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La regla del 50-20-30 para que le salgan las cuentas

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Lo ha leído en estas páginas y posiblemente lo haya oído en más de una ocasión. Una de las claves para tener un equilibro en las finanzas de su hogar es tener un presupuesto. Más fácil decir que hacer ¿verdad?

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Lo cierto es que lleva su tiempo y si tiene pareja se añade la complicación de dar prioridad a cuestiones que son negociables (¿se corta o no el cable de la televisión?) lo que complica todo aún más. Además, cada hogar es un mundo y en algunos hay más deuda que devolver que en otros. O más hijos. O más facturas médicas.

Para facilitar el proceso de añadir o eliminar dólares a ciertos gastos, hay una regla general que puede aplicarse, con algunas variantes, a todos los presupuestos. La fórmula es 50-20-30 y como todas las recetas está abierta a ligeras modificaciones.

De lo que se trata es de separar en tres áreas tres tipos de gastos y dedicarle a cada uno el 50%, el 20% y el 30% del total de su cheque, es decir, lo que cobra después de impuestos. Estos son los grupos.

  1. Los gastos fijos. Aquí se deben incluir los gastos necesarios y que no cambian de mes a mes. El alquiler o la hipoteca, la factura de la luz y los pagos del carro si lo compró a crédito. También debe incluir la suscripción al periódico, al cable, a Internet, el teléfono móvil, la cuota del gimnasio, la tarjeta para el transporte público, la cuenta de Netflix, un mínimo de lo que dedica a la alimentación. Todos los gastos que sean iguales mes a mes. El conjunto de todo lo que paga bajo este concepto de gastos fijo no debe exceder el 50% de lo que cobra al mes. Usted debe decidir si todos estos gastos fijos son necesarios sobre todo cuando no sobra la plata y se excede el 50% de lo que cobra solo en esta categoría. ¿Necesita el carro o es un capricho? ¿Cuántas veces ha ido al gimnasio?
  2. Sus finanzas. Se trata de su equilibro en las cuentas y su red de seguridad financiera. A este área se aconseja que se destine el 20% de lo que ingresa mensualmente tras impuestos. Con esa cantidad debe pagar los balances de tarjetas de crédito, ahorrar para emergencias (que normalmente cubrirían entre tres y cinco meses de gastos fijos sin ingresos) o para un objetivo — una cuenta 529 para pagar la Universidad, para tomar unas vacaciones, para la jubilación o para dar un pago inicial de una casa o un carro –. Para ayudarle a alcanzar este objetivo es recomendable hacer depósitos automáticos a cuentas de ahorro o pagos de tarjetas. En el caso de que su tarjeta tenga un balance muy alto y no pueda pagarlo en un solo mes, quizá deba replantearse a corto plazo (hasta que devuelva todo lo que debe) dar prioridad a esos pagos antes de ahorrar en otras partidas, particularmente ahora que están subiendo las tasas de interés.
  3. Gastos flexibles y/o caprichos. Estos son los que varían en cuantía de mes a mes y los que no son del todo necesarios. A estos gastos se les ha de dedicar el 30% del presupuesto mensual. Entre ellos está el de alimentación, porque las cuentas no salen con la misma cifra todos los mese,s y porque dependiendo del estilo de vida incluyen muchoas salidas a restaurantes o cafés, más frecuentes en verano que en invierno, por ejemplo. Los gastos de ir al cine, al fútbol, comprar regalos a los hijos, un pantalón más o una botella de vino se incluyen en esta partida que como todas las anteriores es flexible en sí misma. Si este mes su hijo está invitado a tres cumpleaños, es posible que tenga que posponer la compra de ese pantalón porque necesite el dinero para comprar regalos a sus amigos.

La fórmula del 50-20-30 es una guía presupuestaria que cada hogar debe adaptar a sus necesidades finales porque no hay ninguna regla general que sea al 100% aplicable para todos sobre todo si no todos los meses se ingresa en su hogar la misma cantidad de dinero. Se puede ser flexible con ella pero mantenerla como guía para no caer en el desequilibrio financiero.

Fuente: La Opinión

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