El cruce de cuartos de final entre Argentina y Países Bajos se convirtió inmediatamente en un clásico de la Copa Mundial. Más allá del dramatismo, de la épica remontada neerlandesa y de la impresionante reacción albiceleste para quedarse con el boleto a las semifinales en la definición por penales, las historias detrás del guión futbolero condimentaron una noche inolvidable.
Además de la carga emocional lógica de un enfrentamiento fundacional para las aspiraciones de dos candidatos permanentes al título, el partido que finalizó en una candente madrugada sabatina en el estadio de Lusail ante más de 88 mil personas dejó un tendal de narrativas paralelas, intentos de revanchas frustradas y reivindicaciones personales. Detrás de los goles, de las atajadas y de los penales se construyó un relato que vale la pena reconstruir desde sus orígenes.
Los antecedentes de la rivalidad
Louis Van Gaal es un nombre que ha tenido varios capítulos enrevesados con el fútbol argentino. El experimentado entrenador neerlandés, que anunció su salida de la selección tras la eliminación, fue protagonista de múltiples novelas con símbolos icónicos de la constelación albiceleste. Su estilo frontal, crudo, dogmático y sincero le ha causado algunos inconvenientes con sus dirigidos a lo largo de su extensa carrera como entrenador.
Juan Román Riquelme era considerado uno de los mejores jugadores del mundo cuando en 2002 se mudó a Barcelona tras su gloriosa etapa en Boca Juniors. «Yo no pedí a Riquelme. Fue una decisión del club y yo formo parte de él, pero no lo pedí», expuso públicamente días después del aterrizaje del mito Xeneize. En su primer encuentro, el neerlandés lo encaró y le dijo: “Estos videos son todos suyos. Usted es el mejor jugador del mundo cuando tiene la pelota, pero cuando no la tiene jugamos con uno menos. Acá tengo un sistema, usted va a jugar de extremo izquierdo”.
Enganche por naturaleza, Román se lució en su debut con dos asistencias a Patrick Kluivert pero no pudo evitar el reproche de su flamante entrenador: “Usted es desordenado, debe adaptarse a mi filosofía y ganarse mi confianza”. La estadía de Riquelme en Barcelona duró apenas una temporada. Relegado al banco de suplentes, la llegada de Ronaldinho y el exceso de extracomunitarios forzó una salida que se había comenzado a gestar desde su primer contacto con Van Gaal, quien ya había sido desplazado por un Radomir Antic que tampoco tenía interés en contar con sus servicios. El desenlace es historia conocida: Román brilló en un Villarreal de época que alcanzó las semifinales de la Champions League.
Una década después, y tras haber conducido a Países Bajos a la semifinal de Brasil 2014, Van Gaal asumió la titánica tarea de intentar reemplazar a Sir Alex Ferguson en el Manchester United. En los Diablos Rojos se encontró con Ángel Di María, quien había sido una de las figuras de Brasil 2014. Fideo había abandonado la Casa Blanca por su enojo con una dirigencia que le había impedido arriesgar su físico en la final de la Copa Mundial ante Alemania. En Manchester fue recibido por Van Gaal y por un club que le estampó el mítico siete en su camiseta. Sin embargo, la alegría y el fervor duraron poco tiempo.
Hace días, en la previa del cruce en Catar 2022, Di María recordó aquellos días juntos: “Mi problema en Manchester era el entrenador. Van Gaal fue el peor entrenador de mi carrera. Yo marcaba, asistía y al día siguiente me mostraba los pases que daba mal. En todo momento él me mostraba lo negativo, las cosas malas, y todo eso me iba tirando para atrás. Hasta que llegó un día que me peleé, que le dije que no quería verlas más, que estaba haciendo las cosas bien, que por qué no me mostraba las cosas buenas. No le gustó cómo se lo dije y a partir de ahí empezó el problema. Me limpió de un día para el otro, no le gustaba que los jugadores fueran más que él”.
Van Gaal recogió el guante y en la conferencia de prensa previa le contestó con una mezcla de ironía y sarcasmo al talentoso extremo albiceleste: “Lamento mucho que Ángel Di María haya dicho que soy el peor entrenador que ha tenido. Aquí al lado mío se sienta Memphis (Depay), también estuvo en Manchester y ahora nos besamos en la boca. Así son las cosas en el fútbol”.
Los gestos del gran capitán
No era un partido más para Lionel Messi. Si bien nunca había sido dirigido por Van Gaal, los comentarios del técnico neerlandés en los días previos al cruce de cuartos de final despertaron el enojo del astro albiceleste. Rivales en las semifinales de 2014 que la Pulga celebró con lágrimas tras la definición por penales que le permitió acceder a la final ante Brasil en el Maracaná, para Van Gaal el duelo de cuartos de Catar 2022 representaba la oportunidad de tomarse revancha de la Argentina y de su emblema.
En la antesala del trámite, Van Gaal dejó un par de reflexiones que resonaron en el seno del plantel que conduce Lionel Scaloni:
“Messi no juega mucho cuando el rival tiene la posesión de la pelota. Ahí es también donde están nuestras posibilidades”.
“Es un jugador que puede decidir un partido en una acción individual. En la semifinal que jugamos contra Argentina en el 2014 no tocó una pelota y perdimos en los penales. Ahora queremos nuestra revancha”.
