Carine, de 50 años, sufrió un cáncer de los senos paranasales en 2013, lo que obligó a los profesionales a extirparle la nariz salvándole la vida, según informó El Mundo.
Sin embargo, las consecuencias para la vida de esta paciente fueron dramáticos: además de perder el sentido del olfato, no se atrevía a salir de su casa por temor a la reacción de la gente al ver su cara.
Antes de la operación, siempre de acuerdo con El Mundo, los médicos habían fabricado una nariz a medida en una impresora 3D con materiales biológicos, con intención de implantársela en el brazo y que fuera su cuerpo el que terminara de modelarla para que pudiera recuperar parte del olfato.
La intervención fue realizada por los equipos de cirugía otorrinolaringológica y cérvico-facial del Hospital Universitario de Toulouse y del Instituto Claudius Regaud.
«Hoy el trasplante es un éxito. Después de una alimentación del antebrazo y una colonización de dos meses del dispositivo médico, el dispositivo fue capaz de ser trasplantado a la región nasal y revascularizado con éxito a través de microcirugía vía anastomosis vascular piel del brazo», comunicó el centro médico.
Y añadió: «Ella está muy bien y sigue siendo monitoreada en el IUCT-Oncopole».
La mujer recuperó algo de olfato y respira mejor. Ahora queda el último paso de una intervención para tratar de que el órgano tenga sensibilidad.
Fuente: Telefe Noticias