Uno de los fotógrafos que cultivan el extremo rooftopping subió a un rascacielos de Hong Kong a comer bananas con dos amigos. El resultado no es apto para quienes sufren de vértigo.
La carrera por tomarse la selfie más extrema del mundo no se detiene. Mientras algunos buscan acercarse hasta el corazón de un tornado para autoviralizarse, otros se dedican a inmortalizarse con tomas imposibles. Las prácticas que no generan
Daniel Lau es uno de estos fotógrafos, que practican el rooftopping (del término inglés ‘rooftop’, que significa azotea), un movimiento cuyo pionero se llama Tom Ryaboi y que cada vez tiene más cultores.
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Esta vez, Lau trepó los 346 metros del quinto rascacielos más alto de Hong Kong. Todo para comer un par de bananas con dos amigos, Andrew Tso y Airin S.
Una vez allí, se puso de pie y utilizó un bastón especialmente diseñado para tomarse las imágenes que publicó luego en su cuenta de Instagram. Allí tiene otros ejemplos del hobbie que lo apasiona y que vemos debajo.
Fuente: infobae.com