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Mundial Sub 20: Uruguay se consagró campeón del mundo en su ley, con energía frenética y un amor propio desbordante

El equipo que dirige Marcelo Broli se plantó ante Italia, uno de los equipos que más impresionó en el torneo, y dominó la final de principio a fin; el triunfo por 1-0 representa su primer título en la historia de la categoría.

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El festejo de Uruguay, un campeón del mundo Sub 20 fiel a su idiosincrasia y estilo de juego de toda la vida Natacha Pisarenko - AP

Si no fuera por la arquitectura que lo caracteriza, quien no conociera el Estadio Único y haya visto la final del Mundial Sub 20 podría pensar que tuvo lugar en el Centenario de Montevideo. Las cuatro tribunas se colmaron de banderas uruguayas y camisetas celestes; era casi imposible encontrar otra nacionalidad representada en los 38.297 espectadores. Y el esperadísimo pitazo final, tras unos eternos 11 minutos de tiempo añadido, dieron lugar a una erupción de alegría y euforia contenida durante varias décadas. Uruguay se puede dar el lujo de volver a gritar campeón del mundo de nuevo tras 73 años, y por primera vez en categorías juveniles. Y lo consiguieron manteniéndose fieles a su estilo batallador, enérgico y agresivo, con el que redujeron a su mínima expresión a Italia, una de las selecciones más destacadas del certamen, aún si el 1-0 final sugiere un desarrollo más parejo.

Desde el principio, la frase “sabremos cumplir” que cierra el himno nacional charrúa se convirtió en un grito de guerra, seguido por otro: “¡Dale, Uruguay!”. La presencia italiana, por otra parte, brilló por su ausencia, a tal punto que el himno europeo fue recibido con silbidos aislados, y los jugadores rioplatenses aprovecharon esta localía adquirida al máximo. A pesar de que Italia contó con jugadores de gran calidad técnica como Tommaso BaldanziCesare Casadei y Simone Pafundi, ninguno pudo plantarse durante el partido, gracias a la presión voraz que que ejercieron sus rivales.

Por consiguiente, todas las grandes oportunidades de gol también pertenecieron a Uruguay, que en los primeros 45 minutos también avasalló a su rival en el ataque. Luciano Rodríguez se movió por todo el frente de ataque, y un lejano y tempranero tiro libre pasó muy cerca del travesaño, mientras que el capitán Fabricio Díaz, de incansable trabajo en el medio, estuvo muy cerca en dos intentos de media distancia, y Anderson Duarte forzó una gran tapada de Sebastiano Desplanches tras un córner. Cada chance despertó al público en el estadio, que marcaba presencia constante al grito de “Soy celeste”.

Italia inició la segunda mitad con las mismas dudas, pero con algo más de decisión para intentar aprovechar espacios, aunque su margen para actuar se vio limitado de gran manera por otra imperial actuación defensiva del equipo charrúa, liderada por el central Facundo González y el lateral Alan Matturro, elegido como el segundo mejor jugador del torneo por la FIFA. Ni siquiera una inentendible decisión del VAR de retirar una obvia tarjeta roja para Matteo Prati, por una plancha sobre Díaz, derribó el empuje uruguayo, cuya recompensa llegó a tan solo cinco minutos del cierre, por vía de un gol de Rodríguez que encapsuló la inmutable perseverancia del equipo.

De este modo, Uruguay levantó por primera vez un título que en el pasado se le había negado en dos ocasiones. En 1997 cayó ante la implacable Argentina de José Pekerman, que contó con figuras como Juan Román Riquelme, Pablo Aimar, Lionel Scaloni, Esteban Cambiasso, Walter Samuel y Diego Placente. En 2013 volvió a tropezar contra un equipo repleto de estrellas como Francia, donde Paul Pogba, Alphonse Areola, Samuel Umtiti y Florian Thauvin serían eventuales campeones del mundo de mayores cinco años más tarde. La misión en los próximos años será ubicar al actual plantel rioplatense en la marquesina para el fútbol del más alto nivel como aquellos otros intérpretes, y los indicios son más que positivos.

FUENTE: lanacion.com.ar

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