En marzo, el Estado se quedó con el 79% de la renta que generó en promedio un productor agrícola por hectárea. El dato es más impactante en el caso de la soja, con el 94,1%.
Los datos surgen de un relevamiento realizado por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA). Según explicaron, la sequía disparó la presión impositiva porque “el impuesto con mayor peso es el derecho de exportación que, al actuar sobre el precio bruto, no reconoce caídas en la rentabilidad. Así, a medida que empeora la sequía, aumenta la participación de los impuestos sobre la renta”. En rigor, el índice se posicionó 14,3 puntos porcentuales más alto que en marzo de 2022.
El informe arrojó que, mientras que el promedio ponderado de cultivos a nivel nacional fue de 79,1%, la participación del Estado en soja llegó al 94,1%, en maíz 62,4%, en trigo 78,7% y en girasol 58,3%. En ese sentido, resaltó el caso de la soja: “Los impuestos se llevarán casi la totalidad de la escueta renta que genere el cultivo esta campaña”.
En tanto, la presión impositiva por hectárea en promedio se compuso de esta manera: el 76,4% por impuestos nacionales no coparticipables, es decir, que quedan en el Estado Nacional; 16,3% coparticipables, o sea que una porción regresa a las provincias que lo produjeron. Además, 6,2% fue de tributos provinciales y 1,1% municipales.
Sobre el fuerte aumento del índice de marzo respecto el mismo mes del año anterior, explicaron que fue “traicionado por menores rindes como consecuencia de la sequía y las heladas que han afectado a los cultivos, y menores precios internacionales que a comienzos de 2022 estuvieron impulsados por la guerra Rusia-Ucrania”.
“El impacto que tiene la sequía reduciendo el impuesto a las Ganancias genera que los impuestos no coparticipables crezcan, hasta llevarse 3 de cada 4 pesos que aportará en impuestos la producción agrícola este año, un récord, al menos desde que FADA lo mide”, alerta David Miazzo, economista Jefe de FADA.
Sobre la forma en que sacaron el cálculo, el economista detalló: “Consideramos que la renta es el valor de la producción menos todos los costos que enfrenta. Esa renta se distribuye entre los impuestos, el resultado de la producción y la renta de la tierra. Si lo aplicamos a alguien que alquila la tierra, o sea, que le representa un costo, en un año donde la producción genera pérdidas el Estado se lleva más del 100% de la renta”, agrega.
En el análisis por provincia, mientras el índice nacional fue de 79,1% Córdoba registró un 81,7%, Buenos Aires 75,6%, Santa Fe 77,5%, La Pampa 78,8%, Entre Ríos 86,7% y San Luis 77,5%. Resaltaron que en el caso de la soja tres de seis provincias tuvieron un índice superior a 90% y las tres restantes mayor al 100%.
Al analizar los costos, remarcaron dos puntos. El primero, los gastos de fobbing representaron entre el 7%y el 8% de todos los costos involucrados en una hectárea de maíz.
El segundo punto, detallaron, son los fletes, en donde al adentrarse en el interior productivo va incrementando su participación. En el caso del maíz el flete representó el 18% de los costos en Buenos Aires, en Córdoba el 21%, en San Luis el 22%, en La Pampa el 19% y en Entre Ríos el 16%. En Santa Fe, como el grueso de la producción se encuentra relativamente cerca de los puertos, significó el 13%.
Fuente: Diario La Nación