Pero esas dos frases no eran las primeras que el neerlandés había manifestado públicamente sobre Messi. En 2019 también había opinado en una entrevista en El País sobre el rendimiento del crack que por entonces vestía la camiseta del Barcelona: “¿Cuántas Champions han ganado con el que dicen que es el mejor jugador del mundo? Mire a Neymar en el PSG. ¿Cuántas Champions ganó? Neymar y Messi me gustan como futbolistas individuales, no como jugadores de equipo. Messi es el mejor jugador individual del mundo porque sus estadísticas son asombrosas. ¡Me gusta! Pero, ¿por qué no gana la Champions desde hace cinco años? ¿Por qué? Como capitán, debe preguntarse por qué el equipo no gana en Europa. Yo creo que en los juegos colectivos no hay nada más importante que el jugador de equipo”.
Con esa carga aterrizó Messi para el cruce de cuartos de final en Lusail. Con las pulsaciones en su pico máximo, la Pulga corrió hacia el banco de suplentes neerlandés tras marcar el segundo gol de los cuartos de final, se paró frente a Van Gaal y se llevó las manos detrás de las orejas para recrear al Topo Gigio en un festejo que -casualmente- había popularizado Juan Román Riquelme como sinónimo de reproche.
Ya en la zona mixta, tras haber conseguido el boleto a las semifinales, Messi confesó que el gesto había sido para el DT de 71 años: «Estaba con bronca porque en la previa, un técnico como es Van Gaal, con la experiencia que tiene, con los partidos y las batallas que tiene a lo largo de su carrera, que hable de la manera que habló, que falte el respeto como faltó el respeto. No tenía por qué ser así, no tenía sentido. Sentí que le había faltado el respeto a la Selección Argentina. No me gusta que se hable antes de los partidos. Eso no es parte del fútbol. Yo siempre respeto a todo el mundo, pero me gusta que me respeten a mí también. Van Gaal no fue respetuoso con nosotros».
Ni bien terminado el partido, cuando ni siquiera había podido pasar por la ducha y mientras se vivía un clima caliente con reproches de ciertos jugadores neerlandeses, el 10 había lanzado una frase aún más contundente en referencia al cambio de planes que realizó el DT con el ingreso de dos arietes como Luuk de Jong y Wout Weghorst: “Van Gaal cree que inventó el fútbol y jugó al pelotazo”.
Scaloni también opinó sobre el intercambio que quedó inmortalizado durante el encuentro, una noche en la que Messi desplegó su versión más Maradoniana dentro y fuera de la cancha: «No jugamos con uno menos cuando no tenemos la pelota. Jugamos con 11. Leo se sintió un poco tocado y demostró que es el mejor de todos los tiempos. Estamos contentos de tenerlo. Tampoco le voy a dar consejos yo a Van Gaal, pero no es fácil hacerlo jugar enojado. No sé si enojado, pero hacerlo jugar de la manera que jugó hoy… es emocionante».
Emiliano Martínez, uno de los principales laderos del 10 y héroe en la definición por penales, también se sumó al intercambio y desnudó una charla previa con el astro acerca de los comentarios de Van Gaal y del arquero Andries Noppert que había prometido atajarle un penal: «Antes del partido le dije a Leo: ‘Che, te están boqueando de más’, por la presión que le pusieron antes del partido. Me contestó: ‘Sí, mañana clavo dos’. Clavó el penal, la asistencia y el otro penal. Hizo todavía más. Cumplió«.
Otra frustrada definición por penales
Van Gaal jamás perdió un partido en la Copa Mundial. Eliminado en 2014 desde los doce pasos ante Argentina, ocho años después tuvo una oportunidad inmejorable de tomarse revancha. En Brasil le había quedado la espina de no haber podido materializar el campo que le había dado buenos resultados ante Costa Rica en los octavos con el ingreso de Tim Krul. Para el certamen catarí, Van Gaal había organizado múltiples campamentos con sus arqueros para entrenarlos en diferentes aspectos técnicos y especialmente mentales. “Si tenemos que llegar a los penales, creo que quizás ahora estamos en ventaja”, había vaticinado.
Y en el cruce dialéctico pocos se sienten más cómodos que Dibu Martínez, un arquero que utiliza cualquier comentario o gesto como combustible: “Se hablaron muchas boludeces, el técnico lo dijo, yo lo vi y le saqué captura y me lo guardé. El técnico decía que eran candidatos si iban a penales. Pero si algo aprendí del fútbol es que se habla en la cancha, ellos hablaron antes del partido y eso me dio mucha energía, eso me hizo más fuerte y después del partido se lo dije. Se lo mostré a Martín (Tocalli, el entrenador de arqueros) y a mi psicólogo y les dije: ‘Prendió la dinamita’”.
El arquero del Aston Villa fue la figura de la noche con dos estiradas impresionantes para detener los remates de Virgil van Dijk y Steven Berghuis en una noche que terminó caldeada. “Les celebré en la cara porque había un jugador de Holanda (sic) que en cada penal que teníamos, venía y le decía cosas a uno de nuestros jugadores”, confesó Nicolás Otamendi sobre la postal en la que se ve a los jugadores argentinos celebrando de cara al frustrado plantel neerlandés la clasificación a las semifinales de Catar 2022.