La Cámara de Representantes provincial aprobó una iniciativa que eliminará este herbicida en dos años; rechazo de la producción
Ayer, la Cámara de Representantes de Misiones aprobó una ley que prohibirá en dos años la utilización del glifosato y otros agroquímicos, así como también promueve la producción de bioinsumos.
En su artículo 7 la ley expresa: “Se prohíbe la utilización del glifosato, sus componentes y afines en toda la provincia. Se establece que esta prohibición entra en vigencia luego de dos años (2) desde su publicación oficial a los efectos de una transición progresiva del cambio cultural de los sistemas productivos”.
El glifosato es ampliamente utilizado en casi todas las producciones agrícolas misioneras por la fuerte presencia de malezas: su adopción en los años 70 y 80 cambió el panorama en las chacras porque reemplazó a mucha mano de obra que se utilizaba para desmalezar, un recurso que hoy ya no existe. Vale recordar que el glifosato fue aprobado en la Argentina por el Senasa y cuenta con la autorización también en más de 160 países. En 2015, un documento del Centro Internacional de Investigación del Cáncer (IARC), un organismo de la OMS, catalogó al glifosato como “probablemente cancerígeno”. No obstante, al año siguiente la FAO y la misma OMS consideraron “poco probable” que el producto sea cancerígeno.
“El glifosato es un veneno y ya es tiempo de erradicarlo”, dijo a LA NACION Rafael Pereyra Pigerl, diputado provincial y titular de la Comisión de Recursos Naturales que elaboró el dictamen hace un año y que despertó críticas de las asociaciones de productores de té, yerba, tabaco y otros cultivos. Sin embargo, la ley fue aprobada por amplia mayoría y acompañada por la oposición de Juntos por el Cambio, que dio su apoyo para la norma “en general”, pero rechazó el capítulo dos en particular (la prohibición en dos años).
“Creemos que hay que buscar primero alternativas”, dijo Ariel “Pepe” Pianesi, jefe de la bancada opositora en el recinto de la Legislatura de Misiones. “La prohibición del uso del glifosato no puede ser una imposición del Estado sin los consensos necesarios con todos los actores de la provincia”, señaló JxC en un comunicado apenas se sancionó la ley. “Votamos en contra del capítulo 2″, dijo Horacio Loreiro, titular del PRO Misiones a este medio.
Pereyra Pigerl, que fue el miembro informante del dictamen y uno de los que habló antes de la votación en el recinto, admitió que no habían realizado consultas con los sectores productivos, ante la pregunta de LA NACION. Sin embargo, dejó entrever que el período de transición de dos años siempre podía estirarse, “de ser necesario”.
Impulso de Rovira
La erradicación del glifosato es un plan que cuenta con el impulso de Carlos Rovira, el jefe político de la Renovación misionera, quien en varias ocasiones calificó al glifosato de un “veneno”. Hace exactamente un año, el 23 de junio del 2022 cuando se aprobó el dictamen de la ley, empezaron a surgir los reparos de las asociaciones como la CEM (Confederación Económica de Misiones), Apicofom, colegios de ingenieros agrónomos y forestales y otras cámaras que representan a los productores.
Parecía que la norma se dejaba de lado por un buen tiempo. Sin embargo, ayer surgió sorpresivamente en el orden del día para la sesión de hoy.
En el interín, Rovira promovió la radicación en Misiones de la empresa Agrosustentable, cuya inauguración encabezó junto a la plana mayor de la Renovación el 21 de abril pasado. Se trata de una firma que cuenta con un fuerte apoyo oficial. Agrosustentable, de tres socios de Buenos Aires, está produciendo en el Parque Industrial Posadas algunos bioinsumos como biofertilizantes.
Es una empresa privada pero con un fuerte apoyo estatal, ya que el Ministerio del Agro le compra toda la producción y la distribuye entre productores de hortalizas, yerba, té, tabaco y otros, de forma gratuita. La idea es que lo adopten y vayan dejando de lado el glifosato. El Ministerio del Agro y Agrosustentable no informaron qué montos se están invirtiendo para este programa, ante las consultas de LA NACION.
Por un lado Rovira busca alcanzar el estatus de ser la primera provincia “libre” de glifosato, una condición que va en línea con el plan del titular de la Renovación de convertir a Misiones en un “santuario verde”, donde la conservación sea reconocida nacional e internacionalmente e inclusive genere recursos económicos para Misiones. Incluso Misiones contrató a Mercuria, un broker internacional para emitir bonos verdes y obtener recursos a partir de la conservación de su selva paranaense y su monte nativo en sectores públicos y privados.
Por ese lado, la prohibición del glifosato tiene muchos adeptos en Misiones, que son amplia mayoría. Sin embargo, del otro lado están todas las actividades productivas, como la yerba, el té, el tabaco y la forestación que utilizan mucho el glifosato.
En una ronda de consultas a distintos sectores de la producción el año pasado, cuando se sancionó el dictamen, todos coincidieron en que la eliminación del glifosato debe estar acompañada de alternativas probadas y al alcance de todos para no sentir el impacto de la ausencia de ese insumo en las tareas de campo.
Fuente: Diario La Nación