrativa
Rusia realizó entre el 16 y el 23 de diciembre una prueba piloto del llamado «Internet soberano», su segmento propio de la red global, bautizado Runet.
La idea se originó en la ley sobre el funcionamiento sostenible del segmento ruso de la internet, que entró en vigor el 1 de noviembre pasado.
Funcionarios del Ministerio de Desarrollo Digital y Comunicaciones y cuatro compañías operadoras pusieron a prueba la estabilidad de conmutación, la seguridad del uso del Internet y de la telefonía móvil.
Incluyeron en la prueba medidas de protección de datos personales e intercepción del tráfico informático.
Todo ello obedece a la intención de separar el segmento ruso del resto de la red mundial, así como para hacer frente a otros peligros provenientes del exterior.
El viceministro Alexéi Sokolov estimó que las autoridades y las operadoras se han mostrado «en general listas para reaccionar con eficacia» ante riesgos y amenazas.
Los trabajos de reparación en las redes de comunicación posteriores a una situación de emergencia y un desastre natural también formaron parte de la agenda y permitieron apreciar la coordinación de las distintas autoridades.
El periódico Védomosti recoge algunos detalles del entrenamiento conjunto a partir de una presentación confeccionada por el Ministerio.
Cada operadora recibió 18 guiones de ataques: dos tercios a través del sistema de señalización por el canal común número 7 (SS7), utilizado para el establecimiento y la finalización de llamadas.
El resto de los guiones llegó mediante uno de los principales protocolos de las redes 4G: el Diameter.
El ensayo dentro de cada guion duró en torno a los 20 minutos, según informó actualidad.rt.
El ministerio calificó de exitoso el resultado del primer ejercicio de mantenimiento estable del Runet, como se denomina el dominio ruso de Internet.
El experimento se llevó a cabo en Moscú, Rostov y Vladímir, pero siempre en unos «segmentos, caballetes y polígonos autónomos» para que los usuarios no sufrieran dificultades con el acceso a Internet.
Los funcionarios prometen que los simulacros se repetirán con regularidad y abarcarán toda una variedad de influencias potenciales en las redes rusas.