“El sábado llovió por primera vez luego de cinco meses; la anterior [precipitación] había sido el 25 de mayo, pero igual seguimos sin posibilidad de hablar de la [campaña] gruesa”, dijo el presidente de la Sociedad Rural de Rojas, Alberto Del Solar Dorrego.
El fin de semana se registraron precipitaciones en la zona agrícola núcleo y otras regiones, pero las fuentes consultadas por LA NACION, en su mayoría, consideraron que no fueron suficientes para comenzar la siembra de maíz y de soja. En tanto, tampoco sirvieron para revertir la crítica situación del trigo, que en muchos lugares lo dan por perdido.
Según detalló Del Solar, en algunos lugares de Rojas llovió entre 17 y 25 milímetros, pero a nivel general el registro fue de 13 mm. “La situación es grave porque todo el perfil del suelo está muy seco, al punto que la napa freática, que normalmente está entre 3,80 a 4,20 metros, actualmente pasa los 8 metros y en algunos casos los 9. Esto quiere decir que no hay ningún tipo de reserva en el perfil del suelo, por lo que la planta depende únicamente de las precipitaciones que ocurran. Entonces, en la medida en que no sean continuas y con milimetrajes interesantes, todo lo que se presenta para el verano va a ser realmente complicado”, indicó el productor.
En este contexto, indicó que “aún no se sembró maíz, los trigos están muy mal, mientras que la avena y la arveja ya están prácticamente perdidas”.
A unos 40 kilómetros, en Pergamino, el productor agropecuario y presidente de la Sociedad Rural de esa ciudad, Jorge Josifovich, informó que llovió entre 4 y 12 mm. “Todavía los productores no pudieron sembrar maíz y soja porque el agua caída no llegó a cubrir los suelos y en las inmediaciones de Arroyo Dulce encima cayó una pedrada importante”, alertó el dirigente.
En tanto, sostuvo que esta lluvia “no revierte el problema de los cultivos de fina: el trigo está con recortes muy grandes y la arveja totalmente perdida”.
En rigor, según el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), por la sequía y las heladas este año la Argentina tendrá un tercio menos de trigo que el año pasado: se producirán 15 millones de toneladas del cereal, un 34,8% por debajo de los 23 millones de toneladas obtenidos el ciclo agrícola pasado. En tanto, la superficie que resta sembrar con maíz casi finalizado octubre es la más alta de la que se tenga registro: falta implantar el 83% de la superficie objetivo.
“Se espera una lluvia el miércoles, que evaluaremos cómo sigue la situación de acuerdo a los milímetros, pero necesitamos no menos de 40 a 50 mm como para poder sembrar”, expresó.
En Junín, en donde se vive una de las situaciones más críticas del país, el fin de semana llegó la lluvia después de mucho tiempo. Fueron 20 mm que impulsaron a muchos productores a tomar la decisión de empezar a sembrar soja, según contó Gustavo Frederking, prosecretario de Carbap.
Allí, contó, en muchos de los lotes de trigo los productores largaron las vacas, hicieron rollos o los están por pulverizar para soja de primera. “El agua ya no les cambia en absolutamente nada, estuvimos muy golpeados, además de por la seca, por heladas tardías, algo totalmente fuera de lo común para esta zona”, explicó. En tanto, para el maíz de primera [siembra de septiembre-octubre], “ya pasó la época y lo que se hizo fue ínfimo, por lo que se va a maíz se segunda”.
“El productor está con pocos recursos para poder amortiguar el daño y se debería trabajar en un mejoramiento de la ley de emergencia agropecuaria porque no le da beneficios al productor”, señaló.
En San Pedro, el registro de precipitaciones fue desparejo: rondaron desde los 10 mm a 27 mm en algunas partes del partido. Allí, Raúl Víctores, dirigente ruralista de la Sociedad Rural local, indicó que el trigo está en un 90 a 95% perdido, mientras que del maíz todavía no se sembró nada. “No creo que se pueda sembrar porque por la situación económica la gente está con cuidado de dar un paso en falso”, indicó el ruralista. Según relató, se reunió la comisión de emergencia local y dada la situación alarmante en que se encuentra la región resolvieron pedir que se decrete la emergencia agropecuaria en la provincia.
En el sur santafecino también las lluvias fueron escasas y no cambian el escenario. En Bigand, una zona que también viene muy afectada por la sequía, las precipitaciones fueron de 4 a 5 mm y no superaron los 10 mm. “El panorama es muy complicado porque, además de que en los trigos hay muchas pérdidas por heladas, los pocos que aún siguen en carrera están en pleno llenado de granos y todavía sin lluvias. Yo no creo que muchos de esos lotes puedan llegar a cosecha”, indicó el ingeniero agrónomo Maximiliano González, que asesora a la Cooperativa Agropecuaria de Bigand Limitada, que agrupa a 300 productores y, además, arrienda un campo.
Tampoco los milímetros caídos ayudaron para el inicio de la campaña gruesa de soja y maíz. “No hay nada de siembra de maíz y nada soja”, se lamentó el especialista.
En la zona de Monte Buey, al sudeste de Córdoba, el ingeniero agrónomo y asesor Santiago Lorenzatti detalló que las lluvias fueron bastante erráticas y escasas: de 6 a 7 mm. “No fueron suficientes como para un rinde lógico, pero ayudan a continuar su ciclo a los [cultivos] que no están dañados por las heladas”, sostuvo. Explicó que en la zona hace 15 días “hubo heladas muy fuertes que afectaron negativamente al trigo, que ya estaba en estadios sensibles”. Estimó que las mermas de rindes van a rondar el 50 o 60%.
Según agregó, los milímetros caídos permitieron sembrar maíz solamente en aquellos lotes que había una buena recarga de humedad. “El resto de los lotes pasaron a maíz tardío [de noviembre], ya que por más que haya humedad de siembra no había agua almacenada en el perfil del suelo para asegurar un bajo riesgo de que el cultivo no sufriera sequía”, dijo.
Respecto de la soja, explicó: “Los lotes que se sembraron fueron puntuales porque hace mucho frío todavía y no hay recarga para siembras de octubre”.
Fuente: Diario La Nación