Una bailarina fue una de las víctimas de la maratón de Boston. Un año después, regresó a las pistas gracias a una pierna biónica. Mirá el video. Hace exactamente un año, la vida de Adrianne Haslet-Davis cambió para siempre.
Esta bailarina y profesora de baile de salón estaba cerca de la línea de meta del maratón de Boston con su marido, animando a los corredores, cuando la alcanzó una de las bombas del atentado que mató a tres personas. Adrianne perdió una de sus piernas y, como la protagonista de la película Rumba, la posibilidad de bailar. Hasta que alguien la ayudó. Y Adrianne volvió a las pistas. Ese «alguien» fue Hugh Herr, profesor del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). De adolescente, Herr, que era alpinista, perdió sus piernas congeladas en una tormenta en una montaña de New Hampshire.
Hoy, con 32 años, dirige un laboratorio de piernas biónicas en el MIT. Adrianne se acercó a Herr al final de una conferencia. Con timidez, le contó de su drama y su pasión truncada por la explosión. «Estaba muy claro que tenía una pasión en su vida antes del atentado que tenía que continuar también después. Cuando yo perdí mis piernas, quería seguir con mi pasión. Lo entendía muy bien emocionalmente», explicó Herr al diario español El Mundo.
Con su equipo, el profesor se dedica a construir piernas, rodillas y tobillos conectados con sensores a los nervios que quedan en los muñones y que todavía son capaces de transmitir las órdenes del movimiento exacto que querrían hacer con su pierna ausente.
Una de esas prótesis fue la que le colocaron a Haslet-Davis después de estudiar horas de grabación de bailarines para entender cómo tenía que funcionar la prótesis. La bailarina, de 33 años, pudo volver a bailar y lo mostró en una conferencia TED que brindó recientemente Herr. El video ya está recorriendo el mundo. E impacta y conmueve.
Fuente: Clarin