El máximo tribunal, con las firmas de los jueces Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco y Juan Carlos Maqueda, declaró «inadmisible» el último recurso de apelación presentado por la fiscalía general de Santa Fe.
La Corte Suprema dejó firme la absolución del ex juez santafesino Carlos Fraticelli y de su esposa, Graciela Dieser -ya fallecida-, por el crimen de la hija de ambos, ocurrido en mayo de 2000 en la ciudad de Rufino.
El máximo tribunal, con las firmas de los jueces Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco y Juan Carlos Maqueda, declaró «inadmisible» el último recurso de apelación presentado por la fiscalía general de Santa Fe.
El matrimonio Fraticelli había sido condenado a prisión perpetua por la muerte de Natalia, la hija adolescente de ambos, pero tras un intrincado laberinto judicial ambos resultaron absueltos después de permanecer largo tiempo presos.
El fallo de la Corte cierra definitivamente el caso y le asigna fuerza de «cosa juzgada», es decir que ya no hay más instancias judiciales en las que las absoluciones de Fraticelli y su difunta esposa Dieser (se suicidó en 2012) pueda ser revertida.
Natalia Fraticelli apareció muerta por asfixia, con una bolsa colocada sobre su cabeza, el 20 de mayo de 2000, cuando tenía 15 años y padecía un leve retraso madurativo.
La literatura periodística, alentada por las investigaciones judiciales que poco más de dos años después dispuso la condena del matrimonio, elucubró que la niña había sido asesinada porque entorpecía la vida social de la pareja.
Dieser y Fraticelli fueron presos acusados por «homicidio calificado por el vínculo y por alevosía» y el 14 de mayo de 2002 un juez de Sentencia de Melincué los condenó a prisión perpetua.
La condena fue confirmada en todas las instancias de la justicia santafesina, hasta que llegó a la Corte Suprema nacional, que en un fallo de agosto de 2006 detectó graves vicios de procedimiento, revocó la sentencia y ordenó revisar toda la causa observando el «debido proceso».
Los Fraticelli, que por entonces ya estaban separados, recuperaron la libertad.
El 20 de noviembre de 2009, ambos fueron finalmente declarados «inocentes», pero sobrevino un nuevo derrotero de apelaciones que desembocó en diciembre de 2014 en la intervención de la Corte de Santa Fe, la máxima instancia provincial que ratificó las absoluciones.
La fiscalía general apeló y llegó mediante un «recurso de queja» ante la Corte Suprema de la Nación, que en su último acuerdo desestimó el recurso y dejó firme las absoluciones.
Fuente: ellitoral.com