Tras el lanzamiento de LG G Flex y Samsung Galaxy Round, muchos han creído que los screens de esta especie pisarían con fuerza en el segmento móvil y que llegarían, incluso, a los venideros insignias del sector, entre ellos Galaxy S5 y iPhone 6. No obstante, analistas dan cuenta que este tipo de diseño y funcionalidad –aún en estado germinal- no ha dado en la tecla: los usuarios no saben para qué sirve. Analizamos qué ventajas implica y cuáles son las trabas para su eventual expansión.
La industria móvil está en constante expansión. En tal perpetuidad, la renovación es uno de los atributos que define al sector, aunque es usual que los cambios de paradigma más relevantes demoren su aparición, más allá, incluso, de su descubrimiento. Un caso (que no es reproche): si bien los fabricantes podrían acelerar la aparición de las pantallas tan flexibles como una hoja de papel (Samsung mostró un prototipo a comienzos de 2013 en la feria CES de aquel año); los dispositivos que hoy pueblan el segmento –nada flexibles, por cierto- siguen entregando su jugo. “Mejor esperar”, dirán las compañías.
No obstante, un elemento diferencial no solamente ha mostrado su rostro en el último trimestre de 2013, sino que también ha aparecido en las tiendas comerciales: hablamos de los smartphones con pantallas curvas.
Galaxy Round: Una plataforma de despegue
Samsung, actual líder en venta de teléfonos inteligentes, se postuló como el primer fabricante en presentar un dispositivo móvil de esta naturaleza en el último trimestre de 2013. Galaxy Round es una phablet que incluye un procesador de cuatro núcleos a 2.3GHz, RAM de 3G y 32GB para almacenamiento expandible vía micro SD. Su característica más relevante: el screen (AMOLED, Full HD, de 5,7 pulgadas) presenta una curvatura de orden horizontal; dicho de otro modo, la curvatura va de lado a lado, no de pies a cabeza. En el comunicado de presentación del producto, la surcoreana explicó cuáles son las ventajas que supone contar con esta clase de diseño en un smartphone: por un lado, sostuvo que esta característica propicia una mejor adecuación al rostro. Es cierto: el pómulo se ajusta mejor en un cuenco que en una tabla recta. ¿Suficiente para que sea un verdadero punto a favor? Por otra parte, Samsung dijo que este tipo de diseño entrega mayor comodidad en mano, remediando uno de las más grandes desventajas de las phablets (equipos superiores a las 5 pulgadas, complejos de maniobrar con una sola mano). Más tarde, en el canal oficial en YouTube de Samsung Tomorrow, la compañía mostró un video el cual evidenció una funcionalidad estrictamente arraigada a la curvatura del equipo: en él se puede ver que, al mecerlo sobre una superficie, la pantalla de Round se activa. Nada que vaya a dejarnos boquiabiertos, hay que decirlo.
Al tiempo apareció en el mercado de aquel continente una publicidad que promocionó el smartphone comparándole con objetos que usualmente manipulamos: ciertos paralelismos son en verdad llamativos, como podrás ver a continuación.
Es preciso detenerse en un dato relevante: la presentación de Galaxy Round no fue global; su aparición se restringió a ciertos países de Asia. Si Samsung confiase en que las pantallas curvas serán el nuevo must de la industria, lo que todos querrán tener en su bolsillo, sospecho que el smartphone que inauguró esta modalidad hubiera sido presentado en otro contexto, acaso en algún evento de renombre, con más bombos y con más platillos. No fue así.
Un breve informe publicado por SamMobile, un sitio especializado en el universo Samsung, echó luz sobre los pasos de Round en la industria. Allí se afirmó que el smartphone en cuestión es una suerte de prototipo; que contará con una producción limitada en Corea del Sur, así como en el mercado global; y que su aparición apunta a poner a prueba las nuevas pantallas flexibles. Un trampolín que, en coherencia con su estirpe, no será una plataforma en la que nos quedaremos durante mucho tiempo, sino que servirá para impulsarnos hacia algo nuevo.
La respuesta de LG
A cargo de otra firma originaria de Corea del Sur, a pocos días de la presentación de Galaxy Round apareció en escena LG G Flex, un nuevo ejemplar en la casta curva. El equipo cuenta con un procesador Qualcomm Snapdragon 800 de cuatro núcleos a 2.26 GHz; RAM de 2GB; 32GB para almacenamiento interno; cámara principal de 13MP y frontal de 2.1MP; conectividad NFC, LTE y LTE-Advanced; y batería de 3500 mAh. Adicionalmente, el smartphone cuenta con botones físicos en la cara posterior, siguiendo los pasos de G2, el equipo insignia de LG.
