El argentino superó por puntos al ruso Ruslan Provodnikov en un ajustado combate en Nueva York. Con este resultado, el chubutense se colocó a la cabeza de los potenciales rivales del megaduelo que en mayo protagonizarán Floyd Mayweather y Manny Pacquiao.
Lucas Martín Matthysse (63,049 kgs) derrotó en fallo mayoritario al ruso Ruslan Provodnikov (63,276 kgs) y se colocó a la punta de los aspirantes para enfrentar al vencedor de Floyd Mayweather y Manny Pacquiao, que pelearán el mes próximo en la denominada pelea del siglo.
El triunfo del argentino en el Turning Stone de Verona, Nueva York, fue el resultado de una sangrienta batalla en la que dominó el inicio de la pelea pero se quedó en el final, aunque no le impidió a “La Maquina” quedarse con el éxito.
Los tres primeros asaltos marcaron las diferencias técnicas entre uno y otro, ya que mientras Matthysse manejó la distancia con un jab que abriò el camino para un directo que casi siempre se estrelló sobre el rostro de un Provodnikov mecanizado, ofensivo pero irresoluto en su ataque, sin golpes claros. Pero, además, el argentino logró cortar el párpado izquierdo del ruso, que de ahí en más comenzó a sangrar , un problema sin solución para el rincón, que no logró detener la hemorragia, y que con el correr de los asaltos le impidió tener una correcta visualización. Aún así, la cuarta vuelta fue la mejor expresión de Provodnikov, que logró, desordenadamente, quedarse con ese capítulo.
Lo que siguió fue otra vez un Lucas con la iniciativa, medido, tratando de no perder el plan de pelea. Así se lo vio al argentino en los rounds quinto, sexto y séptimo, en los que el ruso no solo no lo encontró sino que además pareció que el pleito estaba listo…
Sin embargo, en el anuncio decíamos que a este ruso es un tractor que avanza siempre y no regala nada. Por eso, cuando arrancó el octavo capítulo, fue Provodnikov quien retomó la iniciativa, en parte porque Matthysse no logró sostener el ritmo, fue quedándose en la ofensiva y dejó que su oponente creciera más de la cuenta. Y este ruso, ya lo dijimos, termina la pelea con la campanada final, no se guarda nada. Y con poco, ofensivamente desordenado y a la vez con leves diferencias, achicó distancias al quedarse consecutivamente con los séptimo, octavo y noveno rounds. Un saldo negativo de un Matthysse que, sospechosamente dejó de trabajar con aquella derecha en recto, que tan buen resultado le daba al principio.
A todo esto, la pelea era una verdadera batalla. Y lo peor para el argentino fue que en el undécimo capítulo volvió a superarlo, incluso llegando a desbordarlo, complicando muchísimo las aspiraciones del chubutense. Así, se llegó a un último asalto, en el cual para ambos podía resultar definitorio, y vaya si lo fue.
Para quien esto escribe, fue para Lucas, por muy escaso margen, y porque Ruslan tampoco hizo demasiado. Con eso le bastó a nuestro compatriota para ganar la pelea. Si en cambio, como a muchos les debió suceder, vieron quedarse a Provodnikov con ese capítulo de cierre, se abría la llave para una potencial igual que no estaba del todo mal. Lo cierto es que, una vez concluida la contienda, la expectativa por el fallo. Y en ese aspecto, de los tres integrantes de dar sus tarjetas (Akerman, Feldman y McKaie), dos de ellos lo vieron vencedor a Matthysse por 115-113 (la misma tarjeta de Crónica) y la restante sumó el salomónico 114 iguales.
¿Qué Matthysse ganó ajustadamente? Es verdad, pero la verdad, hizo más que Provodnikov. “Estoy muy contento, para toda mi familia, mis amigos y para todos los argentinos, este es el triunfo. Creo que gané bien. No podía creer todo lo que le pegué y seguía viniendo…”, fueron las palabras de un Matthysse feliz por el resultado.
Fuente: cronica.com.ar – Por Jorge Fernández Gentile