Luego de que hace 15 días el ministro de Economía, Luis Caputo, anunciara vía X (exTwitter) una quita y rebaja de aranceles para la importación de insumos estratégicos del campo, todo indicaría que en los próximos días, antes que finalice abril, se publicará la disposición pertinente. Según pudo saber LA NACION, “está al salir” ya que están trabajando al respecto en varias Secretarías del Ministerio de Economía, aunque aun no se sabe si esto será vía decreto o resolución. Quien está detrás de la instrumentación sería el secretario de Comercio, Pablo Lavigne, con otros funcionarios de la Secretaría de Bioeconomía.
Conocida esa noticia, enseguida representantes de la Cámara de la Industria Química y Petroquímica se juntaron con gente de la cartera de Comercio para tratar de dar marcha atrás a lo anticipado por el ministro de Economía, pero de ese lado le dijeron que la decisión ya estaba tomada.
En las puertas de una nueva campaña agrícola con la próxima siembra de trigo, el 8 de abril pasado Caputo tomó la decisión, sin convocar a la industria, de bajar los aranceles de herbicidas a base de atrazina, glifosato y 2,4-D del 35% al 12,6% (el vigente para el Mercosur) y, además, reducir el arancel de la atrazina primaria, desde el 24% actual al 10,8%. Después anunció la quita de aranceles para la importación del fertilizante urea.
La iniciativa por este cambio habría venido de las entidades de productores agropecuarios, quienes le habrían acercado a Juan Pazo, secretario de Planeamiento y Gestión para el Desarrollo Productivo y de la Bioeconomía un estudio con los números y los valores que se pagan por los fitosanitarios en países vecinos como Uruguay.
Si bien las empresas que formulan localmente, que tienen un proceso industrial ya sea de síntesis o de formulación aun no saben cómo les impactaría la medida, entienden que para ellas es negativa. Les afecta, dijeron, porque una firma que no tiene formulación local va a poner sobre la mesa la diferencia de cuánto cuesta importarlo formulado -y con la baja del arancel- y cuánto comprarlo a empresas locales.
En rigor, en el mercado hay compañías que venden fitosanitarios y son clientes de otras que tienen un proceso de industrialización (con formulación o síntesis química) y a quienes compran, por ejemplo, glifosato, atrazina o 2,4D. Estas últimas van a evaluar si les conviene traer de China más barato, sin el arancel del 35% que lo protegía, y tener el 12,5%.
El Gobierno está llevando los aranceles del 35% al 12,5%, que es el arancel que tiene vigente Brasil. Pero no evaluaron los costos internos de la Argentina con respecto a Brasil. El problema de fondo es otro y está en la matriz del costo argentino que tiene la industria. Y, entonces en vez de ver un solo gravamen, que es este arancel, debieron tener una mirada completa sobre los gravámenes que hay en el sector, por ejemplo el Impuesto País, que ni Uruguay ni Brasil lo tienen. Además, aunque importa todo, Uruguay no tiene IVA para los insumos fitosanitarios. Por eso puede que sean más baratos, sumado a que estamos siendo caros en dólares también en la Argentina”, remarcaron.
Rescataron que se ven que la macroeconomía se está acomodando pero que este tipo de medidas les está pegando la micro: “Uno de los impuestos más distorsivos que tenemos es el Impuesto País y eso es lo que hay que rever”.
En este contexto, dijeron que la agenda de la industria tiene otras aristas, entre ellas que se implemente un Bopreal 4 nuevo. Si bien todo lo que sacó el Gobierno a suscripción se logró, en el sector indicaron que, si se toma el stock de deuda de importaciones (alrededor de US$40.000), “no fue suficiente”.
“¿Qué pasa con el saldo que falta? Lo que le estamos pidiendo al Gobierno es que armen un nuevo Bopreal porque la deuda es muy grande aun”, remarcaron.
En tanto, otra fuente de la industria indicó sobre los anuncios de Caputo: “La medida no va a tener un efecto significativo sobre los costos del productor, incluso puede afectar las líneas de financiación que tienen las mismas empresas que comercializan y financian estos productos a los productores. El problema no es competir, el tema está en tener las mismas condiciones”.
Estudio
La semana pasada, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó que la siembra de trigo 2024/2025 cubrirá 5,9 millones de hectáreas. Se trata de la misma superficie que la registrada en 2023. En tanto, si se compara con el promedio de las últimas cinco campañas, que da 6,34 millones de hectáreas, es una merma del 6,9%.
Más allá de esto, la entidad analizó el efecto de las medidas para los insumos anunciadas por el Gobierno. Dijo que tendrían “un efecto limitado en la reducción de los costos operativos de la producción”.
“Esto se debe a que los herbicidas, a pesar de que experimentarían una reducción arancelaria más significativa, solo constituyen el 18% de la estructura de costos. Por otro lado, los fertilizantes, que representan, sujeto al tipo de planteos tecnológicos, un 33% de la estructura de costos, tendrían una disminución relativamente modesta en sus aranceles. Estas reducciones arancelarias, si bien positivas, no resultan suficientes para compensar el incremento de costos respecto del año anterior por lo que no logran revertir las tendencias observadas en las relaciones insumo/producto”, afirmó.
Fuente: Diario La Nación