AMIRA JADUR, docente de excelencia en cuanto a sus destacadas características intelectuales, pedagógicas y humanas, se desempeñó como Directora de la Escuela Nº 586 desde los primeros meses del año 1981 hasta diciembre de 2002, es decir durante casi 23 años continuos logrando consolidar una escuela reconocida por su calidad de enseñanza, y elevando considerablemente la matrícula del alumnado escolar durante todo ese período.
Amira Jadur, hija de Josefa Di Giorlando (rosarina) y de Mohamed Jadur (inmigrante sirio) nació el 12 de marzo de 1941 en la ciudad de Rufino. Destacada alumna desde sus comienzos, cursó sus estudios primarios en la Escuela Nº 172 y sus estudios secundarios en el Colegio Nacional hasta 3er año cuando decide continuar sus estudios en la Escuela Normal Nº 2 de Rosario adonde obtiene el título de Maestra Normal.
Comienza su actividad docente con reemplazos en la ciudad de Rosario y en pueblos cercanos tales como Luis Palacios.
Paralelamente toma la decisión de iniciar estudios universitarios en la carrera de Farmacia, pero antes de comenzar con el cursado, debe regresar a la ciudad de Rufino con motivo del fallecimiento de su padre.
A partir de allí decide continuar ejerciendo su carrera docente en nuestra ciudad desempeñando reemplazos en las Escuelas Nº 669 y 171 y luego como personal único en la Escuela Primaria de la localidad de Aarón Castellanos hasta el año 1979.
En ese momento comienzan a surgir en la provincia los concursos para ocupar cargos directivos en donde Amira participa siempre destacándose a nivel provincial. Compite para Escuela de 4ta. Categoría con excelentes resultados. Esto le permitía tomar la dirección de una institución mucho más cercana a su domicilio como la Escuela Primaria de la Estancia La Invernada pero para no desplazar a un compañero docente conocido decide dejar de lado ese cargo y tomar el de directivo en la Escuela Nº 634 de Colonia Albertengo ubicada a 11 km al norte de Rufino. Allí se desempeña hasta el año 1981 ya que decide concursar para 3ra y 2da categoría en una misma jornada, volviendo a destacarse en su puntaje. Esto le permite elegir tomar la dirección de la querida y amada 586. Al poco tiempo compite en concurso para 1ra. Categoría logrando obtener el 2do. mejor puntaje de toda la provincia. A raíz de este desempeño tiene a su disposición elegir cargo directivo según su decisión en los colegios más importantes de Rosario: las escuelas Normales, a las cuales viaja para conocerlas e interiorizarse en sus contextos y decidir en cuál de ellas desempeñaría la dirección. Pero nuevamente por cuestiones de salud de su madre decide priorizar la familia y opta por quedarse en Rufino. En nuestra ciudad la única escuela que reunía esas condiciones en ese momento era la Escuela Nº 171 pero una vez más, para no perjudicar a una docente amiga que se encontraba desempeñando la dirección de dicha escuela, opta por continuar al frente de la Escuela Nº 586.
Allí decide quedarse para siempre, y ejercer su carrera docente como Directora hasta su jubilación haciendo de ese ámbito su segundo hogar y muchas veces su primer hogar por el tiempo que dedicaba a su amada escuela.
Nueve años después de su asunción y en su afán de innovar realiza un censo de personas adultas del barrio sin alfabetizar y propone la creación de una Escuela sobre las bases del PAEBA (Programa de Alfabetización y Educación Básica del Adulto) logrando su apertura al año siguiente y teniendo como sede el edificio de la misma Escuela durante el turno noche. Allí se desempeña como docente durante 6 años hasta que es ascendida al cargo de Supervisora Regional cargo en el que se desempeña hasta el día de su jubilación.
En el período en que ejerce como Directora, la Escuela Nº 586 logró concretar numerosos avances tanto sea desde lo edilicio así como los reconocimientos pedagógicos obtenidos no solo en el ámbito local sino también a nivel provincial y nacional.
Uno de esos grandes logros fue la creación del comedor escolar. Como al momento de gestarse esta iniciativa no había espacio físico suficiente, Amira decide ceder la Casa Habitación del Colegio para inaugurar allí las instalaciones del comedor adonde asistían muchos niños del barrio. Mientras tanto comienza a gestionarse la construcción del espacio definitivo en el que funciona actualmente y que pudo concretarse algunos años después.