En marzo pasado, cuando se registró una suba del 45% del precio FOB del trigo argentino luego de la invasión de Rusia a Ucrania, el pan debería aumentado 8,45 pesos el kilo, la harina $9,7 el kilo y los fideos $7,05 el kilo. Sin embargo, la realidad terminó siendo otra: el pan se encareció 38,46 el kilo, la harina $10,87 el kilo y los fideos 14,62 pesos el kilo.
Estos datos se desprenden de un informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires que se puso a dimensionar qué impacto tienen las variaciones en los precios del trigo en productos finales como el pan. El estudio llegó a diversas conclusiones, como que desde 2017 y analizando las variaciones mensuales del precio del pan, la harina y los fideos, en promedio “solo el 9,8% de las variaciones en el precio del pan provienen de variaciones en los precios internacionales, y el 11% de variaciones en el tipo de cambio”. En tanto, una suba del 45% del cereal impactaría en un 0,3% en el IPC General.
Al respecto, remarcó: “El resto de las variaciones en el precio del bien final provienen de otros factores locales”. Agregó que “una política de intervención sobre el precio del producto primario, en este caso el trigo, tiene un impacto poco significativo sobre los precios al consumidor y la demanda, mientras sí impacta de manera negativa sobre el productor y la oferta”.
Para la Bolsa de Cereales porteña, en la harina las variaciones de precios se ven influenciadas en mayor medida por los cambios en los precios internacionales. De acuerdo a la entidad, esto último podría ser, por un lado, por “su composición intrínseca, en donde el trigo es el insumo más importante, representando un porcentaje mayor de los costos”.
“Pero por el otro, al hecho de que es un producto que suele ser objeto de intervención en el precio final. Durante el período analizado, más del 40% de los precios minoristas relevados integraron el programa Precios Cuidados, excepto entre 2018 y 2020, cuyo porcentaje bajó a menos del 10%”, acotó.
En el caso de los fideos secos, apuntó que “los cambios en los precios internacionales del trigo apenas explican el 13% en promedio de la variación de su precio final”. Según el reporte, el consumo de productos elaborados en base a trigo representa el 19% del gasto total en alimentos. Allí se revela que las cantidades consumidas per cápita disminuyen mientras aumenta el ingreso y que las variaciones de precios afectarían a los sectores con menores ingresos. “Las variaciones de precios de estos productos están afectadas mayoritariamente por otros factores ya que, incluso, en períodos donde los precios internacionales registran un aumento significativo, los precios locales se incrementan más que proporcionalmente, llegando a más que cuadruplicar el aumento en el caso del pan, y a más que duplicar en el caso de los fideos”, ejemplificó.
Medidas
Para la organización, en lugar de aplicar medidas que puedan limitar la oferta, esto es la producción, se debe actuar sobre la demanda. En el trabajo, realizado por Jimena Vicentin Masaro y Agustín Tejeda Rodríguez, se señala que una política de llegar de manera directa a los consumidores “representa un ahorro fiscal”. “Subsidiar a toda la población bajo la línea de pobreza para que no se vea afectada por el aumento del precio de los productos derivados del trigo requiere un 40% menos de recursos que, por ejemplo, las compensaciones a la industria procesadora [el Gobierno recaudará entre 370 y 400 millones de dólares con la suba de las retenciones a la harina y el aceite de soja para subsidiar la harina para las panaderías]; si solo se compensa por el aumento de los precios de alimentos explicado por el precio del trigo y el tipo de cambio, el ahorro llega hasta el 80% de los recursos estimados”, indicó. “Una política de esta naturaleza tiene la ventaja de no afectar negativamente los incentivos al productor, y por ende al desempeño de la producción y las exportaciones, como sí lo hacen las políticas de restricciones y derechos a la exportación”, añadió.
Según se detalló, el monto del subsidio a toda la población bajo la línea de pobreza (17,3 millones de personas) sería de entre 58,7 y 183,8 millones de dólares. Es menos de todo lo que se prevé recaudará la Argentina de manera extra por la suba de los precios internacionales de los granos: 1400 millones de dólares, US$153 millones de ellos con las exportaciones de trigo.
Fuente: Diario La Nación