El 15 de noviembre de 2017 se perdió todo contacto con la nave que llevaba 44 tripulantes.
En el submarino viajaban 44 tripulantes. (Télam )
A dos años de la desaparición del submarino ARA San Juan, aún hundido en aguas del Atlántico Sur, la Justicia llegó a la conclusión que la filtración de agua que generó la tragedia –el líquido ocasionó un cortocircuito y principio de incendio en el balcón de barras de batería– en la que murieron los 44 tripulantes fue a través de una válvula de ventilación pero mantiene una serie de preguntas que son claves para determinar responsabilidades.
Un informe de TN explica que según consta en el expediente a cargo de la jueza Marta Yáñez, en julio de 2017, es decir cuatro meses antes de la tragedia, también se produjo ingreso de agua al ARA San Juan y el informe del capitán indicaba que se debió a una falla en el mecanismo por «falta de estanqueidad», es decir, que no cerró correctamente.
Una de las dudas es si justamente ese mecanismo que falló se reparó entre julio y noviembre de 2017. Y de allí sobrevienen otra pregunta: ¿La conducción de la Armada Argentina permitió que el submarino zarpe con un inconveniente de esta clase? Si se se solucionó la falla, ¿se hizo correctamente? ¿O hubo un error de la tripulación?
“Durante el sexto día de navegación, con el buque en maniobra de snorkel, se produjo un ingreso de agua de mar al ventilador de batería de proa. Se desarmó la envuelta del mismo para sacar la totalidad del agua. Consecutivo se procedió a navegar a plano profundo para ingresar al tanque de baterías y verificar el estado del mismo. No se observó ingreso de agua, normalizándose posteriormente la maniobra de ventilación”, comunicó el capitán. Y agregó: “La única posibilidad es la falta de estanqueidad en la válvula E19”. Era la misma válvula por la que ingresó el agua cuatro meses después.
Según el informe de TN, expertos navales sostienen que la falta de estanqueidad nunca se solucionó o si se hizo fue de manera incorrecta. Esto aleja la hipótesis de que hubo un error de la tripulación, la hipótesis que de alguna forma alentó el Ministerio de Defensa de la Nación.
Lo cierto es que la causa tiene como imputados al excomandante de la fuerza de submarinos, Claudio Villamide, que fue quien recibió aquella comunicación sobre la falla de julio de 2017; a Luis Enrique López Mazzeo, excomandante de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada; José Marti Garro, jefe de operaciones del COAA; Eduardo Malchiodi, jefe de mantenimiento de la Armada; Jorge Andrés Sulia, exjefe logística del COFS; Hugo Migle Correa, exjefe de operaciones de la fuerza; y Héctor Alonso, el jefe del Estado Mayor del COFS al momento del hundimiento.
En la causa declararon más de 120 testigos, entre estos el presidente Mauricio Macri, que respondió preguntas por escrito y el ministro de Defensa, Oscar Aguad, que contestó más de 60 consultas. El contenido de ambas testimoniales se mantiene bajo reserva.