«Gastón Varale y Claudio Nieva tienen 44 y 52 años respectivamente. Se conocen desde muy chicos pero estuvieron 20 años sin verse y se reencontraron en febrero del año pasado mientra disfrutaban del carnaval de Gualeguaychú. Fanáticos de River ambos, la vida volvió a unirlos para disfrutar en la cancha de la reconstrucción deportiva del club de sus amores y de los títulos que fueron llegando desde ese momento, desde el torneo local y la Copa Campeonato, pasando por la Sudamericana y la Recopa, hasta la Libertadores. Un año después de su reencuentro, casualmente, estos dos personajes nacidos en Rufino estaban sacando pasaje a Japón para venir a ver la Suruga Bank. Y hasta aquí llegaron, no sin antes tener una anécdota particular. “Sacamos pasaje para el 2 de agosto y no lo cambiamos. No pudimos ver la final y en el momento en que se estaba jugando nosotros estábamos en pleno vuelo porque antes de venir acá paramos un par de días en Dubai. Recién me enteré unas horas después por un pibe que pagó el wi fi en el avión y me mostró la noticia a través de su celular. Enseguida le pedimos whisky a la azafata para festejar”.
Pero esa no es la única curiosidad de estos dos amigos argentinos. En Abu Dhabi se compraron turbantes y túnicas y aparecieron disfrazados de árabes en Osaka para recibir al plantel de River, a pesar de la sofocante temperatura. Y se llevaron la atención de todos los japoneses. Entre broma y broma, Miguel sacó pecho por el momento de River y preguntó: “¿A dónde están los bosteros? Me parece que están escondidos bajo tierra”. Luego, su compañero de ruta, Claudio, se puso serio para definir lo que siente por River y lo que lo motivó a hacer este viaje: “En el último año y medio perdí varios seres queridos. La pasé muy mal y River me da esa alegría que me falta en este momento en mi vida personal”.
Olé, por su parte titula: Sólo les faltaba el dulce de leche… y el periodista Federico Del Río escribió:
«Que hubiera japoneses esperando a River era lógico y se preveía desde que el equipo apenas pisó el país. Los argentinos que lo siguen a todas partes, desde Formosa hasta Edmonton, también. Pero que aparecieran dos árabes era la noticia del día. “Hola, somos de Rufino”, responden después del “you speak english?” y descolocan con una carcajada. ¿Quiénes son estos extraños muchachos? Se trata de Gastón Barale y Claudio Nieva, dos amigos que programaron el viaje apenas River se clasificó a octavos de la Libertadores. Y pusieron fecha de salida para el 2 de agosto porque, pensaron, la revancha de la final sería de visitante. Pero tocó el único rival con el que se invertía la ecuación y no la pudieron ver: en ese momento estaban viajando de Dubai a Tokio. “Ni me quise conectar a Internet en el avión, pero en un momento no aguanté más y le pedí a uno que estaba conectado que se fijara”, cuenta Gastón, gerente de una cadena de estaciones de servicio. Y dicen las malas lenguas que al enterarse el resultado las azafatas tuvieron un pico de demanda de whisky para aflojar tantas tensiones. “Y ya tenemos todo para volver en diciembre”, avisa Nieva, productor agropecuario y ex combatiente de Malvinas, ahora cómodamente vestido con la túnica blanca y el kafiyyeh en la cabeza. “Los compramos para entrar a la mezquita de Abu Dhabi y está bárbaro, es muy fresco”, se ríe y promete: “Mañana vamos a venir a sacarnos fotos con el plantel con el kimono puesto, queremos conseguir recuerdos de la mayoría de jugadores”.
La verborragia de estos dos locos contrasta con la timidez de Fuminao y Kimiko, dos japoneses que viajaron una hora desde Kyoto y ni siquiera hablan inglés. Ellos los miran asombrados. Entre señas y voluntad cuentan que escribieron el cartel de “Felicitaciones campeón” copiando de Internet y se llevan con orgullo las firmas de Lucho y Pisculichi en esas viejas camisetas con las publicidades de Quilmes y Petrobras. Locos, en todos lados.» (http://www.ole.com.ar/river-plate/futbol/Solo-faltaba-dulce-leche_0_1409859023.html)