“Fue la lluvia regionalmente y de cobertura territorial más importante de la primavera”. Con esa frase, Pablo Mercuri, director del Centro de Recursos Naturales del INTA, graficó lo que fue el evento de las últimas horas para la pampa húmeda, con precipitaciones abundantes y una buena llegada a las distintas zonas productoras. Coincidió Cristian Russo, jefe de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR): “Es la primera lluvia importante para la región núcleo y también de Santa Fe”.
Para el campo, luego del cimbronazo de la última sequía que le hizo perder más de US$21.000 millones, la lluvia se trata de una esperanza frente a cinco-seis largos meses hasta una cosecha de granos gruesos que podría aportar, según distintas proyecciones, unos US$34.000 millones por exportaciones. También tiene la clave política de que le sirven al próximo Gobierno que asumirá el 10 de diciembre. En tanto, en lugares del litoral donde se están registrando excesos hídricos se reportan evacuaciones de hacienda en campos contra el río Paraná o zonas de islas.
En medio de un creciente temor entre productores de varias regiones porque la campaña agrícola venía con un trigo que perdía rindes porque amplias zonas seguían sin recibir buenas precipitaciones y la siembra de maíz entraba en un terreno de incógnitas junto con la de soja, finalmente hubo muchos registros en la pampa húmeda que fueron de 40, 50 e incluso hasta 80 milímetros y cortaron la angustia. Para el trigo y la cebada, que sobre fin de año aportarían US$3600 millones, 1500 millones de dólares más que el año pasado, frenan más pérdidas de rendimiento en un período clave del cultivo. Para la soja significa un envión para la implantación y lo mismo para la proyección para hacer cultivos de maíz más tardíos.
“Son lluvias realmente muy importantes, con 50, 60 mm en las zonas más beneficiadas, en el centro de la región núcleo”, apuntó Russo. “Hacía mucho no veíamos montos de estos milímetros”, agregó el analista de la BCR. Dejó otra noticia alentadora: “Esto [por las precipitaciones] sigue hasta mañana”. En efecto, se aguarda la continuidad del fenómeno que, tras haber hecho foco en Santa Fe y Córdoba, podría avanzar con algo más de fuerza sobre Buenos Aires. “Hasta mañana hay posibilidad de que sigan en general en Buenos Aires, Entre Ríos y sur de Santa Fe”, acotó, por su parte, Mercuri.
La firma Zeni realizó un relevamiento de lluvias con los siguientes datos. En Santa Fe, Montes de Oca, 70 mm; Santa Isabel, 40 mm; Las Parejas, 90 mm; Bouquet, 85 mm; María Susana, 48 mm; Teodelina, 40 mm. En Córdoba, Marcos Juárez, 56 mm; General Roca, 62 mm; Laborde, 50 mm; Las Varillas, 25 mm; Monte Maíz, 55, Escalante 60 mm. En tanto, entre otras regiones, para Buenos Aires se contabilizaron en las últimas 24 horas: Rojas, 26 mm; Carabelas, 40 mm; Arroyo Dulce, 25 mm; Baigorrita, 30 mm; Pergamino, 28 mm. En Entre Ríos: La Paz, 90 mm; Nogoyá, 43 mm; Hasenkamp, 35 mm; General Ramírez, 43 mm.
Para Mercuri, lo ocurrido tras las últimas precipitaciones, que se destacaron por sus aspectos “regional” y “territorial” del fenómeno, representa un “indicio” de cómo podría continuar El Niño, evento que en esta región del mundo debe generar lluvias por encima de lo normal y cuya mayor presencia venía siendo esperada por los productores.
“Agronómicamente fue una lluvia significativa no solo para el establecimiento de lo sembrado, sino que colabora a reponer el balance de agua del suelo”, explicó el experto. A esta altura del año pasado los mapas de reservas en el suelo daban un rojo muy intenso y ahora el panorama comienza a revertirse, si bien existen regiones, como el oeste bonaerense, que todavía necesitan más lluvias. En Trenque Lauquen, una zona que venía muy complicada, tuvieron entre 30 y 60 mm, según los lugares, en los últimos 15 días, dijeron a este medio. En Carlos Tejedor “cosecharon” 50 mm en la última semana.
“Esto baja la ansiedad que había entre los productores y el sector por verse con otra campaña que no se pudiera sembrar. Esto da una tranquilidad enorme”, remarcó, en este contexto, el analista de la Bolsa de Comercio de Rosario.
“El que alcanzó a sembrar el maíz temprano [de siembras de septiembre] con esto está feliz”, dijo Russo. “Ahora le toca a la siembra de soja, que se va a poder hacer con tranquilidad. Cambió la emocionalidad del campo”, agregó. Coincidió con Mercuri en que con el nuevo escenario se puede mejorar la reserva de humedad del suelo.
Cecilia Conde, jefa de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, describió que las precipitaciones se dieron “principalmente” sobre Santa Fe, norte de Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba, San Luis y norte de La Pampa. “Ya venían con precipitaciones en los últimos 10 días, recomponiendo el perfil”, señaló. Describió que en trigo se frena el deterioro del rinde, ayuda al maíz sembrado y abre una buena chance para la implantación de la soja: “Son beneficiosas”. Otro dato positivo es la posibilidad de continuidad del fenómeno: “Hay tormentas dando vueltas”.
“La fecha óptima de soja de primera es octubre. Pero se puede sembrar en estos días manejando la variedad y el ciclo. Puede dar buenos rindes si sigue lloviendo”, contó a este medio un técnico agrónomo al tanto del devenir de la campaña. Sobre el trigo que se cosechará sobre fin de año este mismo experto dijo: “Llegaron tarde para impulsar la cantidad de espigas por metro cuadrado y para aumentar la cantidad de granos por espiga. Puede aumentar el peso del grano”. Alertó que muchos campos tendrán rindes bajos.
Desde Córdoba, la Bolsa de Cereales provincial también fue concluyente sobre las lluvias: “Las precipitaciones que se vienen registrando del 30 de octubre al 2 de noviembre impulsarían las labores de siembra de cultivos estivales que venían retrasadas”.
Fuente: Diario La Nación