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El dólar volvió a subir en Brasil y superó la marca de tres reales

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Fue por primra vez desde 2004. Luego cerró a 2,98. En los últimos 43 días la moneda brasileña se devaluó 13,5%

Ayer, los mercados financieros brasileños solo hablaban de la crisis política, especialmente en el Congreso y en sus relaciones con el gobierno. Y se mencionaba la disparada del dólar, que llegó a rozar los 3 reales por primera vez desde agosto de 2004 (cerró a 2,98), como una derivación de la inestabilidad que impera en Brasilia desde mediados de enero último. Lo cierto es que en los últimos 43 días, el real se depreció 13,5%. En el mismo período, el peso argentino se mantuvo prácticamente estable con una devaluación de apenas 1,55%.

Aunque todavía es pronto para analizar las consecuencias de este fenómeno en el comercio bilateral argentino-brasileño hay un dato que marca tendencia: hubo un buen aumento de las exportaciones de autos brasileños hacia el mercado argentino, una “recuperación” que en la prensa brasileña mereció un título. Y nada indica que, este año, la relación se vaya a modificar con Brasil en vendedor y Argentina en compradora.
Además de la apuesta al incremento de la competitividad de Brasil en el mercado mundial, otros hechos llevan a la labilidad cambiaria brasileña. No es un dato menor los trascendidos sobre la lista de senadores y diputados brasileños involucrados o beneficiados en el escándalo Petrobras. Tanto el titular del Senado, Renan Calheiros, como el de Diputados, Eduardo Cunha, figuran entre quienes sean investigados. Ambos fueron denunciados por ex gerentes de la petrolera y por cambistas que operaban para esa mafia. Se sabe que también está en ese listado al jefe de la oposición, el senador Aécio Neves, ex candidato presidencial quien perdió las elecciones frente a Dilma Rousseff. Lo cierto es que los pedidos de procesamiento contra los congresistas afectan principalmente al PMDB (Movimiento Democrático de Brasil), socio del PT en el poder. A esta agrupación pertenecen tanto Cunha como Calheiros, además de ser la corriente política que dirige el vicepresidente de Brasil Michel Temer. El trascendido de nombres, entre el lunes y ayer, provocó un tembladeral en el Parlamento. Y se tradujo en un enfrentamiento entre los aliados de Dilma. Su expresión fue el rechazo legislativo a una medida relacionada con el ajuste en curso, que promueve el ministro de Hacienda Joaquim Levy.

Ayer se afirmaba que la irritación entre los partidos de la coalición oficialista produce “mucha incertidumbre” en el mundo financiero, que se queja de la escasa o nula intervención del Banco Central para detener la depreciación del real. Lo que está en juego es la aprobación de medidas de recorte de gastos. Una de las más importantes es la que reduce los subsidios empresariales, o lo que es lo mismo, vuelve a aumentar los tributos pagados por las patronales.

Levy, hombre de visión ortodoxa (o neoliberal) se empeñaba ayer por convencer a dos agencias calificadoras a que no rebajen la nota de la mayor economía latinoamericana. Centenares de inversores convocados por el Bank of America Merrill Lynch escucharon a un funcionario que defendía la “fuertísima agenda fiscal” instalada por su equipo con el visto bueno de Rousseff y el desánimo de las huestes del PT.

Fuente: ieco.clarin.com

 

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