A fuerza de razonables tiempos de viaje y buenas velocidades de circulación, el tren Retiro – Rufino del Ferrocarril San Martín logra cada vez mayores niveles de ocupación. La demanda consolidada hasta Junín habilita el debate acerca del agregado de frecuencias.
El servicio a Rufino del Ferrocarril San Martín parte todos los viernes desde la estación Retiro con un creciente nivel de ocupación. Luego de un tímido comienzo con muy moderada aceptación, va consolidándose semana a semana.
Puesto en marcha hacia fines de febrero pasado, el tren a Rufino cuenta hoy con un porcentaje de ocupación regular de entre el 70% y el 80%, llegando a tener picos cercanos al 90% en fines de semana largos. El patrón se asemeja al otros servicios exitosos implementados por Ferrocarriles Argentinos, como el caso de los trenes a La Pampa –recientemente interrumpido por la afectación sufrida por un puente en Alberti– y el de los trenes a Mar del Plata.
En las estaciones Chacabuco, Junín y Vedia descienden gran cantidad de viajeros y se produce un cierto recambio de pasajeros. Algunos ascienden para dirigirse a Rufino, a donde efectivamente el tren llega a media capacidad, creando una suerte de mito del tren vacío que se ha difundido.
No es el único servicio donde ocurre esto: el tren a La Pampa tiene dos paradas importantes en las que queda prácticamente vacío: Trenque Lauquen y Catriló, donde se ofrece combinación a Santa Rosa. En efecto, el tren llega casi vacío a General Pico. Una situación análoga se da en los trenes a Bahía Blanca, donde las paradas intermedias van vaciando el tren de camino a la ciudad portuaria.
Entre las virtudes del servicio destacan sus tiempos de viaje razonables –demora poco más de siete horas en total para un trayecto de más de 400 kilómetros– y una velocidad de circulación que, exceptuando ciertos tramos en particular, se realiza entre 90 y 115 km/h gracias al buen estado de la vía, renovada en la década del 80.
Ciertamente hay margen para que el corredor despliegue todo su potencial, lo que aún no termina de hacer. En primer lugar, evaluar la posibilidad de extenderlo a Laboulaye, como en algún momento se barajó; en segundo lugar estudiar la incorporación de un servicio corto hasta Junín, a la manera de los adicionales complementarios al tren a La Pampa que se despachan hacia Bragado y en tercer lugar, analizar el agregado de más frecuencias durante la semana, ofreciendo a los usuarios una oferta competitiva, para que el tren sea una real alternativa frente a otros modos de transporte y no sólo una curiosidad pintoresca.
Cabe recordar que meses atrás, la ADIF anunció que se licitaría la renovación y el mejoramiento de vías entre Retiro y Mendoza, lo que abre la posiblidad de que en un futuro no tan lejano se recupere la conexión ferroviaria de pasajeros con Cuyo, interrumpida en marzo de 1993 y jamás retomada.
Fuente: enelsubte.com/