Por medio del decreto 29/2023 la alícuota del “impuesto PAIS” pasó de 7,5% a 17,5%, es decir, un aumento superior al 130% que impactará en los valores de los fertilizantes, fitosanitarios, maquinaria agrícola, equipos y dispositivos empleados en el sector agrícola.
En el ámbito ganadero afecta especialmente a la importación de cultivares de semillas forrajeras –como es el caso de la alfalfa y la festuca–, semen, vacunas, productos veterinarios y vitaminas y aminoácidos empleados en la formulación de balanceados que no se elaboran en el país.
En la medida quedaron exceptuados combustibles, betún de petróleo, lubricantes y aditivos para lubricantes, así como alimentos básicos y bienes vinculados a la generación de energía, los cuales deberán ser detallados en una nueva resolución.
En los fundamentos del decreto 29/2023 se indica –increíblemente– que “se torna necesario profundizar los incentivos a la inversión nacional que estimulen la producción y la realización de actividades económicas en el país, garantizando un sendero fiscal sostenible”.
Durante la introducción del “impuesto PAIS” a las importaciones realizado en julio pasado, por entonces con una alícuota del 7,5%, el entonces ministro de Economía Sergio Massa había prometido que los insumos del sector agroindustrial no quedarían comprendidos en la medida, aunque finalmente eso no se cumplió.
Fuente: Bichos de Campo