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La mujer rescatada en Venado se recupera y podría brindar testimonio

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Marisa fue encontrada en su casa, de la que no podía salir, con un marcado estado de deterioro personal. Su testimonio sería clave.

Foto: La Capital

La mujer de 42 años rescatada de una casa en la que se encontraba en cautiverio y con un marcado deterioro personal se recupera en el hospital Doctor Gutiérrez de Venado Tuerto. La víctima fue hallada en un domicilio del barrio San José Obrero, donde vivía con su hermano que, al parecer, no la dejaba salir a la calle y la mantenía en condiciones inhumanas. Aguardan que la mujer se recupere para tomarle declaración y establecer si fue víctima de un delito.

Aunque por el momento no puede brindar mayores detalles (a fin de poder «avanzar en la investigación»), la fiscal del Ministerio Público de la Acusación Paula Borello aseguró que «al avanzar podremos establecer si hubo delito por parte de los familiares que la mantuvieron en ese estado».

El caso saltó a la luz luego de que vecinos del barrio realizaran una denuncia en la Fiscalía, donde manifestaron la ocurrencia de sucesos extraños en una vivienda en la que vivían dos personas: Marisa A. y su hermano, quien al parecer había tomado la misma actitud del padre, que encerró a la hija en su domicilio.

Al principio se especulaba con un caso de abuso sexual que finalmente la fiscal Borello descartó —al menos de momento— ya que aún no pudo tomarle declaración a la mujer y sólo se obtuvo testimonio de algunos vecinos. El área social de la Municipalidad también colaboró con el caso, aunque siempre con muchos obstáculos. Las trabajadora sociales no pudieron entrevistar a ningún familiar, y muchos vecinos fueron reticentes a hablar, contó la directora de Planificación Social y Territorial municipal, Alejandra Filippetti.

Por esa situación, la funcionaria elevó el caso al Juzgado de Familia, y la magistrada Nancy Grasso pudo evaluar en qué condiciones estaba la mujer. Tras recorrer la vivienda, la encontraron en un estado deplorable. La mujer tiene un grado de discapacidad mental y no podía comunicarse normalmente.

Marisa fue rescatada y trasladada al Hospital Gutiérrez, donde rápidamente comenzaron a tratarla. Estaba desnutrida y presentaba un agudo cuadro de deshidratación, por lo que la Justicia optó por una internación compulsiva.

Deterioro cognitivo

La directora del hospital, Cecilia Petrich, explicó que la paciente entró al nosocomio con «un deterioro cognitivo», y que «permanece estable y en evaluación integral por los servicios de clínica médica y salud mental».

La profesional explicó que lo aportado por los familiares de la paciente, referente a que (la mujer) presentaba antecedentes de problemas en su salud mental, «fue importante para poder interpretar las manifestaciones que se encontraron en los exámenes físicos y la evaluación».

Petrich indicó que «será necesario ver cómo responde a lo farmacológico. En un primer momento fue sedada para tranquilizarla y facilitar la internación. Ahora se irá retirando la medicación para ver la posibilidad de entrevistarla, lo que será (una tarea) dificultosa», aclaró. Y dijo que «todavía no tenemos definido cuál es lugar que requiera para la externación», y detalló que «por una lado están las necesidades asistenciales, y por el otro trabajaremos de un modo conjunto con la Fiscalía respecto a lo que indique».

Vecina

Si bien fueron varios los testimonios brindados en Fiscalía y otros tantos a las asistentes sociales de la Municipalidad, distinta fue la suerte a la hora de recoger testimonios periodísticos. Mirta fue la excepción, y dijo que Marisa fue rescatada del lugar pero que el hermano, que «la violaba«, sigue estando en la casa.

La referencia al abuso sexual no se ajusta hasta el momento con lo que pudo determinar la Justicia, ya que la mujer aún no pudo declarar en Fiscalía porque aún está en recuperación.

Mirta vive al lado de la casa de Marisa desde hace 20 años y viene haciendo denuncias desde hace doce. «Venían los fiscales y él les cerraba la puerta, o no les abría y todo quedaba en la nada«, contó.

La vecina narró que las hermanas de la víctima querían tapar todo y que no se dijera nada. «Lo que pasa es que nosotros somos los que sufrimos la situación que se vivía allí. Queremos que esta persona está presa porque es una vergüenza lo que hizo con su propia hermana», insistió la mujer.

Mirta vive con su hija al lado de la casa que Marisa compartía con su hermano y pidió que «todos los que nos puedan ayudar a meter preso a este señor que me ayuden porque nosotras tenemos miedo de que ésta persona tome represalias con nosotras. Es realmente muy triste lo que pasamos desde hace años, un verdadero calvario«.

Fuente: Carlos Walter Barbarich – lacapital.com.ar

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