El Campo

La nueva versión de la ley ómnibus sigue sin convencer a las pymes de biocombustibles

Entre los cambios que introdujo el Poder Ejecutivo al proyecto de ley ómnibus hay algunos relacionados con los biocombustibles. El oficialismo asegura que “se tomó gran parte de las preocupaciones expresadas por todos los sectores intervinientes”, pero siguen las observaciones y la disconformidad, en particular de las pymes.

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Entre las modificaciones figura que, antes del régimen de libre competencia, se fijó un plazo de 18 años para que las mezclas con combustibles fósiles sean producidas en el país, utilizando materias primas nacionales. También se establecieron porcentajes obligatorios en volumen para biodiésel (progresivos en aumento hasta el 2026) y bioetanol, junto con ciertas pautas para la participación de las empresas que produzcan y/o destilen hidrocarburos.

En ese punto, se incluyó que a partir del 15% y no antes de tres años de la entrada en vigencia, se propondrá al Congreso aumentos progresivos de porcentaje de mezcla o corte obligatorio hasta alcanzar un porcentaje entre el 18 y el 27%.

Además, se prevé un “régimen único de licitaciones transparentes, de acceso público para la determinación de volúmenes y precios en el abastecimiento de biocombustibles”. Desde el Ejecutivo indican que “se previeron ciertas cláusulas que tienden a asegurar múltiples proveedores y equilibrar la participación de empresas grandes y pymes”.

Por otra parte, se asegura un volumen de bioetanol de caña hasta 2030 en base a lo entregado en los últimos años; con la posibilidad de pueden tener más volumen si por precio les corresponde en la licitación. También se puso un tope de import parity en el precio de adjudicación de las licitaciones de biocombustibles. Los biocombustibles siguen exceptuados del impuesto a los combustibles líquidos y al carbono.

La norma promueve un aumento del corte de biodiésel del actual 7,5% al 12,5 % y en bioetanol sostiene el actual 12% y permite que en dos años, Energía lo lleve al 15%. El consultor Claudio Molina advierte que el corte de 7,5% “no se cumple; alcanza al 5% y, lamentablemente, Energía no aplica multas a los refinadores de petróleo, principalmente a YPF, que en los últimos tres años cortó al 3,3%”.

Cláusulas

Desde la Cepreb, Federico Martelli indicó a LA NACION que, a criterio de la cámara, las nuevas modificaciones dejan al proyecto “peor” que hace una semana. “Se retrocedió porque establece que ningún jugador podrá tener una cuota superior al 14% del mercado; hay seis empresas integradas grandes, número que terminará dominando todo”, dijo, en referencia a las empresas del complejo oleaginoso.

Señaló que, cuando se habla de “cláusulas o mecanismos” para proteger a las Pymes “pareciera que quedara liberado a la reglamentación y no queremos que sea así”. En el país hay 27 empresas de esta categoría que producen biodiésel y que vienen planteando su oposición a los cambios impulsados por el presidente Javier Milei.

“Tenemos seis años de promoción por delante y estas modificaciones dejan abiertas las puertas a juicios contra el Estado . Violan los derechos adquiridos y lo hace un sector que propone seguridad jurídica. Esto es exactamente a la inversa”, dijo Martelli.

La Secretaría de Energía deberá enviar un proyecto de ley al Congreso para aumentar las mezclas de biocombustibles, dejando en ese caso abierta la posibilidad de que por ley se implemente flex fuel. Para Molina eso “cambia radicalmente” la versión anterior, donde el pase a flex fuel y a contenidos de biodiésel mayores al 15% era directo.

Analiza que para las licitaciones de biodiésel se propone un régimen de licitaciones con dos segmentos, el de grandes integradas (exportadoras) y el resto, asignándose a cada segmento, cantidades que surgen de cálculos matemáticos para igualar el uso de capacidad instalada “de manera de ser ecuánime para todos”. De esas licitaciones resultarán los respectivos precios.

Para el bioetanol también se propone un régimen de licitaciones, pero previamente se asegura hasta 2030 al bioetanol de caña, que en la formación de oferta, como mínimo se abastezca el promedio de las entregas 2021 – 2023, período signado por problemas de sequía y otros, que disminuyeron esa oferta. “No está muy claro cómo se ejecutarán las licitaciones en los dos segmentos, dada esa restricción”, sostiene Molina.

Respecto al tope de los precios de biodiesel y bioetanol por las paridades de importación, Molina advierte que no se aclara si son las de la nafta y gasoil, o de los propios biocombustibles, respectivamente.

Se permite el ingreso al abastecimiento de biodiésel a las grandes integradas y también a las petroleras, cuando los cortes superen al 15% y, en bioetanol, el 18%. Se limita la participación de las petroleras y plantas elaboradoras de biocombustibles, en distintos términos porcentuales del mercado, según el caso.

“El proyecto baja las buenas expectativas que había generado en la mayoría de los productores de biocombustibles, la versión dos -puntualiza Molina-. Sigue sin convencer a las pymes; no es muy generoso en materia de aumento de cortes, ya que obliga a que en no menos de tres años, en tal caso lo trate de nuevo el Congreso”.

Fuente: Diario La Nación 

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