La pantalla de G Flex es ligeramente superior a la de Round: se fija en las 6 pulgadas y cuenta con una resolución de 1280 x 720 píxeles. Además, dato relevante, la curvatura se extiende de la cabeza a los pies del equipo, no de lado a lado como ocurre en la terminal de Samsung. El comunicado de presentación publicado por LG apareció con un título provocativo: hablaron del primer smartphone realmente curvo, en evidente “mojada de oreja” a Samsung. En simetría al líder del segmento, LG también hizo referencia a un diseño que sigue el contorno del rostro, que comprende las curvas del cuerpo humano y que además reduce la distancia entre la boca y el micrófono. Asimismo, afirmó que al exprimir las capacidades multimedia del teléfono (ver películas o series, jugar videogames, etc.) G Flex ofrece una experiencia tipo IMAX. Por otra parte, y a través del departamento LG Chem dedicado al desarrollo de baterías, este smartphone promete mayor autonomía gracias a la inclusión de una serie de baterías que se ajustan a la fisonomía del dispositivo que las contiene y aprovecha los espacios libres dentro de la carcasa.
Los dos siguientes videos aparecidos en YouTube explicitaron otra de las ventajas que supone la curvatura en los smartphones, en este caso en LG G Chem. Como es posible apreciar en ellos, se elevan los niveles de resistencia y se avanza, en evidencia, hacia la plena flexibilidad. Éstos parecen ser los primeros pasos hacia aquel horizonte más elástico.
Ítem final para G Flex: a diferencia de Round, el móvil de LG tuvo planes globales. De hecho, el 21 de enero la firma anunció el arribo del equipo a más de veinte países de Europa y se espera su llegada a mercados latinoamericanos hacia el mes de marzo.
Expansión: Rumores, promesas y calles sin salida
¿Llegarán las pantallas curvas a más smartphones además de los dos modelos repasados? La presencia de este nuevo actor condujo al contagio, al menos en el superpoblado pasillo de los rumores. En base a fuentes anónimas, el medio Bloomberg dijo que entre los planes de Apple para sus próximos iPhone aparece la idea de pantallas más grandes (4.7 y 5.5 pulgadas) y también curvas.
Por otra parte, la migración al próximo Galaxy S sería más sencilla: Samsung ya cuenta con experiencia en este tipo de desarrollo y el camino estaría allanado.
Sin embargo, estos rumores pronto empezaron a caer. Desde Korea Herald afirmaron que ni Apple ni Samsung piensan en pantallas curvadas para sus próximos smartphones insignia. Especialistas consultados por la mencionada publicación coincidieron en una serie de aspectos que desacreditan aquella posibilidad. Por un lado, las escasas ventas registradas por Round y G Flex desalientan el ánimo de colocar este diseño en equipos de mayor calibre. Por otra parte, se menciona que los fabricantes de este tipo de screens no cuentan con la capacidad para producir suficientes unidades en vista a la demanda de estas terminales y que, además, su incorporación incrementaría el valor de las mismas y exigiría modificaciones en otros elementos de hardware. “Los curvos que serán presentados a finales de 2014 serán una variante de Galaxy antes que un modelo insignia”, indicó uno de los especialistas consultados.
A pesar de tantos puntos en contra, los analistas consultados por Korea Herald no descartan la posibilidad de que las pantallas curvas logren expandirse entre los smartphones hacia el año 2015.
La barrera más poderosa: el usuario
Un extenso artículo publicado por el presidente de DisplayMate, una firma especializada en pantallas, da cuenta de la relevancia de esta aparición, incluso por fuera de cualquier maniobra de marketing. Según se afirma, las pantallas curvas mejoran el contraste de las imágenes, la precisión del color, la legibilidad e incluso la autonomía de la batería, gracias a que los avances en visibilidad reducen la necesidad de utilizar el brillo en altos niveles. “Introducir una pantalla ligera pero cilíndricamente curvada es una innovación muy importante en la tecnología de pantalla de los smartphones, y no tiene nada que ver con un truco de marketing como se ha informado en diversos medios (…) La curvatura de pantalla del Galaxy Round es muy pequeña, tan solo 0,10 pulgadas del plano, lo que es similar a la ligera curvatura de un espejo que aumenta la imagen. Pero esa pequeña curvatura es clave para una serie de efectos ópticos que ofrecen menos interferencia de la luz de ambiente reflejada de forma importante”, sostiene Raymond Soneira, responsable de DisplayMate en este artículo.
Además de los obstáculos antes mencionados (vinculados a las dificultades en el proceso de producción de este tipo de pantallas) aparece el brevísimo arraigo que ha tenido esta tecnología en el usuario. ¿Sabemos realmente qué ventajas supone un screen curvo? Cuando nos enteramos, ¿nos interesa la propuesta? Me atrevo a arriesgar sendas respuestas: no y no.
Por último: ¿nos interesa invertir nuestro dinero en una tecnología que, según dicen las propias compañías, será solamente un paso hacia una nueva y más atractiva que llegará en un futuro cercano? Ser un trampolín hacia las pantallas flexibles –y no tener fuerza propia- parece ser la cruz del diseño curvo. Allí están los fabricantes, explicándonos que se trata de prototipos.
En esta línea, se afirma en “Pantallas curvas: excentricidad o futuro de los smartphones?” publicada en El Confidencial, que “lo que está claro es que, de momento, los modelos anunciados por Samsung y LG tan sólo están en una fase inicial, y no aportan prácticamente nada nuevo. Por lo que convendría esperarse a ver cómo evoluciona el mercado en este sentido”.