Mientras que las exportaciones de poroto sumaron el mes pasado 8126 millones de dólares con un crecimiento interanual del 23%, las de harina de soja fueron de 1434 millones con una suba de 32%.
Las de aceite de soja, en tanto, fueron de 327 millones de toneladas, una cifra 29% inferior a la registrada en mayo de 2022, debido a que el gobierno brasileño está incentivando el uso interno de ese producto para elaborar biodiésel.
El dato es que esa cifra duplica a las divisas generadas por el régimen cambiario especial argentino denominado “dólar soja 3”, el cual se instrumentó entre el 10 de abril y el 5 de junio de este año.
El total de divisas ingresadas al pasado 5 de junio en el régimen del “dólar agro” fue de 5127 millones de toneladas. En esa fecha finalizó el programa para la soja, pero siguió vigente –en lo que respecta a la liquidación de divisas– para el girasol, cebada cervecera y sorgo.
El monto correspondiente solamente a la originación de soja es estimado en torno a los 4500 millones de dólares, mientras que el saldo restante fue cubierto con el resto de los granos.
Si bien este año Brasil logró una cosecha récord de soja y Argentina afrontó un desastre climático inédito, la brecha entre ambos números refleja, de todas maneras, el liderazgo de Brasil como potencia agroindustrial y la creciente irrelevancia que está teniendo la Argentina en la materia, que se está transformando en un país “satélite” de su gigantesco vecino.
Por su parte, las exportaciones brasileñas agroindustriales, considerando todos los rubros, alcanzaron en mayo pasado 16.780 millones de dólares, un 11,2% más que en el mismo mes de 2022.
“Nunca las exportaciones había superado los 16.000 millones de dólares en un solo mes considerando toda la serie histórica medida a partir de 1997. Con el récord, la participación de la agroindustria en el total de las exportaciones brasileñas alcanzó el 50,8%”, indica un comunicado del Ministerio de Agricultura de Brasil.
Fuente: Valor Soja