En este marco, productores que siguieron apostando a esta tecnología contaron en el reporte de la entidad su experiencia y cómo adaptaron su manejo para mantenerla al servicio del campo en años duros.
En el noroeste argentino, los CS se incluyen normalmente para mejorar la infiltración de las lluvias torrenciales de verano. “Intensificar las rotaciones con CS nos permite recuperar la salud y estabilidad de los suelos para aprovechar mejor este caudal de agua”, remarcó el socio de Aapresid y director de Cuaeco, Alejandro Cuadra. En Salta, planteos de poroto sobre CS, lograron quintuplicar el nivel de infiltración frente a lotes convencionales, sin penalizar rendimiento, detalló.
En el extremo sur de Buenos Aires, los CS se incorporan fundamentalmente para sumar nitrógeno a esquemas dominados por la fina y para “hacer suelo”, comentaron Guillermo Irastorza (productor y socio Aapresid) e Ignacio Ducos (Director criadero El Cencerro SA).
Los grandes volúmenes de agua son un problema tanto como su escasez: “Estos años en los que las lluvias se acortaron a la mitad, los CS fueron cruciales para convertir eficientemente cada gota y combatir las malezas”.
“En lotes que no llegaron a cerrar surcos, los CS dieron batalla permitiéndonos ahorrar agua y un 80% en herbicidas”, precisaron.
Cuidar el agua
“Uno de los ajustes más estratégicos para ganar eficiencia hídrica en años secos, fue el adelantamiento de la fecha de siembra de los CS sobre antecesores en pie, como CS sobre soja en el norte, o de triticale volado sobre maíz en el sur. Esto permitió no solo asegurar la humedad necesaria para el arranque del CS, sino adelantar su secado, por ejemplo a agosto en el sur, para aquellos esquemas que iban a cultivos de primera”, indicó el informe.
“Si hablamos de momentos de terminación, la Red de Cultivos de Servicios Aapresid-BASF encontró evidencia de que una ventana de 70 a 80 días entre la terminación del CS y la siembra del cultivo siguiente es suficiente para recargar el perfil”, añadió.
En estas zonas, las posibilidades de CS son numerosas, pudiendo adecuar su elección según ambiente, esquema y servicio ecosistémico buscado.
En el norte, algunas de las combinaciones incluyen a las gramíneas de invierno como la avena y el centeno. Para el sur, también se destacan nuevos materiales de raigrás anual tetraploide adaptable a siembras aéreas, de implantación muy rápida, mejor relación carbono/nitrógeno y buena competencia con malezas, explicó Ducos.
En el NOA también recurren al “maridaje” a la siembra de maíz con brachiaria, gramínea tropical que les permite mejorar la cobertura para el cultivo de poroto. Cuadra aseguró, según el informe, que hay un sinergismo tal, que prácticamente no observan competencia ni en nutrientes ni en agua entre estos dos “titanes”.
“En cuanto a leguminosas, la vicia es una gran aliada para recuperar N, y muy estable en producción de biomasa en años diversos. En el sur de Buenos Aires logran entre 3500 y 4000 kilos de materia seca de base todos los años”, indicó Aapresid.
Sus beneficios se ven incluso a la cosecha. “Este año todo lo que se hizo sobre vicia rindió entre 800 a 1200 kg más”, afirmaron los referentes.
“Otra leguminosa que pide pista es crotalaria. Este CS del team verano se incluye en el NOA en rotaciones con poroto, donde además de mejorar la infiltración controla nemátodos y hongos. Diversas consociaciones entre gramíneas, leguminosas y crucíferas son también muy beneficiosas. En cuanto a estas últimas, se destaca el rábano, que genera cobertura rápida y descompacta con su raíz que funciona como “taladro vegetal”, a la vez que absorbe nutrientes en profundidad y controla nematodos”, indicó Aapresid.
Para la entidad, de cara a la próxima campaña contemplar la incorporación de CS será crucial para que el suelo, golpeado por la seca, pueda prepararse para recibir el regreso del agua.
La organización recordó que, con su estreno diario, a las 19, desde la plataforma de streaming Aapresid Comunidad Digital, Agenda Aapresid acompaña la toma de decisiones del productor con información.
Fuente: Diario La Nación