En el marco de la jornada virtual organizada por Acsoja. disertaron los directores ejecutivos de la Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos (CIAFA), Armando Allinghi; y de la Cámara Argentina de Sanidad y Fertilizantes (Casafe), Federico Landgraf.
La falta de dólares que sufre la Argentina y que ha llevado al Banco Central y al Gobierno a establecer numerosas restricciones para acceder a divisas o para autorizar importaciones, amenaza con afectar el abastecimiento de fertilizantes, sobre todo para la campaña gruesa 2022/23.
En este contexto, dentro del ciclo de charlas virtuales Soja360 que viene proponiendo ACSOJA, este miércoles se realizó un encuentro sobre «Una ecuación positiva en la cadena de la soja».
El aspecto clave en el caso de los fertilizantes es que el 80% del volumen que se comercializa y se utiliza en los campos argentinos es importado: el año pasado fueron unas 4,4 millones de toneladas que significaron importaciones por más de U$S 2.000 millones.
El obstáculo es que la escasez de divisas ocurre en medio de un aumento del precio internacional. El resultado es que ya en los primeros cinco meses del año, el volumen importado se redujo 12%, aunque el monto aumentó.
«Para poder traer 4,4 millones de toneladas como el año pasado, necesitamos U$S 3.200 millones», advirtió Allinghi.
Es decir, U$S 1.000 millones más, de nuevo, en medio de un contexto de falta de dólares, aunque el agro, que es el sector que necesita los fertilizantes, está haciendo un aporte récord de divisas.
Por su parte, Federico Landgraf, Director Ejecutivo de CASAFE (Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes) abordó el tema de los fitosanitarios, empezando por un relevamiento de las restricciones internacionales que provocaron, desde 2021, la falta de disponibilidad de insumos a nivel global.
En ese sentido enumeró factores de índole logística (según el Índice Mundial de Contenedores, el precio del flete marítimo aumentó más de 4 veces entre julio 2020 y julio 2021); de energía y de escasez de materias primas.
Además mencionó que, con la crisis energética en China, hubo afectación para fábricas de fósforo amarillo que es la materila prima del glifosato. De hecho, el precio del glifosato aumentó notoriamente durante 2021.
Por su parte, según Landgraf, a lo dicho hay que sumar también las restricciones en el plano nacional, como ser la Circular 7030, que afectó muchas operaciones desde el 2020 con proveedores del exterior, al restringir el acceso al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC); también el cupo administrado por Afip de Capacidad Económica Financiera, que incluso dejó a empresas solventes afuera del sistema.
El Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones y las LNA (Licencias No Automáticas) también contribuyeron para mal, siendo las herramientas específicas que tiene el estado para afectar la cadena. «Nuestro rubro trabaja con mucha financiación de los proveedores internacionales y por eso pudimos aguantar», alertó el especialista.
«Los insumos fitosanitarios son un eslabón estratégico y clave para la producción agrícola. Su uso y aplicación significan la generación de más y mejores cereales, oleaginosas, productos, productos de las economías regionales, en una cadena agroindustrial que es 2021 ingresó al país 50.000 millones de dólares», relató Landgraf.
Para finalizar contó que «el saldo de la balanza comercial del sector fitosanitarios fue de 1.700 millones de dólares en 2121. Y por cada unode esos dólares exportaron 30USD en alimentos y productos varios del complejo agroindustrial».
Fuente: BCR News