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Honda fabricará un nuevo auto para reducir sus importaciones

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Dejó de traer dos modelos y ahora fabricará un crossover en Campana para aprovechar el segmento más rentable.

Los japoneses parecen estar convencidos de que la paciencia puede conducir a genialidades, como el cultivo del bambú o el múltiple plegado del papel hasta convertirlo en la técnica del origami. Quizá con menos ocurrencia, pero el mismo tesón, los ejecutivos de la fabricante de motos y autos Honda apretaron los puños mientras el Gobierno cerraba los caminos a la importación de vehículos. Dejaron de traer al país modelos clásicos de esa marca, como el Civic y el Accord, por los problemas para importar y por los impuestos, aunque nunca dejaron de mirar el mercado local. Ayer, volvieron a la carga.

Honda inició en Campana la producción de la HR-V, un crossover del cual esperan producir 15.000 unidades que se venderán en la Argentina y principalmente en Brasil. La primera exportación a ese país se hará el 28 de este mes.

Para producir el nuevo vehículo la empresa invirtió $ 220 millones en el marco de un proyecto global total de 330 millones de dólares en esa planta bonaerense, donde hasta diciembre se fabricaba el City.

La presidenta Cristina Kirchner inauguró la nueva línea de producción y puso a los japoneses como ejemplo en un mensaje al empresariado. De cerca la miraban el ministro de Economía, Axel Kicillof, y su par de Industria, Débora Giorgi.

El presidente de Honda Sudamérica, Issao Mizoguchi, rechazó en una reunión con periodistas que la decisión de la empresa se debiera a la necesidad de que el Gobierno le autorice el ingreso de más dólares. Pero fue enfático cuando se le preguntó si esperaba contar con las divisas para importar las partes que necesita la nueva HR-V. «No hay ningún documento, pero eso está resuelto», dijo. «Siempre conversamos con las autoridades y tratamos de no tener problemas. Hasta ahora funcionó. Entendemos que, a veces, los gobiernos tienen necesidades», completó.

La empresa le presentó el proyecto a la ministra de Industria, Débora Giorgi, en octubre del año pasado. Luego sus ejecutivos tuvieron encuentros con el secretario de Comercio, Augusto Costa, uno de los encargados de firmar las declaraciones juradas anticipadas de importación (DJAI) cuyo pago debe luego autorizar el Banco Central.

Honda basa su tranquilidad en un cálculo frío. El Gobierno, que limita la venta y el giro de divisas para pagar importaciones, nunca les hizo problemas para traer del exterior las partes que requiere la producción de modelos a nivel local. Eso que les pasa con las motos esperan que se repita con el nuevo vehículo, que tendrá un 20% de autopartes locales.

La japonesa apostó fuerte al nuevo modelo. Mizoguchi y su equipo creen que pueden vender unas 3000 unidades en el país por año y llevarse el 10% de la demanda.

Los propios ejecutivos de la empresa reconocieron que no es el mejor momento para lanzar un nuevo modelo al mercado automotor, ya que las ventas están en caída tanto en la Argentina como en Brasil.

MITAD DE CAMINO

La industria automotriz local está a mitad de camino entre la crisis que se evidenció el año pasado y una recuperación que asoma, pero no se termina de concretar. En marzo, la producción de vehículos fue de 52.316 unidades y registró un crecimiento de 14,7% respecto de febrero, pero una baja de 10,3% con respecto al mismo mes del año pasado, mientras que las exportaciones alcanzaron los 28.559 vehículos, con un salto de 17,9% en la comparación con febrero, pero una caída de 0,8% en comparación con marzo del año pasado.

Mizoguchi lo reconoció, aunque justificó la decisión. «Quizá sería mejor comenzar a producir en un año, pero la planificación es a largo plazo y hace cuatro años que pensamos en desarrollar el modelo en la Argentina», completó.

Fuente: Pablo Fernández Blanco | LA NACION

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