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La década pasada fue la más calurosa jamás registrada

La tasa de cambio climático aumentó de manera exponencial entre 2011 y 2020. Y de esos diez años, 2016 y 2020 fueron los de mayor temperatura.

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Es oficial: la década pasada fue la más calurosa jamás registrada. Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el período de diez años comprendido entre 2011 y 2020 fue el más cálido tanto para en tierra como en el océano.

La temperatura promedio para el período fue 1,10 °C más alta que los niveles «preindustriales» de entre 1850 y 1900. Como resultado, se está produciendo una «profunda transformación» en las regiones polares y montañosas, donde el hielo se está derritiendo más rápidamente que en el siglo XX, según explicó el medio británico Daily Mail.

Cada década fue más calurosa que la anterior desde la década de 1990, según el director de la OMM, Petteri Taalas, quien dijo que estamos «perdiendo la carrera para salvar nuestros glaciares que se están derritiendo» y agregó que: «No vemos ninguna señal inmediata de que esta tendencia se esté revirtiendo».

«Los océanos se están calentando cada vez más rápido y el ritmo de aumento del nivel del mar casi se duplicó en menos de una generación. Estamos perdiendo la carrera para salvar nuestros glaciares y capas de hielo que se están derritiendo», alertó.

El informe de la OMM, «El clima global 2011-2020: una década de aceleración», encontró que los dos años más calurosos de la década fueron 2016 y 2020.

Pero los seis años consecutivos desde 2015 hasta 2020 fueron los seis años más cálidos registrados a nivel mundial, lo que «demuestra que el problema del cambio climático se agravó en la segunda mitad de la década. Como resultado, los glaciares (masas de hielo que se mueven lentamente y que se encuentran principalmente en los polos de la Tierra) se achicaron a una velocidad «sin precedentes» de un metro por año», explicaron. Mientras tanto, la capa de hielo de la Antártida perdió casi un 75 por ciento más de hielo entre 2011 y 2020 que entre 2001 y 2010.

Juntas, las capas de hielo de la Antártida y Groenlandia contienen más del 99 por ciento del hielo de agua dulce de la Tierra, una fuente de agua que los humanos pueden beber sin tratamiento. Esto significa que habrá menos agua dulce disponible para millones de personas en todo el mundo, mientras que las zonas costeras bajas se enfrentan a inundaciones debido al aumento de las mareas.

Sin embargo, el Ártico se está calentando más rápido que cualquier otro lugar porque los océanos oscuros absorben más energía del sol que el hielo blanco (que refleja la energía del sol). 

Los niveles del mar también están aumentando más rápido que en cualquier otro momento del siglo XX, mientras que las aguas también se están calentando y volviéndose más ácidas. 

Según los expertos, el continuo aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero impulsó los hallazgos, lo que exige la rápida eliminación gradual de los combustibles fósiles. 

La OMM descubrió que los gases de efecto invernadero a nivel mundial continúan aumentando a pesar de una breve caída durante la pandemia de covid.

Los efectos meteorológicos del cambio climático, como sequías, olas de calor, inundaciones y ciclones tropicales, son cada vez más probables: «Tenemos que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero como máxima prioridad para el planeta, a fin de evitar que el cambio climático se salga de control», afirmó el profesor Taalas. 

La única buena noticia es que el agujero de la capa de ozono sobre la Antártida se redujo en comparación con las dos décadas anteriores.

FUENTE: rosario3.com

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