Reina una actitud de mucha cautela entre los agricultores de cara a la próxima cosecha de granos gruesos. Los precios son 25% más bajos que los del ciclo 2022/2023 y los rindes, muy variables. Esa combinación generará un resultado económico ajustado, que permitirá pagar las deudas de insumos y de labores, entre otras, y recuperar el capital de trabajo, pero que no dejará mucho para renovación de equipos o crecimiento patrimonial.
El girasol se vendió inmediatamente de cosechado y se prevé una oferta importante de maíz y de soja en plena trilla por la necesidad de fondos de los agricultores. Quienes pretendan postergar las ventas esperando mejores precios o una devaluación tienen que enfrentar tasas del orden del 100%, que pueden abrir un rumbo irreparable en el casco de la empresa si los ingresos no mejoran con el correr de las semanas.
Mientras tanto, nadie está gastando hasta no tener la cosecha en los silos: “Estamos llegando a la orilla, pero todavía hay que seguir dando brazadas”, grafica un agricultor. En lo productivo, la impresión de los expertos es que habrá rindes variables según zonas en los cultivos de primera y en el promedio, o por encima, en los tardíos y de segunda.
Tiempo para no cometer errores
Las sojas de primera recién están cambiando de color y les faltan 15 días para la cosecha. Los maíces que se trillaron esta semana salieron con mucha humedad y tienen a la hacienda como destino. Por eso, la mayoría de los productores espera llegar a la humedad comercial para no pagar secada. Los maíces tardíos evolucionan bien y las sojas de segunda, que aprovecharon los chaparrones de febrero, prometen buenos rindes si sigue lloviendo y si las temperaturas de marzo no bajan de los 14°C.
En ese escenario de números muy justos, y ante una campaña 2024/2025 en la que no se avizora ningún negocio rutilante, con abundantes stocks de granos en el mundo, la preocupación generalizada es pagar las cuentas; no cometer errores; no equivocarse en las ventas; utilizar los asesoramientos necesarios, y desarrollar planteos agrícolas diversificados en cultivos y en fechas de siembra.
También se procura perseguir la eficiencia en todos los procesos, como, por ejemplo, revisar la napa al elegir los lotes que se destinarán a trigo y no apresurarse a comprar insumos para el ciclo 2024/2025 hasta que el mercado se estabilice, porque se nota una disparidad oceánica al comparar precios.
Fuente: Diario La Nación