Con el 2015 en la mira, Maximiliano Pullaro recorre la provincia “para que todos sientan que son parte del mismo proyecto”.
Experto en la vida interna de la UCR, donde milita “desde siempre”, el diputado provincial Maximiliano Pullaro no descansa. En medio de su actividad legislativa, visita correligionarios de un punto a otro de la provincia, dentro y fuera del departamento General López, su distrito de origen. Las causas, según explicó, están repartidas entre la exposición que tuvo por las denuncias sobre narcotráfico, que lo ubicaron como un referente en el tema, y otro poco por su deseo de “juntar a todas las partes de la UCR” para ponerlas “a disposición de un proyecto político de poder”
Antes de ser reconocido por su asunción como diputado provincial en el 2011, y por sus denuncias a narcos en su distrito, construyó su carrera política desde adentro de la organización partidaria: “En el partido me conocen todos. Yo fui presidente de la juventud de mi pueblo (Hughes), secretario general de mi departamento, vicepresidente de la juventud de la provincia, primer delegado al Comité Nacional de la Juventud Radical, y candidato a presidente de la Juventud a nivel nacional, donde perdí por un voto”, le explicó a El Ciudadano Pullaro.
En su incursión porteña, del 2003 al 2005, entabló una amistad con el ex presidente Raúl Alfonsín y luego con su hijo Ricardo, actual diputado nacional, de quien fue colaborador.
Tras su paso por Capital Federal volvió a la provincia, porque “había quedado sin lugar institucional”, y fue elegido presidente del Comité Departamental de General López.
“En ese momento el partido estaba muy mal y me buscaron a mí como un referente que podía juntar a todos los espacios políticos. Arrancamos teniendo 8 comunas y hoy tenemos 19 distritos, como Frente Progresista, la mayoría radicales”, explicó.
Fue en ese momento que fue nominado para integrar la lista de candidatos a diputado que iba detrás de la postulación a gobernador de Mario Barletta (en la interna del Frente Progresista).
“Fui elegido diputado provincial pero no me enfrasqué en mi trabajo en el territorio, como lo hace la mayoría, sino que busqué construir una organización política juntando a todos los amigos que tenemos en la provincia. Nosotros pretendemos que el radicalismo se constituya como fuerza política provincial y queremos unificar a las bases con la dirigencia. Cuando vos me planteás que me ves de un lado para el otro es porque estoy haciendo el esfuerzo de juntar a todas las partes.
—¿Desde qué lugar?
—Lo hago porque tengo amigos en todos lados y hay un espacio fértil hacia el interior del radicalismo, con los 125 presidentes comunales, los 24 intendentes y los más de 100 concejales que nadie asiste políticamente. Y también, con el perfil que tengo, con este tema del narcotráfico (ver aparte), hace que demanden mi presencia y con muchísimo gusto los visito y trabajamos juntos. La idea nuestra es construir un espacio político que logre armonizar o acercar el divorcio que hay hoy entre la dirigencia política y las bases del radicalismo, para ponerlo a disposición de un proyecto político de poder. Nosotros venimos del sector de Unidad Progresista que encabezó Mario Barletta. La idea nuestra es confluir con todos los que tengan la misma idea. Vemos que los senadores del norte tienen la misma idea, Mario Barletta en la capital también. Fabián Palo Oliver y Jorge Henn también y nosotros también.
—Palo Oliver y Henn están enfrentados con Barletta.
—Sí, pero empezaron a coincidir, por lo menos en los objetivos políticos, lo cual es muy importante. El objetivo es pelear la gobernación de la provincia. Siempre al interior del Frente Progresista. Nosotros necesitamos ordenar nuestra organización política. Y eso se logra cuando todos los actores sientan que son parte de lo mismo. Que no es lo que pasa con el partido. Nosotros también rescatamos la figura de Mario Barletta, fundamentalmente porque tuvo el coraje de arriesgar mucho. No es común dentro del radicalismo que alguien que está en un municipio tan grande juegue fuerte y pretenda ser gobernador. No es común, casi todos primero cuidan su quinta. Barletta en eso tuvo vocación de poder. Nosotros necesitamos dirigentes con vocación de poder y que construyan un proyecto político de poder.
—¿Se puede decir que está trabajando por la nueva candidatura a gobernador de Barletta?
—En el partido tenemos muchas personas que están en condiciones de ser candidatos. En el radicalismo no hay una figura que se destaque de las demás. Por ejemplo, Barletta en su territorio saca 40 o 50 mil votos, pero Orfilio “Chacho” Marcón, el senador de General Obligado, saca 60 mil votos en su departamento. Y nosotros en nuestro departamento sacamos 40 mil votos en una elección. Jorge Boasso sacó 70 mil votos. Por eso, digo que necesitamos amalgamar toda la estructura de la UCR y que todos sientan que son parte del mismo proyecto político.
—¿Siente que esa es su tarea?
—Al menos en el sur de la provincia de Santa Fe.
Avance del narcotráfico: “La política es cómplice por haber callado”
El diputado Pullaro tomó contacto con la realidad del narcotráfico, según le explicó a El Ciudadano, por las denuncias que le acercaron los intendentes del departamento General López “en relación a la impunidad de personajes que comercializaban estupefacientes, con muchísima violencia en algunos lugares, y que por alguna u otra razón nunca caían presos”.
“En Villa Cañas –agregó–, el intendente en reiteradas oportunidades nos acercó la demanda. Una persona que cuatro años antes era bolsero de un semillero, en ese momento tenía autos de alta gama, o una mansión con un serpentario dentro: Carlos Ascaíni, con quien tengo una querella”.
—¿Con ese caso arranca su relación con este tema?
—Y con Aldo César Orozco, en Firmat, que tenía prácticamente un barrio tomado, el barrio Centenario. Nosotros comenzamos haciendo las denuncias ante la Brigada de Drogas Peligrosas de nuestro departamento, que obviamente tenía algo de connivencia. Fuimos a hablar con el jefe de la Unidad Regional, después fuimos a hablar con los fiscales federales y los jueces federales. Y veíamos que nada sucedía. Fuimos al ministro de Seguridad, que en ese momento era Leandro Corti. La impotencia que sentíamos hizo que un día hiciéramos en la Legislatura una manifestación denunciando el tema. Esto tomó estado público y explotó. A la vez, hizo que las personas que gozaban de tanta impunidad salieran a la luz y los mecanismos del Estado tuvieron que cambiar a la división de Drogas Peligrosas de nuestro Departamento y los jueces federales llevaron adelante dos procedimientos exitosos. Estos dos tipos, que durante años hicieron lo que quisieron, además con mucha violencia, cayeron presos.
—Pareciera ser que es un poder que compra todo, que avasalla todo.
—También la realidad es que la política, para serte absolutamente sincero, miró para otro lado durante muchísimo tiempo. Si me preguntan si la política es cómplice, yo diría que sí, por haber callado. Acá, por ejemplo, todos sabían quienes eran Los Monos, pero tuvimos que venir a darle volumen nosotros también en algún momento. A Luis Medina también lo empecé a nombrar yo. El Estado debe trabajar en la prevención y lamentablemente no lo hace. Nación y provincia no existen. El Sedronar invierte este año 120 millones de pesos y tiene 80 de gastos en personal. En la provincia, la Secretaría de Prevención de Adicciones tiene destinados 2 millones y medio. No hay políticas de Estado.
Fuente: Diario El ciudadano – Por Daniel Zecca