Sociedad

Qué dice el “manual de supervivencia” del IPCC: financiamiento y energías renovables para enfrentar los efectos del cambio climático

Expertos de la ONU presentaron el Informe de Síntesis del Sexto Ciclo de Evaluación, que reúne casi una década de trabajo científico. El documento alerta que la acción climática actual es insuficiente y que es necesario que los Estados tomen mayores medidas de adaptación para que los daños no sean irreversibles.

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Este lunes, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) presentó en conferencia de prensa su Informe de Síntesis, un reporte que reúne lo más destacado de los seis informes realizados desde 2018 y que se consolida como la más extensa literatura y la mayor evidencia científica sobre cambio climático de la historia.

El mensaje de la comunidad científica, en este documento, fue contundente y claro: no hay más tiempo y, si no se avanza en acciones concretas de adaptación al cambio climático y no se reduce el uso de combustibles fósiles para pasar hacia un modelo económico basado en energías renovables, los daños serán irreparables. Eso sí, aún parece haber un margen de esperanza, solo posible a través de la cooperación internacional política y del financiamiento equitativo para que se implementen las medidas necesarias. 

“La incorporación de una acción climática efectiva no solo reducirá las pérdidas y los daños para la naturaleza y las personas, también proporcionará beneficios más amplios”, aseguró, durante la conferencia, el presidente del IPCC, Hoesung Lee. «Este informe de síntesis subraya la urgencia de emprender acciones más ambiciosas y muestra que, si actuamos ahora, todavía podemos asegurar un futuro sostenible y habitable para todos”, afirmó en su presentación.

Según el documento, casi la mitad de la población mundial vive en regiones altamente vulnerables al cambio climático y, como consecuencia, tienen 15 veces más posibilidades de sufrir y atravesar muertes por inundaciones, sequías y tormentas. Fuente imagen: © IPCC A.Tardy.


En este informe, el Grupo pone el foco en las pérdidas y daños que ya se están experimentando y que continuarán en el futuro. Se espera que en los próximos años las olas de calor y las lluvias sean más intensas, así como también el desarrollo de otros fenómenos meteorológicos extremos que presenten riesgos para la salud humana y los ecosistemas. Asimismo, pronostican que la inseguridad alimentaria impulsada por el clima también se incremente, en línea con el aumento del calentamiento global, entre otros factores.

Pérdidas, daños y un camino a seguir

En un enfático discurso, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, subrayó que “el informe del IPCC presentado este lunes es una guía de supervivencia para la humanidad para desactivar la bomba climática”, a la vez que propuso al G20 un “pacto de Solidaridad Climática” y llamó a los líderes de los países desarrollados a comprometerse a alcanzar el cero neto de emisiones hacia 2040, mientras que las economías emergentes deben hacerlo para 2050.

Según el documento, casi la mitad de la población mundial vive en regiones altamente vulnerables al cambio climático y, como consecuencia, tienen 15 veces más posibilidades de sufrir y atravesar muertes por inundaciones, sequías y tormentas. Es por esto que cerrar la brecha entre la adaptación existente y la necesaria será crucial hacia 2030.

Por su parte, la doctora Aditi Mukherji, una de los 93 autores de este Informe de síntesis y partícipe del capítulo final, mencionó que “la justicia climática es crucial, porque aquellos que menos han contribuido al cambio climático están siendo afectados de manera desproporcionada”.

Si bien los especialistas detallan que se han perdido años de mucho valor para revertir daños, la meta ahora es que la temperatura global no supere el 1,5°C por encima de niveles pre industriales y, para lograrlo, se requerirá de reducciones profundas, rápidas y sostenidas de las emisiones de gases de efecto invernadero en todos los sectores.

En otras palabras, para 2030 las emisiones deberán reducirse en un 50 por ciento. Para que sea posible, el informe explica que deberá realizarse a través de una modificación del modelo económico que está basado en combustibles fósiles (gas, petróleo y carbón) y dar lugar a inversión en infraestructura para las energías renovables.

Apostar a un desarrollo sostenible

¿Hay suficiente capital global para reducir rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero si se eliminan las barreras existentes? Para los especialistas, la respuesta es afirmativa, explicando que, a través de financiación pública, se pueden reducir estas barreras. Los inversores, los bancos centrales y los reguladores financieros también serán actores cruciales.

Compromiso político, políticas coordinadas, cooperación internacional, administración de los ecosistemas y una gobernanza inclusiva son importantes para una acción climática efectiva y equitativa. “Las mayores ganancias en bienestar podrían provenir de priorizar la reducción del riesgo climático para personas con bajos ingresos  y comunidades marginadas, incluidas las personas que viven en asentamientos informales”, aseveró Christopher Trisos, uno de los autores del informe. “La acción climática acelerada sólo se producirá si hay un aumento de las finanzas. La financiación insuficiente y desalineada está frenando el progreso”, alertó.

“Es más probable que los cambios transformacionales tengan éxito donde hay confianza, donde todos trabajan juntos para priorizar la reducción de riesgos, y donde los beneficios y las cargas se comparten equitativamente”, aseguró Hoesung Lee, presidente del IPCC. Fuente imagen: © IPCC A.Tardy.


En este escenario, la solución parece radicar en integrar medidas para adaptarse al cambio climático de manera que se puedan reducir o evitar las emisiones, al mismo tiempo que proporcionen beneficios más amplios para las personas. En referencia a este punto, los científicos apuntan que, entre las principales ventajas, se destacan que el acceso a energía y tecnologías limpias mejora la salud, especialmente para mujeres y niños, así como la electrificación baja en carbono, caminar, andar en bicicleta y el transporte público mejoran la calidad del aire y la salud.

“Es más probable que los cambios transformacionales tengan éxito donde hay confianza, donde todos trabajan juntos para priorizar la reducción de riesgos, y donde los beneficios y las cargas se comparten equitativamente”, dijo Lee.

Y ahora… ¿qué esperar?

El próximo ciclo de informes se abrirá a partir de la próxima década, cuando comience el 2030. Para ese entonces, las emisiones tendrán que haberse reducido a la mitad si aún se quiere mantener la temperatura fijada en una de las metas del Acuerdo de París, firmado en 2015. En los próximos siete años tendrá que haber transformaciones en el sector alimentario, eléctrico, en el transporte, industria, edificación y el uso del suelo.

Desde la web del IPCC ya se encuentra disponible el resumen para responsables de políticas, que es una versión acortada del informe, para que los y las Jefes de Estado y tomadores de decisión puedan utilizarlo como base científica al momento de planificar sus medidas.

Este “manual de supervivencia” propone sumar a la presente evidencia científica, todo el conocimiento posible, como el gran aporte de las comunidades indígenas o locales, para contribuir a generar un futuro más justo, sostenible y seguro. Acción climática urgente, de ello depende el planeta, la biodiversidad, los ecosistemas y nada más ni nada menos que la humanidad.

Fuente: Agustina Lima (Agencia CTyS)

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