Nicolás San Martín y su novia Vanesa cruzaron los Andes a pie, y le contaron a RufinoWeb los detalles de la travesía.
En la Cumbre del Cerro Portillo izaron la bandera de la ESCUELA ESPECIAL N°2048 “DRA. María L. de Vogt”
Finalmente el día 08/03 logramos terminar la travesía que nos llevó por los 150 kilómetros que unen Tunuyan con el valle de Yeso en Chile, en donde como premio unas termas volcánicas al pié del glaciar del cerro Marmolejo nos recibieron a para darnos un merecido baño luego de 6 noches intensas y frías en la montaña; comenzó contándonos el rufinense radicado en Buenos Aires.
Hito fronterizo a la vista lafp chileno.
Las primeras dos noches hicimos campamento base sobre los 3500 metros s/ nivel mar en el «Valle de las Yaretas» allí, nos preparamos mediante aclimatación y ejercicios de Trekking para acostumbrar el cuerpo para el ascenso del día 3, en donde a eso de las 05,00 am. desarmamos las carpas y armamos el equipo para comenzar la caminata y el ascenso lento del Cerro Portillo Argentino (lugar en donde pasó el general Lemos en el cruce de los Andes y por donde volvió El liberador San Martín con la gloria de la América libre, años después 1850 lo usaría Charles Darwin para recopilar datos y fósiles). Esa mañana arrancó hermosa pero a las 2 o 3 horas de ascenso nos agarró una tormenta de nieve leve que dificultó un poco la visibilidad y refresco el día, lo que nos demoró, pero luego de 8/9 horas de ascenso logramos pisar los casi 4600 metros de la cumbre del Portillo argentino en donde a pura lagrimas y felicidad luego de duras horas en un camino al borde del precipicio logramos hacer cumbre y desplegar la bandera realizada por los chicos de la Escuela Especial, para luego bajar por 5 horas mas y hacer campamento cerca al refugió Real de la Cruz.
El cuarto día fue de marcha de 8 horas, cruzando varios rápidos, el Río mas dificultoso fue el Tunuyan que debimos cruzarlo con las mulas por seguridad. Ese día, fue por caminos áridos y secos pero con un ascenso moderado, el día por suerte -como los demás que vendrían- eran maravillosos y sin nubes siquiera. Esa noche hicimos refugió en cercanías a un arroyo de deshielo entre varias montañas de 6000 metros, una verdadera belleza en donde con los 20 alpinistas hicimos una rica sopa para calentar el pecho y una sabrosa polenta con queso.
El quinto día fue de dura marcha por áridos y piedregosos terrenos ganando altura tras iniciar las actividades, temprano por la mañana caminamos directo costeando varios cerros al refugio Piedras Coloradas en la base del Hito fronterizo. La última noche fue corta, ya que a las 04 am. arrancamos a caminar por la noche con linternas, las estrellas y el arroyo nos mostraban el camino en donde costeamos varios cerros nuevamente y subimos otros más.
Para así ascender los 500 metros de altura y 8 horas de distancia que nos restaban hasta el hito fronterizo a 4.100 metros para hacer cumbre final y cumplir el objetivo de cruzar los Andes, allí costó porque el viento empujaba mucho pero comenzamos a cruzar a Chile en donde unos riscos empinados eran la pasarela por donde debíamos bajar, entre hielos y glaciares desplegamos finalmente la bandera del cole y pudimos fundirnos con Vane en un abrazo que habíamos soñado por los 8 meses de preparación para la travesía. Verdaderamente felices.
Luego de 4 horas de marcha con 16/17 kilos extra en la mochila y habiendo recorrido 12 horas totales entre subida y bajada desde las 04.30 am., llegamos al embalse del Yeso en donde luego de cruzar un ultimo, frío y duro rápido, las termas del plomo nos recibieron para aliviar toda necesidad de baño.
Fue una experiencia inolvidable, el grupo, los guías de Andes Expediciones, Compañia de Guías de montaña con su trabajo impecable de cuidar a cada deportista a detalle. Y sobre todo la alegría infinita de cumplir una promesa que había partido con la premisa de promover la inclusión no solo en el deporte sino en todos los ámbitos de los niños y personas con otras capacidades.
«En nombre mio y de Vane queremos agradecer a la Institución por su apoyo y trabajo en la bandera para nuestra travesía y a toda la gente que previo y posterior nos brindó su amor y apoyo»expresó Nico.
Y agregó: «La montaña y el deporte es nuestro estilo de vida, parte de lo que amamos y junto a Vane estamos felices de haber llevado la bandera de la inclusión».
Próximo sueño: llevar la bandera al monte Kilimanjaro, en Kenia, en el 2021.