El Cruce Columbia continúa adelante. A paso firme transita su 14° edición. Este jueves 5 de febrero se inició la competencia en la modalidad solo que quedó en manos de Ezequiel Pauluzak. El atleta de 29 años empleó 2h27m15 en transitar el circuito desde la base del Cerro Catedral, en la salida simbólica, para luego realizar el ascenso en las aerosillas séxtuples que depositó a los 1400 competidores a la altura del refugio Lynch.
Una vez en tierra, los participantes debieron desandar 25,5 km, con 3184 metros de desnivel acumulado, para transitar por puntos emblemáticos de Bariloche como Punta Nevada, la Laguna y el sendero del Frey hasta finalizar en las playas en la zona de los Baqueanos a orillas del lago Gutiérrez. La primera dama en finalizar la etapa fue Adriana Vargas, quien empleó un tiempo de 2h55m04s. El ganador dejó sus sensaciones, al enterarse que fue el más rápido: “¿Estoy primero? ¿En serio? ¿Ahora puedo retirarme, no?”, confesó el corredor de Castelar, provincia de Buenos Aires, con una sonrisa que desbordaba su rostro. Y añadió: “Estoy algo sorprendido, pero muy feliz. Soñaba que esto pasara. Es lógico que uno lo sueñe y se aferre y, por suerte, se dio. Hay que estar tranquilos porque restan muchos kilómetros por delante. Es una carrera compleja y cada etapa es diferente a la siguiente. La estrategia no cambiará. Es la misma de siempre: dar todo y sacrificarme porque esta es mi vida”. Mientras que Vargas sintetizó: “Disfruté mucho y ya estoy pensando en lo que pueda pasar mañana. Hoy me divertí mucho”.
Además de la elite, El Cruce Columbia siempre tiene grandes historias para contar. Es el caso de Elisa Forti, de 80 años. La nona que corre tardó 6h37m28s. Tras pasar el arco de llegada, doña Elisa fue recibida con estruendosos aplausos. Forti aprovechó la ocasión para demostrar su alegría y hacer una confesión: “Estoy muy contenta, ¡lo disfruté tanto! Además no saben cómo me cuidó mi nieto [Lihuel] durante toda la etapa”. Entre otros legendarios de El Cruce, Edison Peña, el minero que estuvo encerrado 69 días bajo tierra en una mina de San José, ubicada a 30km de Copiapó. “Estoy muy cansado. Fue muy dura esta etapa”, describió Peña.
Entre las tantas sorpresas que la organización preparó para los corredores, esta mañana hubo una que emocionó a todos. En una de las grandes trepadas que presentó el trazado, de esas en las que todos se sienten más cerca del sol, sobre Punta Nevada, los aguardaban un guitarrista y un violinista para musicalizar uno de los momentos más sublimes y emotivos de El Cruce. Todos y cada uno de los que por allí pasaron no salieron de su asombro, agradecieron y sus rostros de cansancio mutaron hasta mostrar la más reconfortante de las sonrisas.
El Camp 1 fue una verdadera convención de buenas energías donde más de 1400 personas disfrutaron de una tarde única a orillas del lago Gutiérrez, en pleno paraíso patagónico, donde los corredores aprovecharon para alimentarse, hidratarse y descansar de cara a la etapa que se viene.
Asimismo, en el shopping Las Terrazas, lindante con la plaza Catalina Reynal, continuó la acreditación de los corredores que mañana inician la competencia en la modalidad team. A las 19 comenzó la charla técnica a cargo de Sebastián Tagle, director de la prueba, en la que aprovechó para dar detalles del circuito.
Mañana, será un día de doble jornada. A partir de las 8 mientras los corredores de la modalidad solo iniciarán la segunda etapa desde los baqueanos hasta Pampa Linda; quienes corren en equipo inician la prueba y realizarán el mismo circuito que los corredores individuales realizaron en el día de la fecha.